—¿Vamos a ir al club? tengo algo de pereza, vayan ustedes, yo me quedo en la mansión _Dijo Joseph sin ánimos.
—Oh Joseph, no seas así, yo quería que tú también estuvieras, no seas malo porfa _insistió Helen pero Joseph siguió en su teléfono sin hacer caso, al parecer estaba chateando con alguien.
—Ash, vamos sin ese agua fiestas, ya somos cinco, no lo necesitamos _protestó Samuel de manera aburrida.
—No le insistas Helen, el no quiere ir, vamos nosotras y es suficiente _añadió Madison.
—Hola, también habemos chicos, querrás decir "vamos nosotros", no "nosotras", tonta _recalcó Maicol.
—Uy ya entendí, que delicado _respondió Madison cruzada de brazos.
—Oigan ya son las ocho, ¿dónde está Isabella que no baja? _preguntó Samuel.
—¡Ya estoy aquí! _se escuchó la voz de Isabella desde arriba de las escaleras, bajó como toda una diva, llevaba puesto un vestido corto color negro tallado a su cuerpo resaltando sus hermosas curvas, unos tacones no muy altos acompañado con una cartera y su largo cabello suelto, cualquier hombre caería rendido a sus pies.
—OMG, amiga te ves espectacular, si fuera hombre me enamoraría de ti al instante _elogió Helen.
—Es cierto, nos vas a opacar en el club, siempre has tenido un bello cuerpo, y esas caderas atrapa hombres son...uff, no puedo explicarlo _agregó Madison.
—Oh gracias chicas.
—Espera espera espera, ¿adónde crees que vas vestida de esa manera?, subes ahora mismo y te cambias, no quiero partirle la cara esta noche a ningún pervertido, mejor es evitarme ese mal y placentero rato por favor _Ordenó Joseph en cuanto vió a Isabella vestida tan sensual.
—Concuerdo con Joseph Isabella tu no...espera un momento Joseph, ¿no dijiste que no ibas a ir al club? ¿eres bipolar o te haces? _dijo Samuel.
—Cambié de opinión, ahora sí quiero ir _respondió Joseph sin importancia.
—Vaya, que cambios de humor tienes, primero estás cómo una gallina matada a escobazos y ahora tienes ánimos, eres una cajita de sorpresas hermanito _repitió Samuel de manera burlona.
—El diablo hablando de maldiciones _Arremitió Joseph en defensa.
—¡Tú!...
—Basta, no les estoy pidiendo permiso para vestirme, no están en esa posición de darme órdenes, así que si van a ir al club muevan sus traseros y si no van a ir no estorben, ah y otra cosa, no quiero peleas, no quiero verlos en cosas raras, ni tampoco me hagan pasar vergüenzas o si no se las verán conmigo, no seré amable esta vez se los aseguro, ahora andando _ordenó Isabella con firmeza, su temperamento y carácter es igual al de su madre.
—Ya escucharon chicos, más vale obedecer _comentó Helen burlándose de ellos, ellas dos siguieron a Isabella, Samuel, Maicol y Joseph se fueron más atrás sin decir una palabra.
Isabella se subió con sus amigas en su Lamborghini mientras que Joseph, su hermano y su primo Maicol se subieron en otro auto, detrás de ellos los seguían tres autos más que eran los escoltas.
En poco minutos llegaron al club nocturno Alcalá, es uno de los clubes más exclusivos y VIP de la ciudad, allí solo van las personas con dinero, una bebida de ese club cuesta mucho, pero como estamos hablando de hijos de personas ricas como Antonella y Róger principalmente, como segundo Dexter y Teresa, como tercero Clarisse y Cristian, y por último Harry y Maribel, no hay problema, el dinero no es un lío para ellos.
Al llegar todos los chicos se bajaron incluyendo a los escoltas que rodearon todo el lugar cuando ellos entraron, Maicol, Joseph y Samuel se sentaron en una mesa por aparte ya que tenían planes de invitar a chicas, Isabella con sus amigas Helen y Madison se sentaron en otra, pidieron algunos tragos y empezaron a beber, la que tomaba poco era Isabella, siendo la mayor de todas no era muy fuerte al alcohol, pero sin embargo sus amigas si bebieron como si se fuera a acabar el mundo.
