Capítulo 11

Efectivamente como había dicho Jacob, su secuestro fue el más realista que el de todos los participantes. Simplemente por curiosidad, Lisa le dijo a Jacob:

-Por favor, ¡cuéntanos como fue!

-Está bien, no veo porque no - afirmó Jacob suspirando y con un poco de miedo por contar lo que le sucedió ese terrible día...

Ese día, Jacob estaba manejando su auto, "que tenía a sus 20 años porque digamos que su familia era un poco adinerada"

Iba de camino a casa de sus tíos, estos vivían en pleno campo, la familia de Jacob era adinerada, pero los tíos ya estaban acostumbrados a vivir en un entorno digamos, "menos moderno". Jacob quería ir a allí para verlos, ya que habían pasado exactamente cuatro años que no los veía porque después de que terminó la escuela siguió estudiando para coger la carrera de escritor, y simplemente no tenía tiempo de visitar a sus tíos.

La verdad que sus tíos iban a hacer una gran fiesta de bienvenida para Jacob, por el hecho de que él aspiraba una profesión digna del mismo porque él era muy buen escritor y había creado más de 80 novelas, la mayoría de terror, suspenso, casos sin resolver, asesinatos, y todo tipo de cosas que te ponen la piel de gallina.

Pero no, no era nada de cosas sin sentido como cosas mitológicas como monstruos, animales que piensan como humanos, demonios... no, de verdad no era nada de esas cosas que nada más salen en las películas de Ciencia Ficción. La verdad cuando Jacob hablaba de Novelas de Terror, se refería específicamente a cosas como asesinatos por personas maniáticas, secuestros sin sentido, canibalismo, y otro tipo de cosas que ocurren en la vida real.

Y claro, no podía faltar los Juegos Diabólicos ocasionados por personas lunáticas, locas y maniáticas. Y Jacob se preguntaba, ¿por qué esas personas hacen todo ese tipo de atrocidades? Al pasar el tiempo, noches de desvelo y estudio infinito todos los días por fin lo entendió.

Es fácil, simplemente porque no están bien de la cabeza, pasaron por un trauma, fueron abusados en el pasado, vieron asesinatos justo delante de sus ojos, y todo tipo de cosas que te puede dejar loco.

Jacob no podía negarlo, la verdad que si le gustaba escribir, ¿y por qué no hacer una novela que traten sobre eso mismo? O sea, "Juegos Diabólicos"

En fin... De sus 80 libros escribió una que trató de eso mismo, pero, la verdad, que no encontró un final para esa historia, y la verdad que todas las historias de terror de Jacob tenían un "final" pero para esta, por un motivo desconocido no encontró un "final"

"Volviendo al Día del Secuestro"

Jacob la verdad que era muy olvidadizo, ¿quién iba a pensar que en medio de ese campo todo oscuro se le iba a olvidar la ubicación exacta de la casa de sus tíos? Pues sí, de veras, a Jacob se le olvidó.

No tuvo más remedio que intentar llamar a sus padres para que le mandaran la ubicación de la casa por el celular. Pero para su mala suerte el celular de Jacob se quedó sin batería. Además, ¿era algo sin lógica, no? ¿Cómo habría señal en medio de ese campo? Ah, ¡y encima era de noche!

Entonces Jacob lo único que hizo fue avanzar con su auto en busca de una señal de vida o de algún lugar donde hubiera electricidad para cargar su teléfono.

Cuando empezó a avanzar se dio cuenta de que su auto se estaba quedando sin gasolina.

-¡Rayos! ¿En serio, justo ahora? - exclamó con un tono de furia, ya era demasiada mala suerte para Jacob, y él solo quería ver a sus tíos.

Pero, la verdad que su suerte estaba aumentado, ya que encontró una gasolinera.

Jacob se bajó del auto automáticamente y fue a hablar con el dependiente del local.

-Buenas noches, quisiera llenar mi auto de gasolina.

-¡Con mucho gusto! - exclamó el dependiente que este tenía una gran sonrisa en su rostro.

Él procedió a llenar el auto de Jacob de gasolina y cuando acabó con su trabajo le dijo a Jacob que le pagara el dinero y Jacob efectivamente lo hizo, con mucho gusto de hecho.

Antes de que Jacob se fuera le preguntó al Dependiente del lugar nuevamente:

-Señorito, ¿no sabe usted un lugar donde pueda cargar mi celular?

-Mm, creo que sí sé un lugar, es un Motel que está a unos dos kilómetros de aquí, también dicen que hay buena señal - afirmó el Dependiente poniendo sus dedos índice y pulgar en su barbilla como símbolo de pensamiento.

-¡Solo avanza por la carretera rectamente hasta que veas un Motel! - exclamó nuevamente el Dependiente con una sonrisa.

-¡Qué bien! Bueno muchas gracias por su atención ¡Qué tenga una bonita noche! - dijo Jacob subiéndose a su auto muy feliz.

Cuando Jacob arrancó su auto, se fue al momento. Pero el Dependiente al ver que ya Jacob se había ido dijo lo siguiente:

-Muchacho, no sabes lo que te espera...

".................................."

En efecto, Jacob había llegado al sitio de su destino, el gran Motel que parecía estar abierto las 24 horas del día, ya que lo decía en un cartel.

Se bajó de su auto y fue directamente a la recepción del sitio.

