Merece morir

Helen estaba aterrada, aún tenía la boca de Madison tapada ya que se escuchaban pasos y ella estaba llorando, la pierna de Madison estaba lastimada por la caída que tuvo en el intento de huir y era insoportable, además temían por la vida de Isabella, cuando dejaron de sonar los disparos todo había quedado en silencio y Isabella nunca regresó, pensaron que tal vez algo le había pasado.

—¡Busquen por todo el área! _oredenó Dexter, Helen al escuchar la voz de su padre salió del escondite con Madison y se abalanzó sobre el.

—¡Papá! _gritó lanzándose a sus brazos.

—Helen hija ¿estás bien?, dime algo _preguntó Dexter al verla.

—No te preocupes papá estoy bien, Madison se lastimó la pierna _dijo Helen señalando a Madison detrás de ella.

—¡Madison hija! _se escuchó la voz de Harry detrás de ellos.

—¡Papá! _exclamó Madison llorando, aún estaba muy asustada.

—Que bueno que estás bien mi niña _abrazó a su hija y le dejó un beso en la frente.

—Me duele mucho la pierna papá _chilló de dolor, Harry vió su pierna y estaba rasgada.

—No te preocupes estará bien, no es grave pequeña _consoló.

—¿Donde está Isabella? ¿porqué no está con ustedes? _preguntó Joseph angustiado.

—Ella dijo que que sería la carnada y nos pidió escondernos aquí, salió con dos armas para enfrentarse a ellos pero no supimos más de ella, se escucharon más disparos, al parecer llegaron más personas _expliacó Helen entre sollozos.

—¡Mierda Isabella! _exclamó Joseph con furia.

—Hay que buscarla por todo el bosque, que traigan más refuerzos para la búsqueda _ordenó Harry.

—¡Señor! hay muchos cuerpos sin vida del otro lado, alguien más se nos adelantó, el cuerpo de la señorita Isabella no ha sido hallado, pero en la raíz de un árbol encontramos una pulsera y mucha sangre, eso indica que ella estuvo allí y estaba herida _informó uno de los hombres de Dexter.

—¿O sea que se la llevaron? _preguntó Maicol.

—Es posible, si su cuerpo no es hallado eso quiere decir que alguien aparte de los enemigos la querían y se les adelantó, que sigan en la búsqueda, que no paren hasta que la encuentren _dijo Dexter.

—Papá yo quiero ir contigo a buscarla _pidió Helen.

—Por supuesto que no Helen, es muy peligroso, tu vas a volver a casa, tu madre está preocupada _negó Dexter.

—Pero papá es mi amiga, no quiero que...

—Basta, ven conmigo _intervino Joseph tomando a Helen de la mano.

—Llévala a casa Joseph, nosotros vamos a seguir buscando, Maicol y Samuel también debería volver _sugirió Dexter.

—Pero quiero buscar a mi hermana _protestó Samuel.

—Es peligroso, hombres especializados se están encargando de eso, no voy a tomar riesgos _arremitió Dexter.

—Está bien _acató Samuel.

—Madison vuelve a casa con ellos, me quedaré en la búsqueda _dijo Harry.

—Está bien papá.

—Ven conmigo, yo te llevaré _ofreció Maicol y tomó a Madison en sus brazos ya que no podía caminar mucho y en el camino habían ramas que la podían lastimar.

Dexter, Harry y sus hombres siguieron con la búsqueda de Isabella, mientras que Joseph se llevó a Helen a su auto y Maicol a Madison al suyo, allí los estaban esperando Peter y Jack que al parecer no les pasó nada ya que solo se volcó su auto.

Maicol buscó en la cajuela del auto un kit de emergencia para curar la herida de Madison y luego de eso le colocó una venda, ella se sorprendió un poco por esa acción, el no decía nada pero se le notaba la preocupación.

Belén estaba en el auto con Joseph, se sentía preocupada y a la vez un poco incómoda, la mirada de Joseph no se apartaba de ella.

—¿Estás bien? _la pregunta de Joseph la hizo recuperar la presencia de ánimo.

—¿Eh? bueno...si, eso creo, solo estoy...preocupada por Isabella _respondió ella sin mirarlo a los ojos.

—Ella estará bien no te preocupes _la respuesta de Joseph confundió un poco a Helen.

—¿Como puedes saber eso?, está desaparecida, no se sabe si le pasó algo, debe de estar asustada o yo que sé, no entiendo cómo estás tan seguro de que está bien _al parecer Helen se molestó un poco, piensa que Joseph es un poco ingenuo en esa situación tan delicada.

—Ella está viva y está bien, yo lo sé, solo que alguien la tiene bajo su dominio, pero la vamos a encontrar no te preocupes _explixó Joseph para tratar de calmarla.

—Si tú lo dices...

Los chicos volvieron a la mansión Athonyson, ahí estaban Teresa y Maribel esperándolos, estaban preocupadas por sus hijas pero se pusieron más angustiadas cuando supieron que Isabella estaba desaparecida.

Quedaron a la espera de noticias, había hombres por toda la ciudad en busca de Isabella, en el bosque no tuvieron rastro de ella, las personas que se la llevaron fueron bastante rápidas.

*******

—¡Que demonios hiciste Layla!

—N-no sé de qué hablas papá.

—¡Lo sabes muy bien! ¿sabes cuántos de nuestros hombres murieron por tu culpa?

