capítulo 12

4 meses después

Volví después de tanto tiempo encerrada, hasta creo que me convertí en uno de los semilobos.

«Yo sí creo»

La pasé encerrada buscando la forma de matar a los lobos que no mueren con nada y a mis preciados semilobos, y puedo decir que estudié o traté de saber todo acerca de su anatomía.

«Llegamos a la conclusión...»

— De que hay que hacerlos picadillo a los lobos —rió por eso, pero en serio no encontré con qué matarlos.

Creé una bala que adentro tiene plata líquida, pero no sé si servirá. Fue lo único que a mi mente se le pudo ocurrir, ya que con ese líquido, cuando toca un cuerpo, se abre un poco y se derrama toda la plata, la cual puede llegar a todos tus órganos a través de la sangre.

A un lobo normal lo puede matar, a los semilobos también, pero si existen como los mitos, mejor se les arranca el corazón. La incógnita queda para los semilobos.

Solo salía a comer en estos 4 meses y me volvía a encerrar. Lo necesitaba y parece que todo está muy tranquilo, y eso es demasiado raro.

Solo tuve una visita inesperada, Dimitri. Todavía siento cosquillas en mis labios cada vez que recuerdo nuestro beso, y Vladimir, tengo tiempo que no lo veo. Los extraño a los dos como no tienen idea, y eso me pone demasiado triste y siento un vacío horrible.

Subo las escaleras para darme un baño y oler súper rico.

— Hola hija, tengo tiempo sin verte. ¿Cómo te fue? —Me mira con mucho cariño.

Confío en ella y en mi padre como no tienen idea.

— Excelente, mami —digo dándole un besito en el cachete, el cual ella me devuelve.

— Ven, vamos a comer.

La sigo y dejo mi baño relajante para después.

— Hola señorita perdida —dice Valentino saludándome.

Se nota que todavía no ha cambiado nada, más fiestero no puede ser.

Desayuno con toda mi familia y antes de irme les doy un beso a cada uno y en especial un abrazo a papá.

Subo las escaleras y me hago mi baño relajante con agua caliente, delicioso.

Salgo a hacer algo y pego un saltito por la inesperada presencia de mi hermano.

— ¿A dónde vas, bella? — me interroga.

— Quién sabe — respondo. Él me mira desafiante, pero yo estoy relajada y le sonrío.

— ¿Me vas a ver cambiarme o te vas ya? — pregunto, mirándolo a los ojos.

Me intimida un poco y retrocedo, no por nada es el mayor.

— Hablaremos luego — dice él.

Me visto, me echo un poco de colonia y me pongo un vestido sencillo pero sexy, negro, con unos tacones del mismo color. Me maquillo y salgo a buscar mi coche, asegurándome de que nadie me esté persiguiendo.

Cuando llego, veo a todos y algunas miradas sobre mí. Toco la puerta varias veces y me recibe una mujer de cabello claro.

— Buenas, ¿qué se te ofrece? — pregunta ella.

— Vengo a hablar con el alfa — respondo, mirándola feo. Le traigo rasquiñita y la acabo de conocer.

— Vaya, vaya. Ah, sí, no creo, pero pasa y tendrás que esperarlo afuera — dice ella, adentrándose en una habitación y cerrando dos puertas.

Veo a Vladimir con los ojos negros y sin más, me agarra fuerte y estampa sus labios con necesidad junto con los míos. Es un delicioso beso, sus labios saben a alcohol. Siento unas manos fuertes detrás y es Dimitri. Me sorprende verlo aquí, pero no pregunto, solo dejo que el momento fluya.

Mientras beso a Vladimir, nos vamos al cuarto de él y Dimitri acaricia todo mi cuerpo y mete las manos debajo del vestido.

— Ahhh, Dios santo — gimo bajito.

— Dimitri... — suelto un sonidito de nuevo.

Vladimir me besa con más rudeza y Dimitri solo me acaricia suavemente. Me tiran a la cama y quedo encima de Dimitri, quien me besa todo el cuello y va dejando chupones.

— Estás muy deliciosa, reina — me muerde bruscamente el labio Vladimir.

Dimitri abre mis piernas y Vladimir solo me arranca mis bragas.

— Tendrás que comprarme otras — dice él.

— Las que tú quieras, mi reina — me mira con esos ojos intensos y no ha cambiado nada desde que lo vi abajo.

Baja por mis piernas y empiezo a temblar. Estoy muy excitada, trato de abrir y cerrarlas, pero Dimitri no me deja. Siento la erección de Dimitri y no sé en qué momento Vladimir se sacó tremendo amigo. Él va directo al punto.

Me mira y se relame los labios.

— Preciosa — me susurra al oído.

Me tenso y beso a Dimitri, es un beso dulce y apasionado. No puedo evitar comparar los besos y todo, pero siento que con los dos estoy más que llena. En todos los sentidos.

Siento unas manos grandes y una embestida fuerte.

— Ahhhh — grito fuertemente por la sorpresa.

«Este es el verdadero "te parto en dos"», dice mi loba.

Siento sus embestidas cada vez más fuertes.

— Vladimir, más — pido más mientras Dimitri me besa.

Siento sus manos agarrar mis caderas y darle más duro.

— Nunca te dejaré ir.

me siento a punto de llegar y cada golpe es una satisfacción deliciosa para mí.

— Me encanta tu cara, amor — dice y le da más fuerte.

— Vlad...

gritamos los dos al mismo tiempo y siento su líquido caliente por dentro.

Ah, respiro profundo y él me da un casto beso rápidamente.