que te paso

Mauricio…

–¡Madre ya llegué!- dije en cuanto entré a casa, ella cargaba en sus brazos a mi pequeña e inocente hermana, pero Mia se puso muy bien al verme..

–Creí que no llegarías, tengo que irme!- Dijo acelerada y después me entregó en los brazos a Mía, la pequeña comenzó a reír y a aplaudir sin parar, ella se miraba tan feliz.

–Mau, Mau!!- gritaba mi hermanita con emoción mientras movía sus manitas de un lado a otro, amo a esta pequeña, ella es tan feliz que siempre me hace sentir mejor.

–Hola pulguita, hoy nos divertiremos mucho, comeremos golocinas a lo loco, nomás no le digas a mamá!- Le dije  en voz alta para que mi madre pudiera escuchar y ella rió sin parar como si entendiera lo que digo, aunque creo que no comprende al cien por ciento lo que digo, a pesar de ser muy inteligente.

–Si quieres dormir no le des golosinas a tu hermana, ya se está pasando su hora de dormir.– ella me dio un beso en la frente y después otro a mi hermana que la miraba con ojos tristes. No me gusta que mi madre deba trabajar de más, hay veces en que no llega en dos días solo por cubrir turnos extras mientras mi padre solo se encarga de viajar y de medirle el dinero, no somos una familia pobre pero como mi padre siempre mide todo lo que entra y sale en esta casa, mi madre es la que tiene que sustentar los gastos, le pedí a mi madre que me escribirá en una escuela pública más ella no quería, ella me está pagando mis estudios, debería de buscar un trabajo de medio tiempo así ella no sufrirá más con largas jornadas, y podré ayudarla.

–Dile adiós a mamá!- Le dije y mi hermanita le decía adiós con la manita, moviéndola de un lado a otro. –Cuídate mamá y cualquier cosa me llamas!- le dije.

–Si contestasta el teléfono, nunca contestas!- dijo mi madre como siempre regañándome, ella sabe que no soy muy fanático de esos aparatos, asi que siempre me regaña por no contestar las llamadas.

–¡Esta vez lo haré!- Dije y ella sonrió, creo que sabe que no pienso contestar, -aunque a la mejor si lo haga.

–Se que no lo harás, ¡pero aún si te amo!- me dijo poniendo su mano en mi mejilla y yo solo sonreí.

–¡También te amo mamá!- le dije, ella sonrió y salió corriendo o volando ya ni sé de lo rápido que salió corriendo.

–¿Quieres galletas con leche?- le dije a mi hermanita y ella se puso muy feliz..

–Gaeta, lete siii si, miau miau!- dijo ella emocionada y caminamos, bueno camine a la cocina por qué la llevaba en mis brazos, mientras ella no paraba de sonreír.

La senté en su sillita, le serví galletas y leche en su vasito, se la di en la mano y ella comenzó a comer con una linda y agradable sonrisa.

–Sabías que hoy conocí a un ángel?- me puse a contarle a mi hermana, es con la única que puedo hablar y contarle todo, ella siempre me escucha y me presta atención en todo. Aunque esta vez ella me ignoró y siguió comiendo.  

–Es hermosa, se llama Mirna, pero tiene un defecto!- si mi pequeño ángel tiene un defecto, que más que defecto es una gran virtud.

–Defecto, defeto, mila, defecto– comenzó a decir.

–Si pulga, ella tiene un idiota como novio.– dije mientras me servia un vaso de leche, y despues lo bebi.

–Idota, idiota movio, idota!- debo de dejar de decir groserias enfrente de Mia.

–jajja si lo es, pero no digas groserías si mamá te escucha me matará o me matara a mi antes.- ella sonrió sin parar.

–Le dije que me gusta, creo que voy muy rápido, pero hice algo malo!- eso no me dejaba estar en calma el día de hoy en su casa creo que mi conciencia me gritaba que estaba mal. Ella me vio como si esperara a que le contara.

–Hice una apuesta con José y su grupito, pulga yo no la quiero por la apuesta, ella en verdad me gusta, me encanta que ella es muy madura para su edad, creo que nos veríamos bien juntos no con ese idio… ese Jesus que tiene por novio, creo que yo la valoraria mas..–

Ella me estiró los brazos y la cargue, agarró su vaso y continuó bebiendo su leche. Comencé a comer sus galletas y ella se enojó.

–Oye, no te enojes, amar es compartir!- le dije y ella me mordió la mano, estaba muy enojada, yo solo comencé a reír sin parar.

Amo a está niña, nos terminamos las galletas y fuimos a la sala a ver una película, la de jefazo bebé, es su favorita, aunque creo que ella aprende como hacer maldades con las películas que ve.

Ella no paraba de reír, cuando la película estaba por acabar los dos nos quedamos dormidos en el sofá ella dormía en mis brazos.

Me desperté en la madrugada porque tenía frío. Cargue a Mia y la lleve a mi cama, me acosté con ella y ella me abrazó, mamá dice que no debo de dormir con ella pero es la única forma en que no se levante llorando en la madrugada. La arrope y me dormí de nuevo.

