El Legado Athonyson Saga Lll De Yo Soy Del CEO
—¿Vamos a ir al club? tengo algo de pereza, vayan ustedes, yo me quedo en la mansión _Dijo Joseph sin ánimos.
—Oh Joseph, no seas así, yo quería que tú también estuvieras, no seas malo porfa _insistió Helen pero Joseph siguió en su teléfono sin hacer caso, al parecer estaba chateando con alguien.
—Ash, vamos sin ese agua fiestas, ya somos cinco, no lo necesitamos _protestó Samuel de manera aburrida.
—No le insistas Helen, el no quiere ir, vamos nosotras y es suficiente _añadió Madison.
—Hola, también habemos chicos, querrás decir "vamos nosotros", no "nosotras", tonta _recalcó Maicol.
—Uy ya entendí, que delicado _respondió Madison cruzada de brazos.
—Oigan ya son las ocho, ¿dónde está Isabella que no baja? _preguntó Samuel.
—¡Ya estoy aquí! _se escuchó la voz de Isabella desde arriba de las escaleras, bajó como toda una diva, llevaba puesto un vestido corto color negro tallado a su cuerpo resaltando sus hermosas curvas, unos tacones no muy altos acompañado con una cartera y su largo cabello suelto, cualquier hombre caería rendido a sus pies.
—OMG, amiga te ves espectacular, si fuera hombre me enamoraría de ti al instante _elogió Helen.
—Es cierto, nos vas a opacar en el club, siempre has tenido un bello cuerpo, y esas caderas atrapa hombres son...uff, no puedo explicarlo _agregó Madison.
—Oh gracias chicas.
—Espera espera espera, ¿adónde crees que vas vestida de esa manera?, subes ahora mismo y te cambias, no quiero partirle la cara esta noche a ningún pervertido, mejor es evitarme ese mal y placentero rato por favor _Ordenó Joseph en cuanto vió a Isabella vestida tan sensual.
—Concuerdo con Joseph Isabella tu no...espera un momento Joseph, ¿no dijiste que no ibas a ir al club? ¿eres bipolar o te haces? _dijo Samuel.
—Cambié de opinión, ahora sí quiero ir _respondió Joseph sin importancia.
—Vaya, que cambios de humor tienes, primero estás cómo una gallina matada a escobazos y ahora tienes ánimos, eres una cajita de sorpresas hermanito _repitió Samuel de manera burlona.
—El diablo hablando de maldiciones _Arremitió Joseph en defensa.
—¡Tú!...
—Basta, no les estoy pidiendo permiso para vestirme, no están en esa posición de darme órdenes, así que si van a ir al club muevan sus traseros y si no van a ir no estorben, ah y otra cosa, no quiero peleas, no quiero verlos en cosas raras, ni tampoco me hagan pasar vergüenzas o si no se las verán conmigo, no seré amable esta vez se los aseguro, ahora andando _ordenó Isabella con firmeza, su temperamento y carácter es igual al de su madre.
—Ya escucharon chicos, más vale obedecer _comentó Helen burlándose de ellos, ellas dos siguieron a Isabella, Samuel, Maicol y Joseph se fueron más atrás sin decir una palabra.
Isabella se subió con sus amigas en su Lamborghini mientras que Joseph, su hermano y su primo Maicol se subieron en otro auto, detrás de ellos los seguían tres autos más que eran los escoltas.
En poco minutos llegaron al club nocturno Alcalá, es uno de los clubes más exclusivos y VIP de la ciudad, allí solo van las personas con dinero, una bebida de ese club cuesta mucho, pero como estamos hablando de hijos de personas ricas como Antonella y Róger principalmente, como segundo Dexter y Teresa, como tercero Clarisse y Cristian, y por último Harry y Maribel, no hay problema, el dinero no es un lío para ellos.
Al llegar todos los chicos se bajaron incluyendo a los escoltas que rodearon todo el lugar cuando ellos entraron, Maicol, Joseph y Samuel se sentaron en una mesa por aparte ya que tenían planes de invitar a chicas, Isabella con sus amigas Helen y Madison se sentaron en otra, pidieron algunos tragos y empezaron a beber, la que tomaba poco era Isabella, siendo la mayor de todas no era muy fuerte al alcohol, pero sin embargo sus amigas si bebieron como si se fuera a acabar el mundo.
