Mi día es un día como todos, a diferencia de lo que se pueda pensar de una ama de casa, los días transcurren de diferente manera. Y creo que hoy no sera la excepción.
Cómo todas las mañanas me tengo que levantar para darle el desayuno a mi marido, ya que se va a trabajar. Son las 5 am y yo acomodando todo lo que debe de llevar, mientras que él se la pasa durmiendo en el baño, a veces no entiendo cómo es que solo se levanta temprano para ir al baño y dormirse en el.
Este hombre me desespera en ocasiones, Anton es el nombre de mi marido, es alto, moreno y pues no está gordo, pero tampoco está delgadito, sin embargo, no puedo decir que soy feliz.
Tengo una hija de 4 años, ella ha sido mi mayor motivación, pero... Se han de preguntar por qué no dejo a mi marido si no soy feliz. Bueno, la respuesta es fácil, por mi pequeña. Ella adora a su padre, al levantarse lo primero que hace es ir a verlo donde esta, si ya desayuno y si no lo ha echó, le pide cafecito también para acompañarlo. Es una costumbre que adquirió cuando empezó a ir al colegio.
Ella adora a su padre, y si! Yo sé que me dirán que soy una tonta, pero a veces ponemos la felicidad de nuestros hijos antes que la de nosotros mismos.
También se preguntarán por qué no soy feliz? Bueno retrocedemos cinco años atrás y les explicaré.
5 AÑOS ATRAS
Yo me había juntado con Anton sabiendo que ya había tenido una familia, yo fui una mujer casada que se divorcio por problemas fuertes. Entre ellas los golpes y maltratos a los que fui sometida por cinco años de matrimonio, y antes de divorciarnos, yo estaba embarazada, no se logró ya que quien fue mi pareja me golpeó hasta que se canso, ahí perdí a mi bebé.
Sentí que el mundo se me caía encima, me llene de ira, de odio, me llene de todos los sentimientos habidos y por haber. Quería venganza, quería destruirlo con mis propias manos. Peor aún, cuando me dijeron los médicos que no podría ser mamá, que jamás podría serlo.
Eso temino por darme el tiro de gracia. Intenté aferrarme a qué eran diagnósticos equivocados o tal vez habría un error, pero no.
Siempre me decían lo mismo, entonces deje de insistir. Dure ocho años en soledad para poder sanar mi corazón y mi alma, años en los que me dedique a trabajar, a salir adelante aún con mi dolor. Sabiendo que ese hijo de puta, se había casado y era feliz con una teibolera que encontró en un bar.
Lo que son las cosas, lo que yo jamás hice de traerlo todo sucio, mal planchado, mal arreglado. Esta tipeja si lo hizo. No solo a él, también a las niñas que procrearon.
Tanto era así, que él me miraba y escondía la cara, o trataba de caminar lo más rápido posible.
En fin, cada quien recibe lo que merece.
Cómo les decía después de ese lapso de tiempo, me junte con Anton sabiendo su situación. Acepte a sus hijos, los cuide y crié cómo si fueran míos... Pero sorpresa, se enteró la ex mujer y regreso como la madre abnegada, reclamando a sus hijos.
Yo solo reía, y miraba de lejos, mientras no se metiera conmigo no había problema... Pero si se metió.
Esta señora empezó a despotricar en contra mía, diciendo que yo era la amante, que yo destruí un hogar, cuando la realidad era otra.
Ella se fue dos años atrás con alguien más a otro estado dejando a sus hijos al cuidado de Antón, solo regresaba a su hogar cuándo ocupaba de dinero y el pobre Anton ahí estaba.
Dándole dinero, comida y techo, el pobre se conformaba con cogidas ocasionales de parte de ella, y eso sí tenía ganas. Que como lo sé? Ja, tal pareciera que yo tenía que saberlo que la pobre mujer me lo dijo con orgullo, tal vez para descepsionarme o no lo sé con qué intención.
El chiste es que el veneno no se hizo esperar, y aunque en un principio no le creí, pues quien me lo confirmo fue mi querido Anton.
En serio puede haber hombres tan idiotas y faltos de amor propio? Pues si, los hay. De toda clase.
Bueno, para no hacerla larga, en diciembre regreso y en enero se llevó a su hijos. Vaya un fuerte golpe para Anton, ya que no esperaba que sus hijos se fueran así de fácil. Pero ya sabrán con que tipo de engaños fue que se los llevó cierto?
El chiste es que después de su partida, algo que él no sabía, sino que se enteró dos días después. Cayó en una profunda depresión, y quien creen que estuvo ahí para sacarlo, pues obviamente yo.
Con decirles que ni ir a trabajar quería. En ese momento yo lo entendí, sin embargo, creo que no debí haberme esforzado.
Me eche a mis espaldas el peso y la responsabilidad de algo que a mí no me beneficiaba.
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Comments
Yuly Ponce
se lee interesante continúa escribiendo felicidades 😊
2023-01-20
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Melisuga
Realmente, has quedado muy rota y con secuelas de tu primera relación, al punto que todavía no recuperas del todo tu amor propio y antepones a Anton en lugar de posicionarte como mujer independiente y no aguantar las maldades de la ex.
2023-01-20
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