Isabella se dió la vuelta y se fue corriendo nuevamente hacia el segundo piso pero se detuvo en el pasillo, no podía correr por su pierna, estaba muy agitaba y sudaba frío, miró hacia atrás y se dió cuenta que nadie la siguió, al parecer ya tenían claro que no podía escapar de ese lugar.
Sintió que algo caliente que bajaba por su pierna, era sangre, su herida se estaba desangrando de nuevo, ella se sostuvo contra la pared soportando el dolor, era en verdad muy insoportable, jamás había sentido el dolor de una bala.
En ese momento sintió unos pasos firmes detrás de ella, Isabella se quedó inmóvil, su corazón latía muy rápido pero no iba a dejarse llevar por el pánico.
La persona detuvo sus pasos detrás de ella, la espalda de Isabella chocó con el pecho corpulento de un hombre, no sabía qué hacer, su pecho subía y bajaba.
Isabella podía sentir la respiración de aquél hombre en su nuca, si trataba de hacer algo podía lastimar más su herida la cual seguía sangrando.
—No debiste levantarte _susurró aquél hombre en el oído de Isabella con una voz ronca, fría y seductora, ella quedó sin habla, sentía que su cuerpo no se podía mover.
De repente siente como unas frías y grandes manos la levantan para llevarla en sus brazos, Isabella quedó cara a cara con aquel misterioso hombre mientras la sostenía en sus brazos, sus ojos eran grises, sus cejas negras y gruesas, labios rojos y carnosos, su rostro era un cincelado perfecto, su cabello era negro y desordenado algo que lo hacía ver agresivamente guapo, era un hombre alto, Isabella se vería de una estatura media estando delante de él.
Isabella quedó perpleja, aquél hombre la miraba de una manera algo intensa, parecía que la estaba contemplando detalladamente, pero su cara no tenía expresión alguna.
El se dirigió hasta la habitación nuevamente y la dejó en la cama con el mayor cuidado, frunció el ceño cuando le miró el muslo sangrado.
El hombre se levantó en silencio y buscó en uno de los cajones algo para curar nuevamente la herida de Isabella, ella se levantó con cuidado se dirigió a la parte de atrás de la cama, no quería que ese hombre se le acercara.
El al voltear frunció el ceño al verla alejada, dejó las cosas en la cama y se dirigió a ella con pasos lentos.
—¿Que crees que haces? aléjate de mí _dijo Isabella retrocediendo hacia atrás.
—Vuelve a la cama _ordenó el hombre.
—No lo haré, ¿que quieres de mí? ¿quién te envió? _preguntó Isabella de mala manera.
—Eso no importa ahora, déjame curar tu herida, puedes morir desangrada _el hombre se estaba acercando aún más pero Isabella no estaba dispuesta a ceder ante él sin saber quién era y qué quería de ella.
—No te me acerques porque te vas a arrepentir, quiero salir de aquí, déjame ir.
—Creo que eso no se va a poder, tú te quedas conmigo _dijo el hombre autoritario, eso confundió más a Isabella.
—Eso nunca, dime qué es lo que quieres decir mí, ¿te enviaron a matarme? _isabella ya se estaba sintiendo nuevamente un poco débil, estaba perdiendo sangre, su herida se abrió de nuevo.
—Alguien quería matarte, yo te salvé, pero ellos me hicieron un favor, no me pusieron las cosas difíciles, si quisiera matarte hubiera dejado que esos hombres lo hicieran cuando tenían la oportunidad.
—¿Entonces que es lo quieres?.
—A ti, ¿no es obvio? _el hombre se fue acercando un poco más, Isabella retrocedió pero su espalda chocó con la pared, no tenía salida.
—¿Quién eres?, no te me acerques.
—Soy Mason Petrovich, es un gusto conocerte en persona Isabella _una sonrisa sádica se dibujó en el rostro de Mason.
—¿Como es que sabes mi nombre?
