Capitulo 4

Hadassa y Saul se miran, Bela dice que acepta el viaje, lo que hace que los dos dejen de mirarse.

Bela Adams

Veo que Hadassa y Saul se miran fijamente, así que digo que acepto el viaje, llega el chófer de Lord Graham y subimos al coche.

Hadassa y yo vamos detrás, mientras que el conductor, Lord Graham, va delante.

-Amigo Hadassa, ¿estás bien?

pregunto rompiendo el silencio que había en el coche mientras íbamos de camino a casa.

Hadassa Novais

-Amigo, sinceramente no estoy bien.

En casa hablaremos, le digo, no queriendo exponer la situación dentro del coche con su jefe y el conductor.

Saul Graham

Voy en el coche, pero a veces me sorprendo mirándola por el retrovisor, preocupada por el enrojecimiento de su cara, le pido al conductor que pare el coche cuando veo una farmacia.

Me miran y les digo que vuelvo enseguida.

En la farmacia compro una pomada para frotarle la cara.

Me subo al coche y al cabo de unos minutos, ya delante del edificio donde viven, se bajan y yo también les acompaño hasta la puerta del edificio y mirándola le doy la pomada.

Hadassa Novais

Al cabo de unos minutos llegamos a nuestro edificio, el jefe de Bela se acerca a mí, entregándome una pomada, me avergüenzo y hablo:

-Gracias Sr. Graham, quiero darle las gracias por defenderme.

Decidí contarle de forma abreviada la situación.

- Felipe fue mi primer novio, pero rompimos, hoy me he acercado a su empresa, esperando a Bela para volver juntos y me ha visto y el resto ya lo sabéis.

Gracias por la pomada, me voy sin decir ni mi nombre, muerta de vergüenza por haber molestado al jefe de Bela, que se quedó despidiéndose de él mientras yo subía las escaleras.

Bela Adams

-Sr. Graham, gracias por el viaje y por ayudar a mi amiga, está pasando por un momento difícil y no ha sido fácil para ella.

Saul Graham

-¿Cómo se llama tu amigo?

Bela Adams

-Hadassa Novais. -Ahora tengo que subir, hasta mañana.

Salgo y voy al piso.

Saul Graham

Me subo al coche y llamo a un amigo.

El teléfono está sonando.

Caio Vilar

-Hey Saulo, ¿a qué debo esta llamada?

Le oigo pedirme que haga un reportaje sobre una mujer, sobre toda su vida.

-Ok, en dos días, se lo entregaré a su empresa, un informe completo.

Saul Graham

Me despido y cuelgo, sigo pensando en Hadassa y en lo que motivó a Felipe a hacerle esto.

Nunca conocí este lado oscuro de Felipe, que no sabe respetar a una mujer, hasta el punto de pegar.

Pero mañana tomaré las medidas necesarias para que aprenda que mi empleado no puede comportarse así.

En el piso de Bela y Hadassa...

Bela Adams

Veo a Hadassa ducharse e ir al dormitorio, cuando sale, me ducho y me siento a su lado para que podamos hablar.

Hadassa Novais

-Novia, hoy he tenido que decirle a Felipe que estoy embarazada.

Bela Adams

-¿Así que por eso te hizo daño?

Digo, limpiando el ungüento en su cara.

Hadassa Novais

-No amigo, preguntó si era el padre.

Bela Adams

-¿Y se lo dijiste?

Hadassa Novais

-No, le dije que no, me llamó puta y me dijo que nunca le quise, que estuve con él y con otros.

Bela Adams

-Novia, no quería decírtelo, pero trabaja allí en la empresa del señor Graham, el jefe no tolera este tipo de empleados, ya me imagino a Felipe despedido.

El Sr. Graham no dejaba de mirarte que yo viera, es demasiado guapo, las mujeres de la empresa babean por él, pero es más frío que el hielo cuando se trata de relaciones.

Le he visto despedir a varias mujeres, y son guapas, varias modelos que trabajan para su agencia.

Hadassa Novais

-Lo último que quiero ahora es pensar en el hombre, es hermoso y agradezco que haya aparecido cuando más lo necesitaba, pero ya está.

El otro día, en la empresa, Saulo Graham llama a Felipe y lo despide.

Bela ve a Felipe salir de la empresa con sus pertenencias y cara de odio.

Bela Adams

Ya cerca de mi hora de comer, el Sr. Graham me llama a su despacho.

Llamo a la puerta y oigo que me pide que pase.

-Buenos días Sr. Graham.

Me pide que me siente y me pregunta dónde trabaja Hadassa.

-Sr. Graham, de momento no trabaja, ha estado buscando trabajo todos los días y no lo consigue debido a su estado.

Saulo Graham

-¿Está enferma?

Bela Adams

-No, Sr. Graham, no es por ser descortés, pero es algo particular de su vida y no quería ser yo quien lo dijera.

Saulo Graham

-De acuerdo, Srta. Bela, ¿puede decirme al menos si está en el piso ahora?

Bela Adams

-En realidad en este momento está en un albergue, cocina para los sin techo dos veces por semana señor.

Saulo Graham

-¿Puede decirme la dirección?

Bela Adams

-¡Por supuesto, señor!

Paso la dirección y salgo de su habitación, me pregunto qué le interesa tanto saber de su vida, salgo a comer pensando en ello.

Saulo Graham

Salgo de la empresa y me dirijo al albergue en el que está Hadassa, llego allí y me recibe un hombre que me pregunta si quiero hablar con alguien.

-Sí, me gustaría hablar con Hadassa.

Me lleva a la cocina y allí está ella, con gorro y delantal, sirviendo comida en platos

La miro desde lejos, esperando a que termine lo que estaba haciendo.

Al cabo de unos minutos se da cuenta de mi presencia en la cocina y dice

Hadassa Novais

Estoy en la cocina terminando de repartir la comida para llevar a la gente del comedor y me doy cuenta de que Lord Graham está allí de pie mirándome.

Voy a él y le digo:

-¿Sólo vas a mirarme o vas a ayudarme?

Se quita la chaqueta, se pone el delantal que le he dado y me pregunta qué puede hacer.

Servimos a todos en el comedor y luego me ayuda a lavar las sartenes.

Luego me despido de los demás voluntarios y me voy con él a un restaurante.

Saulo Graham

La ayudo y cuando termina el servicio la invito a ir a un restaurante conmigo ya que necesito hablar con ella.

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