—Oigan chicas despacio, más que todo tu Madison, tu madre me va regañar si te llevo tan borracha a tu casa, no quiero ser responsable, recuerda que acabas de entrar a los dieciocho, es más no debí traerte _dijo Isabella en tono severo.
—Hay déjame Isabella, quiero beber, ya no soy una niña, solo quiero diversión no me le eches a perder porfis.
—Como quieras, solo no me haré responsable.
—Oigan chicas miren allá, llegaron los corbatines blancos, como siempre llamando la atención _comentó Helen mirando hacia la mesa que estaba en el fondo.
—¿Quienes son esos? _preguntó Isabella.
—Hay Isabella, tanto tiempo que has venido conmigo y ¿no lo sabes?.
—Pues tengo cosas más importantes en qué pensar, no ando husmeando la vida de los demás como tú, chismosa entrometida _dijo Isabella tomando un trago el cual estaba un poco amargo y fuerte.
—Me sentí ofendida, pero no importa les cuento, ellos son gente importante, no sé en qué trabajan exactamente pero les digo que tienen dinero hasta en los dientes, siempre están con escoltas, visten como porte de asesinos y eso los hace más interesantes, y lo más importante de todo, son guapísimos, como los escoltas tanto como su jefe, uff esos hombres son... ni para que les cuento _contó Helen sin quitar la mirada de ellos, pero Isabella no le prestó mucha atención, sabe que Helen siempre habla de lo guapo que son los hombres pero su corazón pertenece a uno y ese es Joseph, obviamente es un amor no correspondido pero ella tiene que vivir con eso.
—Oye, parece que los estabas acosando desde hace mucho _señaló Madison.
—No es eso, solo los admiro, no es interés personal.
—Ajá, ya sabemos eso, solo derramas la baba por uno solo que por cierto solo se está divirtiendo con otras chicas, mira hacia allá _dijo Isabella, Helen miró hacia la mesa de los chicos y como siempre ahí estaban ellos con mujeres calientes, la mirada de Helen se opacó y la apartó de inmediato, es duro para ella vivir con ese secreto oculto en su corazón y ver a Joseph con otras mujeres, es tan feo un amor unilateral.
—No te sientas mal por culpa de mi hermano Helen, sabes que es un tonto, hay más chicos guapos en este club en el cual te puedes fijar _consoló Isabella tocando el hombro de Helen.
—Isabella tiene razón Helen, no te sientas mal por él y sigamos con la diversión _añadió Madison.
—Okey, bebamos otro trago, estoy bien _aseguró Helen, ambas levantaron sus copas y siguieron bebiendo, Isabella trató de no perder el control con el alcohol, sus amigas solo bebían el licor como si fuera agua, son unas alcohólicas desde jóvenes.
Las chicas se siguieron divirtiendo, pasaron a la pista de baile y bailaron al compás de la música, era una canción movediza y sensual para bailar con una pareja, pero las tres bailaron solas moviéndose de manera muy sexy, Joseph se quedó encantado viendo a Helen desde lejos mientras que en sus piernas estaba sentada otra chica, Maicol y Samuel seguían bebiendo un trago tras otro.
Una persona a lo lejos también las observaba pero era a una sola en específico, a la de vestido negro que bailaba muy sensual de arriba hacia abajo con sus amigas, una sonrisa torcida y de malicia se dibujó en el rostro de esa persona mientras tomaba un trago de vodka escocés Diva, sus ojos se deleitaban en semejante escultura de mujer, sus ojos podían seguir ese movimiento de caderas, hasta incluso miró por encima de su pantalón y tenía un pequeño "problemita" con solo mirarla, no era la primera vez que lo hacía y eso...le gustaba.
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Comments
Isabela Nuñez
cómo se llaman las otras novelas x favor
2024-05-30
0
Alejandra Rodriguez
ya leí la primera y la segunda ahora nos vamos por la tercera espero este buena como las anteriores 😊
2024-05-15
3
julia ninoska lugo gonzalez
Tiene que decir nosotros porque hay hombres y mujeres. Así sea una sola mujer y 29 hambres hay que decir nosotros, o viceversa.
2024-03-24
1