Capítulo 17

Byron no iba a quedarse de brazos cruzados al respecto, ella no merecía perder todo a manos de un idiota, lo que no entiende es por qué no quiere avanzar legalmente en contra de ese tipo. Los próximos tres días se había encargado de investigar que es lo que había pasado entre ellos dos.

—Byron, ya tengo el informe completo sobre estos tres días en los que su esposa no estuvo, debo decir que es muy fuerte todo así que véalo con tranquilidad. —el detective era su amigo desde niños y era un gran hacker también por lo que le dio una memoria donde estaba absolutamente todo y se fue, primero vio como un hombre agarraba a Samara del brazo y como ella se había negado al principio, pero luego se la ve asustada y que lo acompaña, el tipo la llevó hasta un hotel barato y la metió a la habitación. Por suerte en el lugar había cámaras, por lo que sabía todo lo que había pasado, al ver esas imágenes horribles quiso salir corriendo y matar a ese hombre, pero al mismo tiempo quería ir a abrazar a Samara, ella aún no confiaba en él y tenía todos los motivos para no hacerlo.

—Gustavo, quiero que te encargues de hablar con los jueces que estaban en el caso y que mantengas vigilado a este tipo, no podemos actuar ahora —la realidad es que en su cabeza estaba pensando en cómo deshacerse de ese imbécil sin que nadie lo note.

Ya en la noche volvió a la casa y vio que Samara estaba en la cocina terminando de decorar un hermoso pastel, le pareció algo raro por lo que le preguntó por qué lo había hecho y ella se sorprendió al verlo.

—Arruinaste la sorpresa, me enteré por tu madre que mañana era tu cumpleaños y quería regalarte esto, además hoy no tenía nada para hacer

—Lo había olvidado por completo, gracias entonces. ¿Cuándo es tu cumpleaños? Quisiera saber eso al menos

—El 29 de agosto, ya pasó, pero para el próximo puedes hacerme un regalo —contesta ella y va a guardar el pastel para servir la cena, Byron se sentía acompañado al tenerla a su lado, antes siempre comía solo o se saltaba las comidas si no es que lo hacía con su hermano. Los dos comieron muy a gusto y ella cuando se hicieron las doce prendió una vela sobre el pastel y le dijo que pidiera un deseo.

—Hace mucho tiempo que no hacía algo así, es algo infantil. —dice el medio apenado

—Si te soy sincera yo nunca festejé mi cumpleaños así que no podría decirte como es, esto fue idea de tu madre y me pareció lindo ahora que somos amigos.

—Se ve muy rico, quiero probarlo —Byron trató de desviar un poco el tema y se quedaron hablando un rato hasta que subieron a dormir, sin embargo, algo inesperado fue que él soñó con su esposa... bueno, se imaginarán de que iba su sueño que provocó que alguien se despertara y no fue él precisamente. Samara estaba acostada mientras Byron la abrazaba por la espalda como ya se había vuelto usual cuando sintió algo duro, en ese momento no quiso pensar en lo que había pasado, pero por mera curiosidad se dio vuelta para verlo disimuladamente, ya que la había despertado iba a verlo, como su esposo dormía en bóxer se le notaba muchísimo y debe admitir que estaba muy bien dotado, ella lo observó unos segundos y sintió algo de calentura, una escena pasó por su cabeza por lo que sacudió un poco su cabeza y dejó de pensar en eso volviendo a la posición en la que estaba, lo dejaría así y fingiría no haberse dado cuenta, pero no contaba con que Byron la presionara contra su cuerpo haciendo que sienta absolutamente todo. Ella se soltó del agarre y su esposo abrió los ojos de repente, pero parecía que aún no despertaba porque ni siquiera dijo una palabra y se puso encima de ella para besarla, era un beso desenfrenado y lleno de deseo, cuando por fin se separaron ella lo empujó provocando que caiga de la cama.

—¿Qué carajos? —dijo él en el piso, todavía sentía la necesidad de volver a lo que estaba.

—Ve al baño y date una ducha fría, parece que andas con abstinencia cariño —ella lo miró con una sonrisa y él se dio cuenta de lo que acababa de pasar, pero solo para molestarla aún más se volvió a subir a la cama y se acercó al rostro de esta quedando a centímetros de sus labios.

—¿No vas a ayudarme con esto? Hoy es mi cumpleaños cariño —él sonrió victorioso creyendo que obviamente se negaría, pero al contrario de lo que pensó ella puso su mano sobre su amigo dejándolo helado.

—No me provoques Buquer, ve a bañarte, voy por agua —sin más se levantó de la cama y se fue dejándolo solo en la habitación, él fue al baño y se dio una ducha mientras recordaba como en su sueño estaba entre las piernas de su pelirroja y como esa mujer pedía más de él, esa que se había dado cuenta que tanto deseaba, pero según él era solo atracción sexual, al fin y al cabo eran un hombre y una mujer conviviendo en la misma casa y durmiendo en la misma cama.

—Veo que ya estás más relajado —Habla ella desde la cama con un tono divertido

—Lo siento, no quería molestarte, será mejor que me duerma ya —él no quería hablar sobre el tema aunque le parecía muy divertido el hecho de que su esposa falsa le siguiera el juego.

La siguiente semana Byron se encargó de llegar a casa temprano y pasaba tiempo con Samara hablando, cocinando o hasta haciendo jardinería, algo que él jamás había hecho en su vida... cocinar al principio no se le dio muy bien, pero luego Samara se sorprendió al probar una receta que el mismo preparó.

—Podrías quitarle el puesto a la cocinera, eres bueno en esto, es una delicia de verdad —Ella estaba maravillada ante tal plato.

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