Capítulo 18

—Jamás me decepcionas Gustavo, hoy llevaremos a cabo el plan, prepara a los chicos para hoy —Byron estaba feliz de finalmente poder hacer lo que tanto quería después de tres semanas de planear de forma muy perfeccionista lo que haría.

—Entendido señor, estaremos listos como siempre —Gustavo quien era el más importante en la seguridad de Byron y lo había visto crecer solo se fue y preparó todo.

Hoy sería el día en el que Byron va a terminar con el idiota de Alexis y con Luna, tal y como ya lo había dicho antes, no iba a tener piedad con quien se atreviera a lastimar a su esposa y ese hombre, se había convertido en el número 1 de su lista de enemigos. El plan estaba muy bien elaborado, le pidió a su amigo Isaac, el hacker de antes que enviara mensajes desde el celular de Luna y Alexis acordando un robo y una huida, gracias al gran trabajo de todos, Alexis y Luna "escaparían" al extranjero con un millón de dólares, era un plan perfecto, quedarían como criminales buscados por fraude y estafas y él podría hacer lo que quisiera una vez que los tuviera en sus manos.

—¿Vas a salir tan tarde hoy? —Samara estaba en la sala tomando un café cuando vio a su esposo ponerse una campera para salir, le pareció raro porque él ya nunca salía de noche y tampoco le había dicho nada.

—Tengo algo importante que hacer, no me esperes despierta —Byron dice esto y se va rápidamente, estaba ansioso por ver cara a cara a ese tipejo. Su esposa, por otro lado, estaba curiosa ¿Será que le mintió para ir a un bar de esos? Pensaba ella mientras la idea la volvía cada vez un poco más loca.

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Una vez que llegó Byron a una bodega que usaba de vez en cuando vio a la pareja atada en sillas mientras sus hombres los custodiaban, Luna fue la primera en levantar la cabeza para ver quien había llegado y vio a quien no esperaba en ese horrible lugar, el esposo de su hermana con una mirada tan intensa que podría desmayarse, luego lo miró Alexis y solo con una mirada Byron hirviendo de furia lo golpeó en la cara.

—Llévense a la mujer, no quiero verla ahora, luego decido que voy a hacer con ella chicos —Los hombres la agarraron para llevarla a otra parte mientras ella gritaba exigiendo que le explicaran que estaba pasando.

—¿Quién eres y por qué me secuestraste? No sabes con quién te estás metiendo idiota —Ante estas palabras Byron se comenzó a reír ¿Cómo era posible que un hombre como él había estado con su pelirroja?

—Tú no tienes idea de lo estúpido que fuiste al buscar otra vez a mi mujer ¿Cómo te atreviste a amenazarla así? Y no solo eso sino que también pusiste tus sucias manos sobre ella —Ya no podía controlar su enojo con cada palabra que decía.

—Así que eres tú, la zorra mandó a su perrito a secuestrarme. Estábamos por casarnos idiota, no únicamente la tuve una vez en mi cama, debajo de mí gritando mi nombre. —Aún no sabía a dónde estaba ese hombre, ni bien terminó de pronunciar esas palabras un cuchillo se clavó en su pierna.

—Es mejor que cierres la boca, eres muy molesto de veras —Con una sonrisa Byron giró el cuchillo causando que Alexis gritara de dolor y unas lágrimas cayeran por su rostro.

—Maldita perra, voy a matarla

—Respuesta equivocada, ahora voy a tener que encargarme de que mueras para que mi querida esposa no se vea amenazada —vio la cara de pánico del hombre y sonrió mientras le palmeaba el hombro —No te preocupes, me encargaré de que no sea una muerte rápida. —Cada una de las funciones de Alexis temblaba del miedo que sentía.

—Ella no vale la pena, amigo, escúchame de verdad, ni siquiera sus padres la quisieron al nacer, no es nada... ni siquiera debería de existir, ya lo verás.

—Gracias por tu consejo, ahora ya sé que hacer —el hombre se tranquilizó por la ingenuidad de su captor y suspiró de alivio, pero la sonrisa de este lo puso en alerta otra vez. Sí, Byron había decidido que hacer, pero no era con respecto a Samara, sino que le cortaría la lengua al idiota.

Luego de cortarle la lengua la arrancó una por una las uñas de las manos y de los pies y lo sumergió en alcohol para que le doliera aún más, el hombre gritaba e intentaba safarse de las cadenas, pero era inútil... decidió dejarlo ahí por hoy y mañana volvería a continuar con su trabajo.

—¿Cómo te fue?

—¿Por qué sigues despierta? Creí que tenias sueño ya cuando me fui —Él tomó un vaso de agua en la cocina y fueron subiendo hasta la habitación

—No podía dormir, tuve una pesadilla y desde ahí me quedé despierta —Se le notaba en la cara que estaba muy cansada, pero que por algún motivo no lograba conciliar el sueño para nada.

—Entiendo, vamos a descansar ¿Si? —Él se acostó en la cama y ella se acercó para abrazarlo fuerte, le sorprendió un poco, pero también la abrazó

—¿Estás bien cariño? ¿Quieres que hablemos? —Ninguno de los dos se dio cuenta en el momento la palabra "cariño", ya que había sonado tan natural.

—Tuve una pesadilla con mis padres, ellos venían a buscarme enojados y luego me volvía una biña otra vez, pero están en Alemania, no es posible que vengan. No quiero volver a verlos Byron, no quiero tener que volver a huir de ellos —Con esto era más que obvio que su relación con sus padres no era buena "Ni siquiera sus padres la quieren" esas palabras volvieron a su mente, ese idiota sabía más de ella que él mismo y eso lo puso de mal humor pero siguió abrazándola, ella en ese momento parecía una niña asustada, más bien era como un conejito, la mujer imponente, juguetona y atrevida ya no estaba frente a él... ahora tenía una versión frágil que se encargaría de cuidar.

—Mírame Samara —Ella despegó la cara del pecho de Byron y lo miró con sus ojos algo llorosos directo a los suyos —Te prometo que yo voy a cuidarte y no voy a dejarte sola ¿Está bien? Confía en mi

—Gracias Byron —Y así se durmió en sus brazos, aunque aún no confiaba del todo en él, sabía que no iba a lastimarla.

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