CAPÍTULO IV: La traición de Blas parte 3

Sonó el teléfono de Arisha y ella se sentía muy apenada con el grupo porque olvidó ponerlo en modo silencioso.

-Disculpen mi mala educación, olvidé por completo poner el modo silencioso.

Leila sujetó de la mano a su amiga y le indicó que no revisara su teléfono.

-Arisha no lo hagas, por favor – le dijo y se notaba muy afectada.

La incómoda cena terminó y Arisha caminaba en dirección a su vehículo, aunque sintió curiosidad por revisar su teléfono antes, y para su decepción recibió un video íntimo de Blas y Sol acompañado de un mensaje en el cual le daba una dirección “Si quieres encontrar a la infiel pareja ve a este lugar”.

-Esto debe tratarse de una broma – Se dijo a sí misma para tratar de convencerse.

Desde que Arisha y Blas se comprometieron siempre había escuchado ese rumor, aunque Blas siempre negó que habían sido pareja, por eso ella se hacía de oídos sordos, sin embargo, ante tal evidencia no podía negar la verdad, así que estaba decidida a confrontarlos.

-Arisha no vayas a ese lugar, por favor– Le suplicó leila

A pesar de que todos creían que ella no se daba cuenta, la verdad es que Arisha ya estaba harta de la fría actitud de Blas, aunque lo amaba mucho, ella deseaba romper el compromiso, solo que no podía hacerlo debido a sus conservadores padres, pero si les demostraba que Blas no era lo que ellos creían finalmente se lo permitirían y ella  se liberaría de esta relación que le producía tanto dolor y que la hacía sentir ahogada, Blas le exigía que fuera perfecta, aunque jamás se atrevía a tratarla como a una mujer y se sentía muy frustrada.

-No te preocupes Leila, porque es necesario que lo haga - Respondió Arisha

-Amiga, quédate conmigo, por favor –Dijo Leila a manera de súplica

Leila se dio cuenta de que nadie puede huir de su destino y comenzó a llorar porque presentía que no volvería a ver a su mejor amiga  nunca más, la tomó de las manos y Arisha sintió como la envolvió una fuerte energía.

-Te protejo - Dijo Leila en una lengua prohibida.

Cuando terminó el hechizo, Arisha tuvo una sensación muy fuerte que le recorría el cuerpo, estaba incrédula porque era la primera vez que observaba a su amiga usando sus poderes de hechicera

-Por lo menos quítate esos horribles zapatos – Le dijo intentando cambiar su destino.

Arisha se sonrió y observó sus hermosos zapatos de tacón de aguja de una marca de diseñador, aunque eran muy incómodos a ella la hacían sentir hermosa.

-Lili primero muerta que mal arreglada – Le dijo sonriendo antes de subir a su auto.

-¡!! ARISHA quítate esos malditos zapato!!!!! - Gritó Leila mientras la veía alejarse.

Boris observó la imagen y sabía que su media hermana era una hechicera, aunque no le tenía miedo porque realmente ignoraba que tan poderosa podía ser, dado que ella daba la impresión de ser muy frágil, además su madre que sí era una poderosa hechicera nunca detectó peligro en ella obviamente eso se debía a Wanda.

-¿Crees que vas a poder impedir lo que va a pasar? – Preguntó Boris con una ´sádica sonrisa

-¿QUÉ HICISTE BORIS? - Preguntó Leila con preocupación

-Solo voy a tomar lo que es mío por derecho – Respondió con frialdad

Leila se acercó a Boris mientras citaba unas palabras malditas y lo tomó del brazo para luego pincharlo con una pequeña aguja de plata, pero contrario a lo esperado, él no sangró, aunque sí sintió mucho ardor, pero por más que revisaba la zona no observaba ninguna herida o marca del hechizo que le puso Leila.

-¿Qué me hiciste bruja?- Preguntó Boris con ira.

Leila se sonrió con mucha satisfacción porque logró completar el hechizo, ahora debía esperar para que esta poderosa maldición surtiera efecto.

-Aunque creas que ya ganaste Boris, el orden va a restaurarse, aún estás a tiempo de detener las consecuencias.