—Oigan chicas despacio, más que todo tu Madison, tu madre me va regañar si te llevo tan borracha a tu casa, no quiero ser responsable, recuerda que acabas de entrar a los dieciocho, es más no debí traerte _dijo Isabella en tono severo.
—Hay déjame Isabella, quiero beber, ya no soy una niña, solo quiero diversión no me le eches a perder porfis.
—Como quieras, solo no me haré responsable.
—Oigan chicas miren allá, llegaron los corbatines blancos, como siempre llamando la atención _comentó Helen mirando hacia la mesa que estaba en el fondo.
—¿Quienes son esos? _preguntó Isabella.
—Hay Isabella, tanto tiempo que has venido conmigo y ¿no lo sabes?.
—Pues tengo cosas más importantes en qué pensar, no ando husmeando la vida de los demás como tú, chismosa entrometida _dijo Isabella tomando un trago el cual estaba un poco amargo y fuerte.
—Me sentí ofendida, pero no importa les cuento, ellos son gente importante, no sé en qué trabajan exactamente pero les digo que tienen dinero hasta en los dientes, siempre están con escoltas, visten como porte de asesinos y eso los hace más interesantes, y lo más importante de todo, son guapísimos, como los escoltas tanto como su jefe, uff esos hombres son... ni para que les cuento _contó Helen sin quitar la mirada de ellos, pero Isabella no le prestó mucha atención, sabe que Helen siempre habla de lo guapo que son los hombres pero su corazón pertenece a uno y ese es Joseph, obviamente es un amor no correspondido pero ella tiene que vivir con eso.
—Oye, parece que los estabas acosando desde hace mucho _señaló Madison.
—No es eso, solo los admiro, no es interés personal.
—Ajá, ya sabemos eso, solo derramas la baba por uno solo que por cierto solo se está divirtiendo con otras chicas, mira hacia allá _dijo Isabella, Helen miró hacia la mesa de los chicos y como siempre ahí estaban ellos con mujeres calientes, la mirada de Helen se opacó y la apartó de inmediato, es duro para ella vivir con ese secreto oculto en su corazón y ver a Joseph con otras mujeres, es tan feo un amor unilateral.
—No te sientas mal por culpa de mi hermano Helen, sabes que es un tonto, hay más chicos guapos en este club en el cual te puedes fijar _consoló Isabella tocando el hombro de Helen.
—Isabella tiene razón Helen, no te sientas mal por él y sigamos con la diversión _añadió Madison.
—Okey, bebamos otro trago, estoy bien _aseguró Helen, ambas levantaron sus copas y siguieron bebiendo, Isabella trató de no perder el control con el alcohol, sus amigas solo bebían el licor como si fuera agua, son unas alcohólicas desde jóvenes.
Las chicas se siguieron divirtiendo, pasaron a la pista de baile y bailaron al compás de la música, era una canción movediza y sensual para bailar con una pareja, pero las tres bailaron solas moviéndose de manera muy sexy, Joseph se quedó encantado viendo a Helen desde lejos mientras que en sus piernas estaba sentada otra chica, Maicol y Samuel seguían bebiendo un trago tras otro.
Una persona a lo lejos también las observaba pero era a una sola en específico, a la de vestido negro que bailaba muy sensual de arriba hacia abajo con sus amigas, una sonrisa torcida y de malicia se dibujó en el rostro de esa persona mientras tomaba un trago de vodka escocés Diva, sus ojos se deleitaban en semejante escultura de mujer, sus ojos podían seguir ese movimiento de caderas, hasta incluso miró por encima de su pantalón y tenía un pequeño "problemita" con solo mirarla, no era la primera vez que lo hacía y eso...le gustaba.