—Sé muchas cosas de ti, ahora basta de charla, necesito curar tu herida, es profunda y se puede infectar _Mason caminó hacia ella hasta quedar muy cerca.
—No se te ocurra tocarme, eres un pervertido, ¿como te atreviste a quitarme la ropa sin mi permiso?
—Era necesario, además estabas inconciente, no te preocupes ya iba a conocer tu cuerpo sin nada aunque no tuvieras una herida, por cierto eres más linda sin ropa _le susurró al oído.
—¡Aléjate pervertido! quiero irme de aquí, déjame ir _Isabella apartó a Mason y el retrocedió.
—No te vas ir, ahora eres mía te guste o no, nunca podrás escapar de mi Isabella, jamás.
—¡Eres un enfermo! ¡¿que quieres conmigo?! ¡habla maldita sea!
—Quiero muchas cosas contigo, tu cuerpo, tu corazón y tu alma si es necesario, todo, absolutamente todo, es algo de lo que no puedes huir, estás bajo mi dominio ahora.
—¡Eso nunca!, ¡no sabes el problema en que te has metido infeliz!
—Claro que lo sé, pero por ti hago lo que sea _Mason camino hacia ella y le cubrió la boca de manera rápida.
—Mmmm, Mmmm.
—No puedes gritar ahora, déjame curar tu herida, sé una buena chica y obedece, no quiero lastimarte y tomar medidas severas _le susurró al oído, Isabella lo miró con desdén, sus manos estaban en el pecho de él y podía sentir sus fuertes latidos, lo trataba de empujar pero era como forcejear contra una roca.
—¿No vas gritar?, te soltaré si dejas de gritar y si me permites curar tu herida ¿de acuerdo? _Isabella dió un frágil asentimiento y Mason la soltó, luego la cargó en sus brazos hasta dejarla en cama, ella permaneció en silencio, tenía que jugar inteligente para que Mason la dejara ir.
—¡Auch! ¡duele mucho! _chilló de dolor cuando Mason la estaba curando nuevamente.
—No estuvieras pasando por esto nuevamente si no te hubieses levantado _respondió Mason colocándole el vendaje.
—¿Que querías que hiciera?, desperté y no sabía dónde diablos estaba, no tenía mi ropa puesta, y hay cientos de hombres allá afuera, ¿no era obvio que tenía que averiguar algo?.
—Ese es tu punto de vista así que no hay problema, no me molesta en curarte de nuevo, así podré tocar tu muslo.
—Eres un enfermo, te acabo de conocer y siento que ya te odio.
—Eso es bueno, empiezas a tener un sentimiento por mí, que más puedo pedir, solo es el comienzo.
—No te soporto, en verdad eres una molestía.
—Lo sé, ya te vas a acostumbrar.
Mason terminó de vendar su herida y guardó todo nuevamente en el cajón, miró a Isabella y se veía molesta, luego posó la mirada en lo que llevaba puesto, no le había gustado que ella bajara de esa manera tan reveladora donde habían tantos hombres que la vieron.
—¿Que tanto me miras?
—No quiero que vuelvas a salir vestida así sinó quieres que les saque los ojos a todos ellos.
—No eres nadie para darme órdenes, además te recuerdo que me quitaste mi ropa mientras estaba inconsciente y me colocaste esta, deja el descaro.
—Aún así, no quiero que vean lo que yo veo.
—No sé de qué manicomio has salido pero lo cierto es que estás demente, ahora dime qué quieres que haga para que me dejes ir.
—No puedes hacer nada, te vas a quedar conmigo ya te lo dije, ahora espera aquí, te traeré comida, no has comido nada en todo el día _dijo Mason dirigiéndose a la puerta.
—No te tengo apetito así que no te molestes _Respondió Isabella dándole la espalda.
