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Hola me llamo Mirna, no se por que presiento que conozco de antes a Mau el se ve que es agradable, y no se la verdad me pone muy nerviosa su cercanía, pero al parecer a Jesús no le gusto que me lleve con el. 

Antes de salir del salón el me hizo señas para que saliera detrás de él, él me tomó de la mano mientras caminábamos por el pasillo pero en cuanto se dio cuenta de que no había muchos compañeros cerca el comenzó a caminar solo delante de mí, sé que está molesto y se muy bien el por qué, en cuanto llegamos a nuestro destino el patio trasero el comenzó a gritarme.

–Rayos Mirna, no me gusta que le hables al nuevo, así que no le hables!- me dijo Jesús, no me gusta que me grite él siempre que se molesta acostumbra a hacerlo, pero me duele que lo haga.

–¿Qué te pasa Jesús? ¡Es mi compañero de proyecto!– dije tratando de no alterarme yo también, no quiero seguir ese juego absurdo de quién grita más.

–No me gusta que mi novia ande de ofrecida!- ¿Ofrenda? No él está malinterpretando las cosas yo no estoy de ofrecida, ni siquiera veo a Mau con otros ojos, es más ni siquiera lo conozco.

–No soy una ofrecida, ni siquiera lo conozco!- dije ya un poco alterada no está bien que me diga ofrecida ya que no lo soy no es justo.

–Entonces si lo conocieras lo serías?- no resistí más y me puse a llorar, me duele que el piense de esa manera de mi, voltee y vi a Mauricio que me miraba como si sintiera lástima por mi, no me gusta que me vean así, no quiero que me vean con lástima.

Jesús dijo algo más pero ni siquiera presté atención solo salí corriendo, me sentía avergonzada.

Corro tan rápido que no me importo que todos mis compañeros me mirarán correr, escuché que algunos hablaban de mi a mi espalda, pero yo solo quería alejarme lo más rápido de ese lugar.

Me metí al salón y mire al profesor recogiendo sus cosas, al parecer ya iba de salida, aún que no comprendía el por qué él aún seguía en el salón, la clase ya había terminado hace algunos minutos.

–¿Estás bien?- me preguntó y se acercó a mí, él parecía preocupado por mi.

–Si profesor.!- dije secando las últimas lágrimas que caían de mis ojos, no volveré a llorar y menos frente a algún adulto es este caso el profesor Matías.

–Es por ese novio tuyo no?- dijo él yo solo asentí

–¿Cómo lo sabe?- le pregunté, él es un profesor no un adivino.

–Lo imaginé!- dijo el, dejando su maletín en el escritorio, pero aún así él no se atrevió a verme a los ojos a pesar de que los buscaba 

–Ha!- dije y desvíe la mirada creo que no debería de buscar su mirada.

–Creo que un hombre que haga llorar a una mujer no merece tenerla, una mujer solo puede llorar de felicidad!- … –Si no te valora no deberías de estar con él!- dijo el profesor viéndome y ahí vi sus hermosos ojos azules, son muy pero muy lindos, me gustan las personas con ojos azules.

–Gracias!- sonreí

–Profesor sus ojos son lindos.– dije siempre me han gustado los ojos azules, siempre he querido que si algún día llegó a tener hijos sus ojos sean azules, pero para eso tendría que tener los ojos azules o el padre de mis hijos tenerlos de esa manera pero Jesús los tiene marrones.

–¡Gracias!- dijo él y apartó la mirada.

–Cuídate Mirna y no dejes que ese tonto te lastime. Sus palabras son agradables.

–Si.–Asentí y sonreí y se me quedó viendo por un instante y luego sonrió, no se por que siento tanta paz con este profesor.

Las clases avanzaron tranquilas, Jesús no entro a clases al parecer se la pinteo con sus amigos y esa muchacha que siempre ha andado detrás de él, él siempre me pregunta si quiero ir con ellos pero yo prefiero estudiar, dice mi madre que si quieres un buen futuro debes esforzarte por conseguirlo y yo quiero ser una pintora muy famosa dentro de algunos años con 3 hijos y un perro que será el guardián de mis hijos, ha y un hermoso esposo que me hará la cena.

Mauricio me hace reír de vez en cuando en las clases y no mencionó nada de lo que pasó en el patio, no me dijo nada de eso, así que me hizo olvidar el mal momento que pasamos. 

Cuando las clases terminaron mi hermana pasó por mi.

–Hola hermosa!- Me saludó mi hermana, con una sonrisa y yo corrí a darle un gran abrazo.

–Hola hermana!- Dije me encanta que mi hermana me chiquee ser la menor tiene sus ventajas, y una de ellas es ser la hija consentida y chiqueada de mi casa, tanto por mi madre como por mi hermosa hermana.

–¿Quieres ir por una nieve?- me preguntó ella, creo que eso ya se volvió rutina entre ella y yo, cuando ella tiene tiempo de pasar por mi ella me lleva a comer nieve.