Las chicas seguían bailando, a ellas se unieron tres chicos y cada una consiguió pareja para bailar, Joseph, Samuel y Maicol solo miraban desde lejos vigilando a que no fueran a estar de irrespetuosos más que todo con Isabella porque ahí si se armaría la grande en el club, sin embargo había uno de ellos que estaba algo irritado y era Joseph el cual veía a Helen bailar con otro chico muy pegados, ni siquiera le prestó atención a la chica que tenía a su lado por estar mirando a Helen.
A la distancia había otra persona que no le gustaba que su dama estuviera bailando muy sensual con otro hombre, quería ver esas caderas moverse para el solo, apretó su mandíbula y su mirada se oscureció pero sin embargo por el momento no podía hacer nada, solo contemplar ese cuadro nada grato para su vista si hay un metiche en la mitad.
Madison estaba más que gustosa bailando con un chico muy lindo, se regalaban sonrisas uno al otro, pequeños roces de cuerpo y de mejillas mientras bailaban, Helen también lo disfrutaba con el chico con el cual estaba bailando, pero algo la incómoda y era que ese chico estaba tratando de pasar su mano por el trasero de ella, pronto sintió como el la apretó contra su cuerpo así que Helen se separó de inmediato, no pudo decir una palabra cuando en ese momento llega Joseph y hace descansar un golpe en la cara del chico tirándolo al suelo.
El no estaba solo, los amigos del chico llegaron a enfrentar a Joseph pero Maicol y Samuel se aparecieron también respaldando a Joseph.
—No la vuelvas a tocar o te mueres _abvirtió Joseph tomando al chico por la camisa, este solo sonrió con malicia algo que irritó a Joseph, una de las características de él es que no puede controlar su temperamento, es rudo, frío y puede ser despiadado, pero al igual que su padre tiene un lado dulce y único con las mujeres, pero eso sí, con la que gane su corazón, no es tan fácil llamar la atención del hijo del difunto Róger Athonyson, es una copia exacta de él.
—¿Acaso es tu novia? más vale que me sueltes o aquí habrá desastre _amenazó el chico, los ojos de Joseph se oscurecieron, cuando se enoja es irreconocible y puede dar un poco de miedo.
—Eso es algo que a ti no te debe importar, y si quieres desastre ¿que crees?, ese es mi segundo nombre, no sabes con quién te metes imbécil _respondió Joseph, el chico escupió en su cara, los ojos de Joseph cambiaron de color de inmediato, tomó al chico por el cuello y lo alzó en el aire cortando su respiración, los amigos de él lo iban a golpear por la espalda pero Maicol y Samuel lo impidieron y intercambiaron golpes con ellos, la fiesta había terminado, Helen trataba de detener a Joseph porque iba a matar al muchacho pero este no hacía caso, parecía una máquina de matar.
Isabella al ver que su primo y hermanos estaban peleando tuvo que intervenir, primeramente se acercó a Joseph ya que el chico que tenía en el aire contra la pared ya se veía morado, lo último que ella quería era tener escándalos, pero con semejante espectáculo ya era más que suficiente para los chismes.
—Suelta al chico ahora Joseph, fue lo primero que les advertí, déjalo ahora _ordenó Isabella, Joseph aflojó su mano y dejó caer al chico en el suelo, el pobre estaba cobrando la respiración nuevamente, por poco lo mata.
Joseph miró a Isabella la cual tenía una mirada severa, en ese momento el chico que estaba el suelo se levanta del piso para atacar a Joseph por la espalda pero Isabella reaccionó de inmediato y lo tomó por el brazo.
—Al parecer no te sirvió el escarmiento, ¿quieres morir? _inquirió Isabella al chico mientras lo sostenía del brazo, este con el otro brazo quiso golpearla porque no quería ser humillado por una mujer pero fue detenido nuevamente por ella misma.