—No te estoy preguntando _dicho eso salió de la habitación, Isabella se acomodó en la cama dando un suspiro pesado, pensaba en sus hermanos y amigas, ellos seguramente estaban preocupados por ella, por otra parte estaba agradecida con Mason por ayudarla pero a la vez estaba molesta porque la tiene cautiva y no la piensa dejar ir, nunca pensó en estar en una situación como esa, que Mason sea amable con ella no quiere decir que le tiene una pizca de confianza.
Mientras ella estaba divagando en sus pensamientos alguien la miraba desde la puerta, Isabella estaba de espaldas y no se había dado cuenta, su pijama de seda le dejaba descubierta sus piernas así que eran el blanco perfecto para un depredador.
—Verdaderamente mi hermano tiene buenos gustos, ya entiendo porqué te quería secuestrar, hasta yo lo hubiera hecho _Isabella se asustó con aquella voz que escuchó de repente y se dió la vuelta, vió que el chico que le había hecho un comentario hace rato estaba parada parado en la frente mirándola con ojos lujuriosos.
—¿Quién eres tú? _preguntó Isabella sentándose en la cama, tapó sus piernas con una manta para que no quedaran al descubierto.
—Soy Dereck Petrovich, hermano menor de Mason, ¿y tú cómo te llamas? _inquirió Dereck acercando sus pasos hacia ella, el parecía ser más tranquilo y menos intimidante.
—Soy Isabella.
—Es un gusto Isabella, solo te veía por fotografía pero veo que en persona eres mucho más hermosa, ya veo porqué mí hermano es tan posesivo.
—¿Que?
—Olvídalo, solo te digo que te será imposible salir de sus manos, ya eres su propiedad _balcuceó sin importancia.
—Claro que no, ya veo que eres igual que él, todos están dementes _respondió Isabella mirándolo con desdén, Dereck solo sonrió y se acercó mucho más a Isabella.
—Puedo ser mucho peor que él, no somos iguales créeme _dijo con voz ronca y fría.
—¿Que crees que estás haciendo? _Interrumpió Mason al llegar con una bandeja de alimentos, su rostro se ensombreció al ver a Dereck tan cerca de Isabella.
—Solo estaba saludando a tu invitada, ¿tiene algo de malo? _dijo alejándose de ella.
—Largo de aquí _ordenó Mason de manera severa, se notaba molesto.
—Okey ya entendí, pero antes dejarme decirte, tu pequeño caramelo es bastante tentador _dicho eso de manera pícara, pasó por el costado de Mason y salió de la habitación.
Isabella se volvió a incorporar en la cama sin decir nada, no le dió la más mínima importancia al asunto, Mason se acercó y dejó la bandeja de comida en la mesa que estaba a un lado de la cama, tenía un tinte gélido, eso se podía percibir.
—Levántate, tienes que comer _ordenó Mason mirando a Isabella la cual le había dado la espalda.
—Ya te dije que no quiero _respondió Isabella sin ánimos, no está acostumbrada que le den órdenes y eso le molesta.
—No te estoy preguntando, levántate o te la doy por fuerza, no seré amigable créeme _amanazó.
—¿Quién te crees que eres para amenazarme?, no tengo que obedecer a todo lo que dices, ¿no te basta con tenerme aquí?.
—No me hagas perder la paciencia Isabella.
—¿Y a mí que más me da si la pierdes?
—Tú lo pediste _Mason metió a su boca un bocado de comida para luego dársela a Isabella a la fuerza pero ella al verlo lo detuvo.
—¿Es enserio? ¿te volviste loco acaso? eso es asqueroso.
—Te dije que lo haría a la fuerza, ahora hazlo por tu voluntad _isabella respiró hondo y se sentó en la cama, Mason no se iba a dar por vencida con ella tan fácilmente.
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Comments
Ser Up
el que sea mafioso le quita todo el atractivo para mí, no vale la pena ojalá sus padres la rescaten y a ese le metan plomo
2024-05-05
5
Irma Rocha Cruz
aunque peligroso... pero me agrada... sólo espero que no la haga sufrir.....
2023-07-26
8
Gladys Elizabeht Amaro Rojas
esta genial
2023-07-15
0