Mi sonrisa se desvaneció, al ver a esta mujer, al parecer estaba desesperada por arruinar mi encuentro con el señor Cheng así que vino a la habitación donde me encontraría con él, sin más entero golpeándome en el hombro deliberadamente, cerré la puerta, que podía hacer matarme, no lo creo esta mujer no hace el trabajo sucio, deja que otros lo hagan por ella, di la vuelta y ya se encontraba sentada en el sofá, camine hacia ella y me senté en el mueble frente al sofá, la miré a la cara sin ninguna emoción, esperando que comenzara a esparcir su veneno por todo el lugar, como la víbora ponzoñosa que era, y no pasó mucho tiempo para que comenzara hablar,
- No te emociones demasiado, ni Mary, ni yo pudimos retener a Cheng por mucho que lo intentamos, no creas que él se quedará contigo, eres demasiado simple, y sin experiencia en la vida, podrás ser su juguete por un tiempo, pero al final regresara a mí naturalmente.
La miré detenidamente, esta mujer cree que puede intimidarme, le daré de su propio veneno, ya hace mucho que dejé de tener miedo, comencé a decir,
- Yo pensaba, que todas las mujeres que venden su cuerpo, se podían considerar juguetes de los hombres que las compraban para su diversión, pero según lo que dices, unas somos juguetes que se pueden usar y tirar, y otras aunque sean usadas y tiradas no lo son, esto me confunde, yo no lo puedo entender.
Estaba llena de ira, lo podía ver en sus ojos, yo le seguía sonriendo, no la dejaría ganar,
- Te crees muy inteligente, y crees tener la respuesta para todo, Mary lo hizo apropósito volverte la piedra mi zapato.
- No es inteligencia es sentido común, por más que te quieras sentir superior a mí, al final somos lo mismo, con pequeñas diferencias claro, es verdad que soy simple y tú eres glamourosa, pero también es verdad que soy mucho más joven y soy pura, las diferencias entre ambas son notorias, además de que mi valor está en mi falta de experiencia, no puedo sentirme orgullosa como tú de tener tanta experiencia, que se puede traducir en ser utilizada y tirada tantas veces.
Podía sentir su respiración ofuscada desde donde estaba sentada, ya no podía ni forzar esa asquerosa sonrisa hipócrita que tanto le gustaba hacer, se paró del sofá y yo también me pare de mi asiento, si intentaba golpearme no me dejaría, si me daba un golpe le daría dos a cambio, se acercó más a mí, y entonces tocaron la puerta, ambas miramos hacia la puerta, y entonces dije
- ¿Será el Señor Cheng?
Me apresuré abrir la puerta, entonces apareció,
- Hola, soy un camarero, esto lo envía el señor Cheng por si tiene hambre, también le deja dicho que estará aquí pronto,
Deje entrar al hombre con la comida, Emma se volvió a sentar en el sofá, el camarero coloco la comida en una me quema mesa que estaba cerca del lugar donde estaba las bebidas, luego de acomodar todo, e hizo un gesto y se fue, cerrando la puerta al salir, otra vez está atrapada con esta mujer en la habitación y parece que no tenía planes de irse pronto,
- Cheng es un hombre tan considerado, incluso le envía comida a una baratija como tú.
- Seguro usted dice esto porque él nunca le envió nada, los celos pueden enfermas a las personas, cuide su salud.
Me fulmina con la mirada, no, sin embargo, la ignoré y me senté a comer, el señor Cheng estaba en lo cierto, me estaba muriendo de hambre, solo había desayunado y ya casi es de noche, todo era delicioso, me enfoqué en mi comida, mientras Emma, se preparó un trago y daba vuelta en la habitación, para sacarla tenía que usar la fuerza y temía que aprovechando eso, esta mujer viciosa me corte la cara o algo peor, así que solo esperaría, a que el señor Cheng llegará y decidiera que hacer con ella.
Termine de comer y me volví a sentar en el mueble frente al sofá, había pasado un largo tiempo y el Señor Cheng no había llegado y esta mujer tampoco se iba,
- No debería irse ya, le dije.
- La que debería irse eres tú, Cheng es mi hombre, soy la que debe servirle aquí.
- Ahora me entero de que soy de tu propiedad Emma.
Unas voz masculina y profunda dijo esas palabras, miré hacia la puerta y había un hombre en la puerta, no me había percatado de que la puerta de abrió y se cerró o que había entrado este hombre, que según lo que dijo era el Señor Cheng, lo mire de pies a cabeza, era alto y guapo, sus facciones eran delicadas pero masculinas, sus ojos era pequeños pero vividos y su pelo negro era abundante y lacio, llevaba un corte que le favorecía, junto con ese traje negro que vestia, podría decirse que parecía un actor de esos que hacen teatro por el que todas más chicas supiran.
- ¿Señor Cheng?
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Updated 94 Episodes
Comments
Lenita
El objeto de la discordia
2024-06-14
0
Elide Rubio
ops que bueno que escuchó
2024-04-01
1
Unicornio magico🦄
Emma no entiende que ya fue botada como un juguete
2023-05-18
2