—Ni se te ocurra tocarme, en el momento que lo hagas tu cerebro será perforado por miles de balas, por si no te das cuenta a tu alrededor hay muchos hombres armados que con solo una orden mía te hacen pedazos, no creo que quieras eso grandísimo imbécil, aprende a respetar a una mujer si no la quieres volver a pasar mal como esta noche _dijo Isabella, el chico no tenía palabras para protestar, ella lo soltó y sus hermanos con Maicol incluyendo las chicas que estaban un poco asustadas por la pelea la quedaron viendo, sin hablar de las personas a su alrededor.
—Es hora de irse, ¡andando! _ordenó Isabella, tomó su cartera y salió del club, detrás de ella la seguían Madison y Helen, Maicol y Samuel también se retiraron, por último fue Joseph que antes de irse le dió una mirada asesina al chico que trataba de respirar bien, luego se perdió en la multitud, todos los presentes en el club estaban sorprendidos por la pelea, pero sin embargo siguieron la diversión.
En la última mesa una persona sonreía complaciente al ver el carácter tan fuerte y firme de Isabella que con solo una mirada de ella los demás obedecen, era increíble el poder que tenía siendo tan joven.
—Muy pronto pequeña...muy pronto.
—Jefe, ¿quiere otro trago? ¿alguna mujer para esta noche?
—Si, quiero una en la suite, necesito... relajarme.
—Como ordene.
Isabella llevó a casa a Madison y a Helen ya que sus autos no los tenían con ellas, era muy tarde y sus padres ya las tenían que estar esperando, de seguro les iban a dar un sermón, Helen se quedó sin palabras ante lo que acababa de ocurrir en el club, Joseph se veía realmente enojado que incluso le dió un poco de miedo, ella no dijo una palabra en todo el camino, ni siquiera Madison, además Isabella tenía en ese momento a lucifer de compañero, no se atrevían a comentar nada.
Después que Isabella llevó a sus amigas a casa regresó a la mansión, sus escoltas la siguieron todo el camino, nunca falta la seguridad en la familia Athonyson.
Al entrar sus hermanos y su primo estaban sentados en el sofá de la sala todos golpeados, ella dejó su cartera en la mesa y se cruzó de brazos mirándolos a cada uno con un tiente enojada.
—Fue lo primero que les dije, nada de peleas, ¿era mucho pedir? ¿no saben acatar algo? sean un poco más maduros por primera vez en sus vidas, no debieron agarrarse a golpes con esos chicos, ¿y si la tía Clarisse se entera? ¿qué van a hacer? _regañó Isabella caminando de una lado a otro
—Ellos se lo buscaron _excusó Samuel el cual recibió un jalón de orejas de parte de Isabella.
—¡Auch!,eso dolió, no soy de palo _refuñó Samuel tocando su oreja.
—Pues eso es para que aprendas que no todo se soluciona con golpes, y tú Joseph, no debiste golpear a ese chico, me imagino que mañana esa será la primera noticia en los periódicos, "los hermanos Athonyson armaron un escándalo en el club Alcalá llevándose a golpes a con unos chicos" genial.
—El se quiso sobrepasar con Helen, no podía permitirlo _se dignó a hablar el principal que causó la pelea.
—Te hubiera apoyado que le dieras un golpe, ¿pero asfixiarlo?, con un golpe sufre más porque le queda doliendo, pero por poco lo matas, unos cuantos golpes hubiera sido mejor _dijo Isabella tomando asiento.
—¿Eh?
_¿Eh?
—Oye, me acabas de jalar la oreja porque dijiste que me golpee con esos chicos y lo único que haces es apoyar a Joseph, eso no se hace Isabella, hieres mis sentimientos _se quejó Samuel de forma dramática haciéndose la víctima.
—Ash, solo quería desquitar mi rabia con alguien, el más vulnerable eras tú, deja de quejarte, yo también hubiera hecho lo mismo que ustedes, ese chico intentó de pasarse de listo con Helen y se merece lo que le pasó, además quería pegarme el muy cínico, es un poco hombre _dijo Isabella de forma más calmada, solo estaba de mal humor por el problema de ese chico, pero de todas formas sus hermanos siempre encuentran problemas, los tres juntos son un desastre.
