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La Luna De Sangre

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capítulo 7

Lea.

Me volteo y veo que ya no está, me decepciono y termino de comer mis donas.

Las subo a la habitación y meto en un florero las flores y ordeno las cajitas para guardarlas y comérmelas después.

Me tiro en la cama viendo el cielo, anocheció muy rápido.

Me quito toda la ropa que tengo puesta

Y me pongo una licra corta para dormir y quedo sin brasier.

Me tiro en la cama acomodándome.

qué rico dormir así.

Delicioso.

Cierro los ojos y poco a poco, hasta que veo todo oscuro...

— ¡Buenos días! — Escucho la voz alegre de un hombre en todo el cuarto.

Me tapo y miro asustada a la persona que está en la entrada de la habitación.

El hermano de Vladímir.

— ¿Qué quieres? — digo con cansancio.

— Que te levantes, quiero conocer a mi protegida.

— Déjame dormir, más tarde.

— Ahora — gruño por lo bajo.

Suelto las sabanas y quedan mis tetas al aire.

Me las tapo con una mano, mientras me dirijo al baño.

— No demores — me grita.

Me veo al espejo y parezco un espanto.

Hago aseo general en mí y salgo de la habitación y me cambio por un hermoso vestido negro, con abertura en las piernas, pero es sencillo, no para fiestas con unas sandalias.

Mis vestidos para fiestas son top y son sexys.

Bajo las escaleras, encontrándome con algunas personas de las familias y veo a Nikolay viéndome desde la puerta y lo persigo.

Salimos de la mansión a la manada y veo mucha gente, aquí parecen ser muy estricto, pero la manada está bien cuidada.

El alfa ha hecho un buen trabajo.

Todo está bonito, aunque el ambiente es pesado.

— Ven caminemos— me jala del brazo y me arrastra con él.

— Las sirenas son muy hermosas, pero no se dejan ver, casi. — me dice.

Me lleva a verlas y nos escondemos.

Vemos a varias que están nadando y en los cuentos son feas y malvadas, pero en la vida real son un amor.

Siento como si lo conociera sé toda la vida.

Estoy hablando con él como si fuéramos amigos de años.

Me da mucha curiosidad su personalidad porque no es nada parecida a la de su hermano.

— Ven — me atrae hacia él y corremos viendo todo tipo de cosas.

Las hadas, algunos animales desconocidos, una que otra planta interesante.

Vemos de lejos a los duendes y me da risa.

Son gorditos, tienen una barriguita y son enanos.

Reímos juntos tratando de tapar nuestra sonrisa, para que, nos escuchen.

Me jala a otra parte y vemos un ave fénix

Se dice que vienen directamente del infierno.

Es muy hermosa, me encantan.

— ¿Así que tú eres mate de mi hermano?.

Me tenso con la pregunta, pero en la forma que lo dice ya debe de saberlo.

— Sí.

— Quiero decirte que no importa, voy a estar para ustedes, menos mal que yo soy tu protector u otro ya estuviera muerte.

— Efectivamente.

Reímos un poco y seguimos el camino devuelto a la mansión.

Veo carros blindados lo cual se me hace muy raro, miro curiosa afuera.

— ¡Mierda! — grita con furia nikolay.

— ¿Qué pasa?

Lo miro y él me jala el brazo llevándome lo más rápido posible a dentro de la casa.

— Buenas, ¿Dónde quedaron los modales, niño? — Dice una señora de bastante edad, demasiada diría yo.

Ya está para un cajón.

— ¿No piensas saludar a tu abuela? — Él pone una sonrisa amarga.

La saluda y la señora se vuelve a mí, me mira como si yo fuera, una mierda.

Le devuelvo la misma mirada de mierda y como parece que a ninguno de los que están aquí les cae bien, por todos tiene una cara culo.

Le jalo el brazo a nikolay y subimos las escaleras rápidas.

— ¡¿Quién es ella?! Es muy maleducada, me miro feo, ella es una niña fea — La escuchó gritando.

— No te importa, con ella no te metas — Sentencia el alfa.

— Le voy a decir a tu abuelo, porque si o si, la tienen que sacar de aquí.

—Además, ¿qué aporta, ella?

— Muchas cosas.

No termino de escuchar y seguimos a mi cuarto y nos encerramos.

— Qué vieja tan intensa — le digo.

— Lo sé, más bien lo sabemos, a nadie le cae bien.

— Se nota, bastante.

Pasamos varios minutos en la cama sin hacer nada, hasta que abrimos la ventana y vemos pasar a muchas Personas, empezamos a mirar la ropa y jugar un juego tonto, muy estúpido.

Comemos helado el resto de tarde viendo películas, derretimos gomitas y después nos las comimos así.

También comimos mucho picante y posteriormente cosas muy ácidas.

— mierda, ¡¡¡Quema!!! — grito sin aguantar corro al baño y bebo de la pluma y todavía lo siento.

— Ten — dice dándome un vaso de jugo, mientras sé.ríe fuertemente acariciando mi espalda.

— Imbécil — le digo.

— niña estúpida.

— Maldito me las voy a comprar.

Lo miro y le echo agua encima.

Terminamos tirados en la cama del cansancio y nos leímos juntos.

—Qué locura — dice.

— definitivamente, eres el mejor — le digo riéndome un poco.

Ya ni el cuerpo puedo mover, mierda me duele todo