—No entiendo papá, no sé de qué me culpas.

—¡No te hagas la tonta Layla! uno de mis hombres me informó que mandaste a matar a Isabella, ¿como se te ocurrió semejante barbaridad? ¿sabes lo que pasará cuando se enteren que fuiste tú? ¿que pasará con mi reputación? ¡no pensaste en nada por tu maldito capricho! ¡hay muchos muertos por tu culpa! !¿te das cuenta de lo que has hecho?!

—Papá yo no hice nada...eso es mentira yo...

—¡Cállate! _le dió una bofetada.

—¡Eduard por favor no le pegues!

—¡No la defiendas Micaela! ¿¡acaso no sabes lo que hizo?! en estos momentos están buscando a Isabella por toda la ciudad, nos ha metido en un gran problema, ¿sabes lo que eso significa?.

—Layla, ¿es cierto lo que dice tu padre?

—¡Si mamá es cierto! ¡yo lo hice! la quiero muerta a toda costa, ella me quiere quitar a Erick, ojalá y nunca la encuentren y se muera, ¡la odio! ¿me entendieron? ¡la odio!

—¡Layla! ¡¿como puedes expresarte de esa manera?! lo que hiciste es muy grave, te metiste con la heredera Athonyson ¿te das cuenta? si ella está muerta no quedará de nosotros ni el polvo, ¡nos matarán!

—¡No me importa mamá!, ¡ella merece morir!

—¡Layla! ¡te vas a tu cuarto ahora mismo hasta que pierda los estribos y no salgas de ahí hasta que te dé la orden!

—Bien papá me iré, pero no tengan esperanzas de que esté viva, de seguro ya la debieron asesinar, nuestros hombres no tuvieron éxito pero tal vez los que se la llevaron no la dejarán con vida se los aseguro.

*******

Llegaron las horas de la noche y todavía no había rastro de Isabella, seguía la búsqueda sin éxito, todos estaban reunidos en la mansión angustiados, Dexter y Harry llegaron sin noticias, eso estaba alertando a todos y estaban pensando que tal vez ya esté muerta o alguien la tenga secuestrada por alguna razón que desconocen.

*En otro lugar*

Los ojos de Isabella se abrieron, parpadeó varias veces para recuperar la presencia de ánimo, su mirada se encontró con un techo de madera mármol blanco, miró a su alrededor y no estaba en su habitación, todo era lujo, habían ventanales grandes con cortinas blancas, al parecer era una persona rica la que la tenía.

Isabella miró su cuerpo, no tenía la misma ropa de antes, usaba una pijama blanca de seda que dejaba descubiertos sus hombros ya que era de tirantes, además era muy corta.

—(¿Que demonios? ¿donde estoy? ¿quien diablos me quitó mi ropa?)

Ella se levantó de la cama pero al poner los pies en el suelo chilló de dolor, miró su pierna y estaba vendada, recordó que había recibido un disparo cuando intentaba huir así que era normal que cuando intentara afincarse le doliera.

Isabella estaba aturdida, no sabía quién la había llevado hasta ese lugar, decidió caminar en un pie para poder llegar a la ventana, observó y ya era de noche, además el alrededor era vegetación, miró hacía abajo y se dió cuenta que estaba en una cabaña de dos pisos ya que la altura así lo mostraba.

Afuera había cientos de autos, eso le daba a entender que no estaba sola.

Isabella escuchó voces de la parte de abajo, pero eran de hombres, pensó lo peor, tal vez eran los hombres que la querían matar y la llevaron hasta ese lugar para hacerle sabe que cosas.

Ella no dudó en averiguar quiénes eran, abrió la puerta con mucho cuidado, primero asomó su cabeza para ver qué no hubiera nadie, todo estaba despejado.

Se sostenía de la pared y caminaba por el pasillo soportando el dolor de su pierna la cual estaba sangrando nuevamente, la venda blanca que tenía puesta ya estaba roja y su herida daba palitos insoportables.

Poco a poco caminó hasta encontrarse con unas escaleras que llevaban al primer piso, podía escuchar las voces de los hombres con claridad.

No era una buena idea bajar y que la vieran pero no tenía salida, en la parte de afuera se había dado cuenta que habían hombres vigilando la zona, al parecer era imposible escapar, y en la cabaña solo había una entrada y una salida.

Isabella tomó valentía y empezó a bajar los escalones uno por uno forzando un poco su pierna, la herida estaba directamente en su muslo la cual era más dolorosa.

Cada vez que bajaba un escalón podía escucharlos con claridad, no sabía si estaba haciendo lo correcto en bajar.

Al llegar al último escalón soltó un gemido de dolor ya que su pierna estaba doliendo demasiado y casi tropieza, se logró incorporar en las escaleras y quedar en el último escalón, de repente se quedó quieta porque ya no escuchaba voces, todo estaba en silencio, ella levantó su vista y habían más de veinte hombres reunidos en una sola sala que la estaban mirando, ella se sintió desnuda delante todos ellos.

Tragó en seco y se puso alerta, los hombres estaban en silencio mirándola fijamente, su corazón se aceleró un poco nerviosa, no quería pensar que le harían todos ellos.

—Vaya vaya, al parecer a Dios se le escapó un ángel _dijo uno de los hombres con una sonrisa torcida, era muy joven.

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