—No le dirás a mi tía Clarisse ¿verdad? _preguntó Samuel estando dudoso todavía.
—Claro que no, esta vez fue por una buena causa, no como aquella vez que se estaban peleando con unos borrachos solo por una botella de licor, esa vez si recibieron su merecido, ahora me voy a dormir, estoy cansada.
—Buenas noches hermanita.
—Buenas noches tonta.
—Buenas noches Isabella.
—Buenas noches hijos de lucifer.
—Oye Maicol, no has dicho nada desde que llegamos del club, ¿pasa algo? _preguntó Samuel, es el más chismoso de todos.
—Es que... conocí a una chica _la mirada de Maicol estaba perdida, al parecer se enamoró.
—Jajaja ¿chica? yo conocía a varias _se burló Samuel.
—Ash no importa, solo la vi de lejos y ya, ni siquiera me notó _se lamentó Maicol.
—Oh vamos Maicol, no te enamores a primera vista, eso es muy traicionero créeme _aconsejó Samuel la voz de la experiencia.
—Lo sé, olvida lo que dije.
—Yo me voy a dormir _declaró Joseph y subió las escaleras, era el más callado y solitario de todos.
—¿Y a este que mosca le picó? _comentó Samuel, Maicol solo se encogió de hombros sin saber nada tampoco.
Isabella Athonyson Spencer, tiene 25 años, es la mayor entre sus dos hermanos Samuel y Joseph, es la primogénita y encargada de la gran fortuna no solo Athonyson si no que también Grimaldi, es de carácter fuerte, tiene la frialdad de su padre y el dominio de su madre, es idéntica a Antonella, es una copia exacta de ella.
Es una chica muy bella, cabello largo y castaño, sus ojos son color miel, tez blanca y labios rojos, su cuerpo es prácticamente perfecto, y lo que más cautiva es su inocente sonrisa, puede parecer ruda y fría pero en realidad es muy dulce, cariñosa pero tiene una cosa en común con su madre, odia las mentiras, es directa y puede ser dominante.
Joseph Athonyson, tiene 19 años de edad, es uno de los hermanos de Isabella, es un chico frío, guapo, un poco solitario y misterioso, le gusta leer, la música y sobre todo tocar el piano, está en la universidad pero de vez en cuando ayuda a Isabella con la empresa.
Samuel Athonyson, 18 años de edad, es el menor de todos, Antonella y Róger lo tuvieron un año después del nacimiento de Joseph, es guapo, muy divertido, a su corta edad es mujeriego, le gustan los deportes y aunque suene extraño le gusta estudiar, está en la misma universidad que su hermano y es perezoso para ayudar con la empresa.
Maicol Price Athonyson, 22 años de edad, es hijo de Clarisse la hermana de Róger y Cristian, es primo de los hermanos Athonyson y son como tapa y caja, prácticamente son como hermanos los cuatro, el vive en la mansión Athonyson junto con ellos ya que Clarisse y Cristian decidieron regresar a la ciudad para quedarse permanentemente, ellos están por el momento en el extranjero atendiendo negocios.
Maicol es un chico guapo, es un poco callado y le gusta escribir poemas, pero tiene un lado loco y mujeriego igual que Samuel y Joseph.
Helen Potter, 19 años de edad, hija de Dexter y Teresa, es la mejor amiga de Isabella incluyendo a Madison, las tres son muy unidas, Helen estudia en la misma universidad que los hermanos y el primo de Isabella, es una chica un poco tímida pero saca su lado loco con las amigas, aparte es muy hermosa, lo heredó de su madre, ella vive con sus padres y le gusta la moda y el arte.
Madison Parker, 18 años de edad, hija de Harry y Maribel, es amiga de Isabella y Helen, es la menor de todas, es carismática, divertida, es linda y muy dulce, además una de sus características es que es muy directa, estudia en la misma universidad que sus amigos, los seis son una unión de desastre.