El Dependiente de la recepción era simplemente una chica que por su aspecto parecía tener unos 25 años o más. Era rubia de ojos azules. Cuando Jacob entró y vio a esa chica lo primero que pensó fue:

-¡Cielos, es muy linda!

Y en serio que era muy linda.

Jacob se dirigió a la rubia y le preguntó lo siguiente:

-Ejem, disculpe chica, ¿me puede decir un sitio donde pueda cargar mi teléfono? Es que se me ha quedado sin carga en medio del camino y necesito comunicarme urgentemente con mis familiares...

-Me parece que eso no va a poder ser posible señor, los únicos sitios que se pueden cargar celulares son dentro de las habitaciones del Motel, bueno, claro, si usted paga la habitación le dejaremos entrar con gusto - afirmó la rubia con una pequeña sonrisa en su rostro.

-"¡Rayos, creo que no traigo dinero! ¡De todas formas voy a ver en mi billetera!" - exclamó Jacob en su mente metiendo la mano en su bolsillo en busca de su billetera. Para su suerte, si, Jacob tenía su billetera y la cantidad de dinero suficiente como para pagar la habitación del Motel.

Jacob le entregó el dinero a la rubia y esta procedió a darle a la llave de su habitación y decir las siguientes palabras:

-Su habitación es la número cuatro. ¡Qué tenga una bonita noche!

Jacob sonrió a la buena actitud de la rubia y subió las escaleras del Motel en busca de su habitación que esta era la número cuatro.

Y bueno, Jacob encontró su habitación finalmente que esta estaba al final de un pasillo, entró y enseguida puso su teléfono a cargar. Se sentó en la cama "una matrimonial de hecho" a esperar a que su celular cogiera algo de carga. Esos cinco minutos que estuvo esperando fue observando detenidamente el lugar, o sea, su habitación. Vio que tenía una nevera pequeña, dos muebles con una alfombra en medio de estos que tonificaba un gusto elegante, unas ventanas completamente de cristal que tenían unas cortinas azules de seda y por último su cama matrimonial en la cual Jacob estaba sentado.

Nuevamente, Jacob fue a revisar su teléfono y vio que tenía la carga suficiente como para hacer una llamada, y en efecto, Jacob llamó a sus padres para que ellos le mandaran la ubicación de la casa de sus tíos.

-Bit, bit, bit - sonaba el celular de Jacob.

Él, obviamente no esperaba que los celulares de sus padres estuvieran apagados, pensó que ya a estas horas deberían estar durmiendo, aunque también pensaba que era muy extraño porque se supone que aunque estuvieran durmiendo no deberían de tener sus celulares apagados...

Jacob no tuvo más remedio que llamar a su tía. A la primera llamada no contestó, pero a la segunda lo hizo instantáneamente.

-¡¡Sobrino!! ¡¿Pero qué te ha pasado?! ¡Te estuvimos esperando por horas y no has llegado! Tu tío y yo nos tuvimos que acostar a dormir...

-Está bien, tía, se me ha presentado un problema y se me ha olvidado la ubicación de su casa, ¿me podrías mandar la ubicación tu misma? - preguntó Jacob con un bostezo, ya empezaba a tener sueño.

-¡Ay sobrino! ¡Sabes muy bien que yo no sé usar esta cosa! ¡Tu tío fue el que solamente me enseño a llamar! ¡Yo no sé más nada! ¿Por qué no mejor llamas a tus padres y les preguntas? - exclamó la tía de Jacob.

-Es que tía, mis padres no contestan el teléfono...

-Mm, ¡que extraño! Bueno, ¿por qué no esperas hasta mañana? A propósito, ¡¿dónde estás?! - exclamó la tía nuevamente con gesto de preocupación.

-De eso no te preocupes tía, estoy en un Motel, pasaré la noche aquí y ya mañana llamo a mis padres para que me manden la ubicación de tu casa - dijo Jacob haciendo un revirado de ojos en tono de cansancio.

-¡Por mí está bien! ¡Pasa buena noche! ¡Te esperamos con felicidad! - dijo la tía esta vez colgando el celular.

En ese momento Jacob solo dejó el teléfono cargando y se acostó a dormir al momento, ya que tenía demasiado sueño.

"Tres horas después"

Jacob estaba en un profundo sueño, los ronquidos se sentían plácidamente en señal de un sueño profundo.

Pero, al fin, llegó la hora de la verdadera maldad, en serio...

Jacob había revisado todos los lugares de la habitación menos uno, debajo de la cama...

Debajo de la cama salió un señor con una inyección en la mano, era obvio que pretendía inyectar a Jacob en algún sitio del cuerpo, y nadie sabía el motivo de eso.

El señor se traqueó el cuello en gesto de cansancio, parecía que se había pasado el día entero debajo de esa cama esperando el momento en el cual Jacob estaba vulnerable, ¡cuando estuviera durmiendo!

Y entonces, ese señor procedió a inyectarle lentamente ese somnífero a Jacob. Este ni se dio cuenta de que le inyectaron esa cosa, solo se dio cuenta de que cuando despertó estaba en ese horrible sitio, sí, me refiero a la Antigua Escuela Abandonada de New Jersey, el sitio del Juego de Rosé, por supuesto.

-Por suerte ya he vivido este tipo de situaciones, dentro de mi imaginación, claro - dijo Jacob con una risilla sarcástica.

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