capitulo 3: “la villana quiere cambiar"

Emma observaba su habitación. La misma de que cuando era una niña de 10 años.

— Ania... ¿Que es esto?... No hace un momento estaba— se toca deliberadamente el cuello, luego susurra—... Muerta.

— ¿Hum?... ¿Que fue lo que dijo?... No la escuché.

Quitándose la sábana de las piernas, Emma se levanta y toca el frío suelo.

“no es un sueño"

Sus manos se dirigen al vidrio de la ventana, mirando al patio que siempre le encantaba ver.

— pequeña Emma... ¿Que le ocurre?... ¿Se siente bien?

“no lo entiendo... ¿Como?... Ahora que recuerdo, si esto es real, estoy segura que tengo la edad de 10. ¿Volví atrás en el tiempo?... ¿Tengo oportunidad para cambiar?

— Emma...

La albina se voltea y se va a abrazar a Ania...

— te lo prometo, cambiaré...

— ¿Ah?... ¿Cambiar?.... Si eres perfecta así Emma... No lo hagas, jamás...— Ania abraza más a la pequeña.

En esta época, Emma aún era una dulce niña, en la que aún no se convertía en la villana de su vida pasada.

Dispuesta a cambiar, le pide una cosa.

— Ania... Quiero aprender. Necesito saber magia, no quiero ser débil.

— ... ¿Magia?... Pero... No sabemos si tienes. Supongo que te has despertado muy imaginativa... Vamos a darte un baño y luego hablaremos.

Ania toma la mano de la niña y salen de la habitación para el baño.

“es cierto, aún no estoy en el tiempo de que no sale ningún tipo de magia en mí. Supongo que tendré que buscar una forma de sacarlo. Si pienso cambiar será para mejor, una chica fuerte sin tener que depender de nadie. Esta vez no quiero estar atada por los sentimientos. Ya aprendí la lección..."

Luego de haber desayunado la niña caminaba por el pasillo de la mansión.

Sin embargo, se queda viendo la puerta de la oficina de su padre, claramente se escuchaba su presencia ahí adentro. Tal vez quiera ser otra persona, pero los sentimientos que siente por su padre aún sigue igual, aún recuerda cuando Alessandro la miró y no hizo nada para ayudarla cuando fue ejecutada, ni cuando era una niña.

— supongo que algunas cosas no cambiarán. Pero esta vez no seré una carga para tí...— susurró ella, su mano se afincaba de la madera de la puerta.

— ¿Quién está ahí?...— preguntó Alessandro de manera seca.

Emma se sobresalta ya que no estaba lista para ver nuevamente a su padre, así que rápidamente se marcha. Segundos después, la puerta es abierta mostrando al hombre, buscando de lado a lado la presencia de la persona...

— Emma...

Alessandro entra a su oficina, está vez dejando medio abierta. Se sienta en su escritorio y saca un gran suspiro mientras leía un documento. Teniendo mucho en su cargo, él es un gran mago como hechicero, era de esperarse ser importante en la sociedad, más solo se encarga de su ducado ya que no le gusta alardear sobre su magia.

— mi Lord...— tocó la puerta un mayordomo a medio entrar—... Le he traído una carta del archiduque Connell.

— déjala, la leeré cuando termine.

— como ordene.

En el momento de que el mayordomo se había ido, Alessandro suelta el documento y empieza a leer la carta, dándole a entender que él archiduque quiere verlo.

Suspirando con gran pesadez, otra vez tocaban la puerta.

— mi señor...— era Ania— tengo que pedirle un favor...

— ¿De que, Ania?

— es sobre la señorita Emma. Quiere aprender magia. No se podría contratar a alguien y que sea su maestro-...

— no hará falta...— dijo él, levantándose de su asiento...— llama a mi hija, quiero hablar con ella.

Sin palabras, Ania veía a Alessandro sorprendida, ya que jamás quiso ver o citar a su hija. Ella solo asiente y se marcha.

La albina caminaba por el sendero del jardín, jamás pensó en sentirse feliz de estas pequeñas cosas que la vida le ofrecía, luego de haber experimentado tales experiencia, solo queda aprender de ellas y no cometerlo otra vez.

“comprendi, que dañe mi vida pasada por los celos hacia un hombre que no me quiso de verdad, dañe mi vida porque mi padre jamás me amó... Es hora de planear para ser independiente y tener una vida mejor cuando sea mayor. Lejos de Williams y de mi padre..."

Ania buscaba en el jardín a la pequeña.

— ¿Donde te metiste?... Emma...— al verla sentada en la grama, se alegró, acercándose más a ella.

La albina al ver a su cuidadora a su lado, saca una sonrisa.

— Ania...

— pequeña Emma... Hay algo que quiero decirte. Tú padre quiere verte.

— ¿Que?

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🙇🏾‍♀️ bueno, mi gente, es algo diferente a lo que estoy acostumbrada a escribir, no sé si le está gustando pero aún así seguiré actualizando. como sabrán, estoy en los estudios y no será muy constante las actualizaciones pero si habrán, no se preocupen. muchas gracias por leer 🙇🏾‍♀️

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