Los padres de Isabella murieron en un accidente aéreo, no se sabe exactamente qué fue lo que pasó ya que "supuestamente" no hubo sobrevivientes, en el avión se encontraban Antonella, Róger, Javier y Daniel que los seguían a cualquier parte, hicieron una investigación para hallar los cuerpos pero no encontraron ninguno, se cansaron de investigar y llegaron a la conclusión que tal vez sus restos fueron devorados por los animales salvajes de la selva, dijeron que estaban muertos o eso es....lo que todos creen.
Ese acontecimiento pasó hace un año, Isabella entró en depresión, Joseph casi se suicida, y Samuel tenía problemas alimenticios, la pérdida de sus padres les afectó en gran manera.
Isabella fue a un psicólogo guiada por su tía Clarisse y Teresa las cuales los ayudaron a salir adelante, Cristian y Clarisse se encargaron de ellos, Joseph duró una semana internado en una clínica ya que había consumido veneno pero gracias a Dios Isabella lo descubrió a tiempo y lo lograron salvar, el no volvió a ser el mismo, ahora era callado, solitario y muy frío, la muerte de sus padres les dejó un gran vacío a todos.
Clarisse y Cristian se encargaron de ayudarlos a seguir adelante, fueron llevados a psicólogos y psiquiatras, recibieron mucha ayuda la cual ahora agradecen mucho, decidieron sonreír de nuevo, aunque el vacío sigue en lo más profundo de cada corazón, nadie sabe lo que ellos tuvieron que pasar, solo los más allegados a la familia lo sabían.
La gran fortuna fue repartida entre los hermanos después que se leyó el testamento, sin embargo Isabella se encarga de las empresas de su padre, Clarisse y Cristian se encargan de la administración de la gran fortuna Grimaldi, y sus hermanos solo estudian y Joseph trabaja cuando puede, además no es mucho peso para Isabella ya que hay muchos aliados a los Athonyson que se encargan de la administración de las otras empresas.
*******
A la mañana siguiente Isabella se despertó somnolienta, miró la hora en su reloj y era muy temprano, era domingo y no tenía que ir a la empresa, pasaría todo el día con sus amigas.
Se levantó de la cama y se dió una ducha, luego salió y buscó algo cómodo en su clóset, en pocos minutos bajó las escaleras para desayunar, pero en la mesa del comedor solo estaba Samuel y Maicol, Joseph aún no había bajado.
Ella se sentó y todos comieron en silencio, era incómodo cuando todo estaba tan callado, solo se escuchaba el ruido de los cubiertos.
—¿Porqué Joseph no ha bajado? ¿saben que le pasa? _preguntó Isabella rompiendo el silencio.
—No lo sé, desde anoche está raro, no tengo idea que le puede pasar, sabes que siempre ha sido medio raro _respondió Samuel sin importancia.
—Debe de ser por la pelea o yo que sé, o tal vez se peleó con la novia _añadió Maicol.
—¿Novia? ¿desde cuándo tiene novia? _interrogó Isabella frunciendo el ceño.
—Pues es solo un suposición para buscar un motivo, en sí no sé qué tiene _corrigió Maicol.
—Déjalo, él y sus cambios de humores son felices _dijo Samuel.
—Ya qué.
Cuando terminaron de desayunar Isabella se fue al jardín trasero, sus amigas llegarían dentro de poco, Maicol y Samuel se fueron a jugar bolos con unos amigos de la universidad, esa mansión siempre estaba prácticamente vacía, solo habían empleados, la mayoría de las veces los chicos están por fuera.
En pocos minutos Madison y Helen llegaron, se sentaron con Isabella la cual estaba leyendo revistas, no había nada interesante que hacer.
—¿Donde está Joseph Isabella? _fue lo que preguntó Helen al llegar, Isabella dejó la revista a un lado y la miró fijamente.
—¿Es en serio Helen? eres masoquista, ya sabes que no te ve como quieres que te vea _respondió Isabella sin ánimos.
—Auch, no fue a mí y me dolió, no seas tan dura Isabella, solo quiere hablar con él, ayer estaba enojado por lo que pasó _añadió Madison.
