Capítulo 12

    Ambas se prepararon para poder asistir a la reunión y Analía se dio cuenta de las marcas de Samara, ella le explicó medio por encima lo que había pasado, por lo que su suegra se enfureció, pero le dijo que ya no iba a volver a pasar porque Byron le había puesto seguridad y no dejaba que ella salga sola. Samara al recordar como la había molestado Byron temprano, decidió molestarlo otra vez y vestirse aún más provocadora que antes, pero sin pasar a lo vulgar, ese fue el consejo de su suegra también.

—Es lo mejor para molestar al cabeza dura de mi hijo, así se dará cuenta de que no tiene ningún derecho a ordenarte como vestir, además eres una diosa en vida, no tienes por qué esconder tu belleza —habló Analía, la verdad es que disfrutaba ver enojado a su hijo y le parecía una buena forma.

—Estoy de acuerdo, pero Byron se va a enojar con esto. Tengo el vestido ideal para molestar a su hijo suegra —Samara la llevó hasta su habitación y le mostró un vestido negro con piedras, era manga larga, pero tenía un escote pronunciado y la espalda con cadenas finas que sostenían una serpiente que estaba posicionada hacia abajo, para los zapatos escogió unos negros de taco aguja que tenían una serpiente que cruzaba por su tobillo.

—Eres malvada, querida, me encanta. Byron va a estallar en cuanto te vea —Su suegra amaba la forma de ser de Samara y le encantaba que no tema desafiarlo. Al principio ella no pide negar que iba a obedecer lo de la ropa para no tener problemas, pero luego pensó bien y se dio cuenta de que le encanta provocar a la bestia.

—Ya estamos listas, Byron dijo que ya está afuera —Comenta Samara y se pone un saco negro largo hasta casi los tobillos, no quería que Byron la vea antes y no la dejé ir.

—Estás hermosa, amor —habló Byron abriéndole la puerta a Samara, su madre sonrió de par en par y subió al auto de Aron donde estaba Alexander también.

—¿Era necesario decirme amor? —Dice ella reclamándole, no sabía ni por qué le estaba reclamando en realidad, pero no le gustaba que le diga así

—Estaba mi madre ahí, quiero que crea que tenemos una buena relación, eso estaba en el contrato ¿Por qué te molesta? —Contesta él confundido, no entendía que es lo que le pasaba ahora.

—No me molesta, solo me tomó por sorpresa ¿Esta reunión es muy importante? ¿Con quién no debería hablar? Porque luego te molestas si no

—Puedes hablar con quien quieras, no entiendo por qué ese humor, hoy temprano estabas bien ¿Discutiste con mi madre o algo así? —Pregunta intentando que Samara le diga de una vez que pasaba, esa mujer era indescifrable.

—No pasó nada con tu madre, me cae hasta mejor que tú, la quiero mucho de verdad —Ya habían llegado por lo que Byron bajó del auto con Samara y ella lo tomó del brazo para entrar con una sonrisa, ya cuando estaban en el medio del salón ella habló —Hace calor aquí ¿Dónde puedo dejar el abrigo? —Byron llamó a uno de los meseros para que se lleve el abrigo, pero ella se sacó el abrigo lentamente, cabe aclarar que todos estaban viendo a la pareja que acababa de llegar, y cuando ella dejó ver su look Byron quedó con la boca abierta. Ese vestido, el escote, todo le quedaba hermoso, hacía que cada vez la desee más. Pero su orgullo no permitía eso.

—¿No ibas a venir más discreta, cariño? —Dice Byron mirando la espalda de su prometida, ella se ríe de su cara en ese momento y unos hombres se acercaron para hablar con él. Él notó como cada tanto las miradas se desviaban hacia el trabajado cuerpo de su mujer y eso lo ponía furioso, cuando estaba a punto de decirles algo a esos Idiotas Samara dijo que iría al baño, pero no quería dejarla ir así, por lo que la acompañó.

—Ven —Habló Samara y lo metió al baño con ella, era un baño privado, así que no había riesgo de que otra persona entrara —¿Estás enojado por el vestido? —pregunta ella, durante la charla había estado muy callado y más serio de lo normal y ella no quería molestarlo tanto.

—¿Me metiste al baño para preguntar eso? No me molesta el vestido, es que esos hombres te miran con tanto deseo —confiesa él y luego se da cuenta de lo que había dicho, prácticamente le estaba haciendo una escena de celos a una mujer que no era nada de él.

—Lo siento, no quería quedar de esta forma frente a tus socios, no quería incomodarte, simplemente hablé con tu madre y quisimos molestarte, pero tranquilo, no volverá a pasar, entiendo que creas que quiero llamar la atención de esos hombres —ella había entendido cualquier cosa de lo que Byron dijo, pensaba que él estaba enojado porque creía que estaba intentando atraer a algún socio o algo así. No podría estar más equivocada.

—Cariño, supongo que no entendiste nada. No creo que tú quieras llamar su atención, simplemente ellos son unos cerdos que quieren poner sus manos sobre mi mujer y no voy a permitirlo —Contesta el seguro

—¿Tu mujer? Suena algo extraño ¿No te parece? —Pregunta ella burlándose de cómo la había llamado

—Pues a los ojos de todos, eres mi mujer Ivanov, no me provoques más, es lo único que te pido —Él se da la vuelta para abrir la puerta del baño, pero ella lo detiene.

—¿Tú consideras que soy tan mala persona? Es algo que muchos opinan de mí, a pesar de que siempre los ayudo con todo —suelta ella de repente, pero antes de recibir una respuesta decide salir, no quería escuchar ahora lo que tenía para decir.

Una vez que ambos se reencontraron en el salón, Byron abrazó por la cintura a Samara quien estaba hablando con Iván ¿Qué hacía ese idiota en Italia ahora?.

—Si me disculpas, voy a llevarme a mi prometida conmigo —Dice él para avanzar con Samara aún abrazada, ella no dijo nada, ya que sabe que deben aparentar ser una feliz pareja y una muy unida, luego de un par de horas finalmente llegaron a la casa y se fueron a dormir.

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