Boris le hizo una señal a unas personas y Leila, que se encontraba débil por el uso excesivo de su poder, y no se dio cuenta cuando se colocaron tras ella y le inyectaron un fuerte sedante debido a lo cual ella se desmayó.

-¿Qué le ocurrió a Leila? – Preguntó Wanda

-Mamá, ella tiene serios problemas mentales y hay que tomar una decisión antes de que se convierta en un peligro para todos.

Wanda decidió seguirle la corriente para proteger a su hija.

-Tienes razón, Boris, y no sé qué haría sin ti – Dijo Wanda fingiendo que creía en sus palabras.

-Sabes que te quiero como a una madre y me preocupo muchos por mis hermanos.

Wanda observó con desconfianza a este hombre y se dio cuenta de que algo tramaba, pero era poco lo que podía hacer porque estaba siendo apoyado por su esposo.

Evan esperaba por su hermana a la salida de ese hotel, pero estaba mal estacionado e iban a remolcar su auto.

-Qué tonto soy, necesito mover mi auto, de todas maneras, Leila me va a advertir cuando ella venga en camino– Se reprochó a sí mismo.

Debido a que Boris encerró a Leila en su habitación, no le pudo advertir a Evan que Arisha se dirigía al hotel a confrontar a Blas.

Arisha estacionó su auto y caminó en dirección al hotel, sin que su hermano se diera cuenta de su llegada, ella entró al lugar y era seguida sigilosamente por una persona, tomó el ascensor hasta llegar al piso donde se encontraba la habitación.

Caminó hasta la puerta y puso su mano sobre la perilla, ella temblaba y esperaba que estuviera cerrada porque ya no estaba tan decidida a hacerlo, pero para su decepción esta cedió y se abrió mostrando el interior de la habitación que estaba tenuemente iluminada.

-Ya no puedes dar marcha atrás Arisha – Se dijo a sí misma.

Desde allí se escuchaban los gemidos y los sonidos grotescos de cuerpos al chocar, así que suspiró y se dio ánimo porque no quería ver lo que allí estaba ocurriendo, pero era necesario para poder terminar con esta relación.

Entró en el interior de la habitación, las luces estaban apagadas y solo había una lámpara encendida así

que enfoco su vista en ese punto y allí los encontró, Sol estaba sentada a horcadas sobre Blas haciéndole el amor y era evidente que él se encontraba muy feliz, y era tan doloroso para Arisha que no pudo contenerse y gritó su nombre.

-¡!! Blassss….!!!!- Dijo Arisha con la voz entrecortada.

Blas escuchó que lo llamaban y se dio cuenta de quién se trataba, era su prometida que lo había encontrado siéndole infiel con Sol, y a pesar de la vergonzosa situación quiso culpabilizarla porque era la única manera en la cual podía controlarla.

-¿Qué haces aquí, Arisha?- Preguntó Blas con ira.

Blas cubría con una sábana el desnudo cuerpo de Sol, la cual puso una expresión de mucha vergüenza.

-Así que este era tu cliente – Respondió Arisha con mucha decepción.

Blas se sentía apenado por haber sido descubierto en esta incómoda situación.

-¿Quién demonios te dijo que podías venir? – Gritó Blas a la sorprendida Arisha.

Se levantó de la cama y buscaba en el piso sus prendas para cubrir su desnudez mientras Arisha lo observaba impávida, jamás quiso tocarla, pero con Sol era diferente y se preguntaba por qué nunca la miro de esa manera.

-Qué tonta he sido todo este tiempo Blas – Le dijo con incredulidad.

Blas esperaba que ella le hiciera un escándalo, pero, por el contrario, Arisha permanecía calmada y un par de lágrimas corrieron por sus mejillas. Para Blas era sorprendente porque desde que la conocía era la primera vez que veía llorar a esta chica tan optimista y se sintió muy culpable ante esta escena.

-Arisha lamento que te enteraras de esta forma.

Blas intentaba acercarse a Arisha, no obstante, ella lo evitaba porque consideraba que estaba sucio.

Sol, por su parte, lloraba de forma escandalosa para hacer notar su presencia, debido a que quería ver humillada a Arisha y lo estaba disfrutando mucho.

-Blas, tus palabras ya me dan igual, todo lo que dices es mentira y falsedad.

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