—Está en su habitación, y no se lo digo por malo, es para que no sufra, conozco a mi hermano, es más que obvios que Helen está enamorada de él, estoy segura que él lo sabe, todos los sabemos incluyendo a Samuel y Maicol, no creo que sea el más ciego, si no dice nada y tampoco insinúa algún sentimiento es porque no le importas de esa manera, solo amiga y ya está, no hay que darle tantas vueltas al asunto _enfarizó Isabella.
—¿Puedo ir a verlo? quiero hablar con él, no quiero que esté enojado conmigo, anoche le escribí y no respondió a ninguno de mis mensajes _pidió con una mirada tenue.
—Adelante estás en tu casa, no respondo si te echa a patadas _advirtió Isabella.
Helen asintió y se adentró a la casa, era importante para ella su estado con Joseph, es muy sensible en esa parte pero sin embargo ella se conforma con que sean cercanos.
—¿Como te fue con tus padres? ¿no te llamaron la atención? _inquirió Isabella a Madison.
—No me fue tan mal, papá me llamó la atención y mamá no dijo nada, sabes que mi padre es el más estricto.
—¿Y Helen? ¿no sabes si tía Teresa le dijo algo? ayer la llevé tarde y se suponía que debía ser temprano.
—Solo me dijo que su papá la estaba esperando en el sofá de la sala a esa hora, su mamá sabes que no le dice nada tampoco, obviamente su padre le llamó la atención pero no fue a mayores.
—Ya veo.
*Con Helen y Joseph*
—¡Toc! ¡Toc! ¡Toc! ¿Joseph estás ahí? ¿puedo pasar? _preguntó Helen pero no obtenía respuestas.
Volvió a tocar pero Joseph no decía nada, Helen decidió entrar sin permiso y encontró a Joseph acostado en la cama mirando hacia el techo, ella no sabía que decir, tal vez el seguía enojado por lo de ayer.
—Joseph...¿podemos hablar? _El se sentó en la cama, pero no miraba a Helen, eso quiere decir que sí estaba enojado.
—No hay de qué hablar _respondió de manera fría.
—¿Sigues enojado por lo que pasó ayer?, siento mucho que te hayas peleado, tampoco debiste tomarlo por el cuello de esa manera _al decir ella esas palabras Joseph la miró y se levantó de la cama, sus ojos eran profundos, su rostro no tenía expresión.
—¿Porqué lo defiendes? _preguntó Joseph dando pasos a ella lentamente hasta que la acorraló en la pared, Helen estaba nerviosa, no sabía que decir ante esa mirada intensa.
—Yo solo..._Helen apartó la mirada hacia el suelo.
—¿Acaso te gusta? _fue una pregunta demasiado directa, Helen lo miró y frunció el ceño, en verdad era un idiota, Isabella tenía razón en lo que dijo, Joseph nunca la ha mirado de otra manera.
—Si me gusta, pero eso no creo que te importe _Helen se mordió la lengua así misma por decir eso sin pensarlo antes, solo quería demostrar que no le importaba Joseph pero se mentía a ella misma, ni siquiera conoce al chico de la noche anterior.
Los ojos de Joseph se oscurecieron, al parecer no le gustó nada la respuesta de Helen, la tomó fuerte por el mentón y estampó sus labios con los de ella ejerciendo fuerza y la besó, ¡era su primer beso!, Helen se sorprendió y trató de alejarlo, no sabía que pasaba con él. ¿Acaso estaba celoso?
—¡¿Que te pasa Joseph?! _exclamó Helen empujándolo.
—Vuelve a decir que te gusta ese chico y no respondo _amenazó con voz dominante.
—No entiendo que te importa si me gusta otra persona o no, tu estás con chicas y yo no intervengo, y sí, me gusta ese chico, incluso besa mejor que tú _Respondió retadora, se maldijo ella misma por volver a decir otra tontería, ni siquiera sabía quién era ese chico con el que bailó, estaba condenada, una sonrisa de malicia se dibujó en el rostro de Joseph, Helen tragó en seco.
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