–Si de grosellas!- dije como si fuera una niña pequeña e inocente 

–Como te fue en clase?- me preguntó ella mientras me quitaba la mochila para caminar a mi lado 

–De maravilla, hay un alumno nuevo, y Jesús sigue siendo un tonto!- Mi hermana es a la única que puedo contarle cosas que no me atrevo a contarle a mi madre, es extraño pero ella siempre me da concejos y me motiva a ser mejor persona día con día, por ella he adquirido un poco de madurez por qué para ser cincera me concidero un ser muy inmadoro en este enorme mundo.

–¿Un chico nuevo? ¿Jesús tendrá competencia?- preguntó picándome las costillas, creo que mal interpreto las cosas.

–Claro que no, Jesús es mi novio y Mau es solo un amigo!- dije nerviosa.

–Hay Mau, Mau!!- dijo sin parar de reír y fingiendo un beso con la mano. –Osi Mau besame mes!- dijo ella y yo comencé a reír, ella también río sin parar.

–¡Ya déjame!- ella salió corriendo y yo corrí detrás de ella.

–Ya dime, ¿El tal Mau es lindo?- me preguntó ella seriamente cuando la alcance.

–Sus ojos son azules, como el cielo!- dije recordando lo bien que se le miraban los ojos.

–Tu debilidad por el azul!- dijo ella, de todos los colores en el mundo el azul siempre será mi favorito.

–El azul es mi color favorito, es raro por que soy niña y a la mayoría de las niñas les gusta en rosa pero yo amo todo lo que sea azul, me encanta el azul, sabes mi profesor también tiene los ojos azules.– dije, creo que hoy conocí a dos hermosos hombres con los ojos azules.

–No me digas que también te gusta tu profesor?- dijo mi hermana pellizcandome las costillas, yo solo comencé a reír, la verdad es que no me gusta nadie, o por lo menos eso creo aún no ha llegado a mi vida esa persona que me haga decir que me gusta realmente.

–Claro que no, tonta!- dije sonriendo y ella solo sonrió de lado.

–No te culparía la mayoría de las colegialas fantasean con sus maestros, yo lo hice, con mi profesor de cálculo en la universidad Dios ese si era un sexi profesor.!- Dijo ella como si recordara algo. Creo que dejaré de ver a Merry de forma inocente también tiene su lado oscuro al parecer.

–Noooo, no hagas eso!- Dije espabilando sus pensamientos y ella sonrió.

–Hermana te amo!- dijo y me abrazo, después comenzó a llenarme de besos en la mejilla y yo comencé a reír, me encanta que ella sea de está manera tan única, es como un gatito pero cuando se molesta o la hacen enfurecer parece un gran león dispuesta a matar a quien sea, o más bien dicho q devorarse a quien sea.

Es increíble lo bien que nos llevamos, ella lo es todo para mí y es mi persona favorita en todo el mundo.

–¿Nos gusta Mau?– me preguntó.

–Ya vas a empezar!- dije torciendo los ojos.

–Nomas digo.–

–Jesús me hizo llorar dice que le coqueto a Mau!- aunque juro por Dios que no es así, solo nos llevamos bien, Mau y yo podemos ser buenos amigos, supongo.

–Jesús es un idiota, lo odio!- dijo apuñando su mano y dando un golpe a la otra mano, a ella nunca le ha agradado mi novio pero respeta mis decisiones.

–Jajaja, solo lo odias por qué me hace llorar!- dije 

–Tienes un gran corazón Mirna, pero tener un buen corazón no está peleado con hacer lo correcto!- … –Si el no te hace feliz ya termina con el!- ella habla en serio y yo solo agache la cabeza, creo que me da miedo estar sola aunque a ciencia cierta nunca he estado sola en mi vida, siempre tengo a personas que quiero y que me quieren a mi lado.

–¡Tú crees! ¡Él me gusta, antes era lindo conmigo!- dije alzando los hombros, pero claro el cambio mucho después de que la empresa de sus padres fue en ascenso y le consienten, llevándolo de viaje los fines de semana, al principio el me llevaba regalos costosos pero yo nunca he sido de las personas que se acercan a otras por el dinero esa no soy yo así que le dije que dejara de hacerlo y desde ese día comenzó a alejarse de mí 

–El error de toda mujer es creer que ya después que te humillan y pisotean es que esa persona cambiará, un animal siempre será un animal, y Jesús lo es, cambia de página, deberías de intentarlo con el chico nuevo si te hace sufrir lo golpeamos entre las dos– sonreí.

–Lo pensaré!- dije ya no quería hablar de Jesús ni de Mau.

–Si te hace llorar de nuevo lo mato!- dijo por último 

–Hermana que hora es?- le pregunté.

–¿Las dos por qué?- dijo ella mirando su reloj.

–¡Ya vamos a casa!- Me puse en pie al instante.

–¿Qué por qué tan rápido?- dijo ella confundida.

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