Pero tuve un sueño muy extraño, soñé que estaba en un velorio y la persona del ataúd era Mirna, yo lloraba mientras el ataúd se cerraba frente a m y el corazon me dolia, un pequeño niño tomo mi mano y me dijo papá, me levanté exaltado y mi madre estaba aun lado de mi. Esa pesadilla me hizo sentir mal.

–Mau, ¿tuviste una pesadilla?- me preguntó mi madre.

–Yo… si mamá, ¿Ya volviste? ¿Qué tal te fue? ¿Estás cansada? ¿Tienes hambre?– alce en el aire mis brazos y me estire, quería olvidar esa sensación ocasionada por ese sueño, más bien pesadilla.

–si, me llevaré a tu hermana a mi cama quiero dormir estoy muy cansada, tu papá regresa hoy de su viaje, se amable con él. - yo siempre soy amable con mi padre.

–Si mamá, quédate a dormir en mi cama, me alistare para la preparatoria ya es tarde, si mueves a Mia ella ya no te dejará dormir.. – Dije viendo mi despertador.

Me levanté prácticamente corriendo y me metí al baño con mi uniforme en mano. Cuando salí mi madre estaba dormida abrazando a mi hermana. Me despido de ellas con un beso en la mejilla. Ella sonrió entre sueños y yo salí corriendo. Subí a mi bicicleta y me fui a la preparatoria. Cuando llegue agarre mi bicicleta en cuanto después salí corriendo al salón de clases..

–No corras te vas a …–Me caí.

–¡Caer!- dijo el.

–Profesor, por qué no me dijo antes. – Me queje mientras estaba tirado en el suelo, el estiro su mano para ayudarme a parar..

–Eso trataba de hacer, ¡ya no corras en los pasillos!- me dijo.

-- claro. -- dije y el camino aun lado de mi.

–¿Cómo van con el proyecto?- me preguntó el profesor Matías.

–¡No hemos hecho nada!- dije llevando mi mano a la cabeza, y sonriendo..

–¡Vaya!- dijo él poniendo su mano en mi cabeza.

–Profesor, gracias por ponerme con ella.– dije

–No la iba a poner con Jesús, pero Mauricio no lo arruines o harás que me arrepienta, ¿entendido?-- dijo lo último serio.

–Si, pero ella y él son novios creo que lo mejor era ponerlo juntos, ella me agrada mucho, creo que seremos buenos amigos.-

–Mau, eso depende de ti!-

–De mi?- ¿Qué depende de mí?

–Se ve a kilómetros que te gusta, no la hagas sufrir o te arrepentirás para siempre, ella vale arriesgarse y darlo todo por ella ¿No lo crees así?--

–Tuve un sueño extraño anoche!- dije y él se me quedó viendo.

–¿Qué soñaste?- me pregunto.

–Soñé que ella estaba en un ataúd, soñe que perdia a.. soñe que Mirna ella..--

–ha!- dejo de verme y volteo a ver al cielo. –El perror error que uno puede cometer es creer que tiene la vida resuelta cuando no es así– 

–Profesor, ¿usted cree en los sueños?- pregunte.

–Bueno dicen que a veces los sueños son deja vu  y te muestran lo que en realidad ha de pasar, aun que no deberías quedarte pensando en que es solo un sueño.–

–¿Qué es eso? ¿Que es un deja vu?- pregunte.

–¡Te muestran cosas que aún no han pasado! mas no todos los sueños se hacen realidad así que no te preocupes.- dijo.

–Ha, pero profesor, ¡yo no quiero que ella muera!- dije con un nudo en la garganta.

–¡Ni yo!-  dijo con melancolía… –¡Pónganse a hacer ese proyecto o se irán a extraordinarios!- lo último me dijo serio y molesto.

–Sí… profesor!- dije.

–¿Si Mauricio?-

–¡Usted me cae bien!- dije

–También me agradas!-  

Llegué a mi salón y él siguió su camino a otro salón.

Jesús estaba hablándole al oído a otra muchacha. En cuanto me vio se alejó de ella, se puso muy nervioso y la muchacha estaba sonriendo. Los ignoré y me senté.

La muchacha se fue y después Jesús se acercó a mí.

–Aléjate de mi novia!- jaja enserio lo dice el que le habla al oído a otra mujer que no es su novia, maldito infeliz.

Lo ignore y me puse a mi celular, jugaba el juego de una viborita que se comía bolitas y crecía no tenía que comer su propia cola o moría, no pretendo prestarme a los juegos de este idiota.

–¡Te estoy hablando!- dijo quitándome el celular.

–devuélvemelo si no quieres que te golpee!-. Me puse en pie y él arrojó

Mi celular cayó al suelo.

Por suerte es marca Nokia esas cosas son eternas, así que sé que estaba bien pero yo no estaba bien realmente estaba muy mal.

–¡Que maduro de tu parte!- dije me agache a recoger mi celular. Cuando me levanté lo vi todo desparramado en su silla, parecía una enorme foca marina.

–¡Eres un maldito, por qué me golpeas!- dijo él sobándose el brazo.

Me quedé viéndolo, ni siquiera lo toque, no se por que dice que lo he golpeado..  

–Jesús que te paso?!- Mirna corrió a su lado ahora comprendo el por que, él planea hacerme quedar mal.

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