Capítulo 16: No tendrás éxito.

Me levanté temprano a pesar de dormir poco, todavía me dolía la cabeza, miré a mi alrededor y ya Tina no estaba, me moví por toda la cama no me quería levantarme, pero hoy era el día que conocería al Señor Cheng de este hombre depende mi vida, y que un día pueda tener mi venganza, me levanté de un salto, la cabeza me dio una vuelta, casi me caigo, me senté unos minutos para recuperar mi estabilidad, cuando ya me sentía mejor, me dirigí al baño, me di una ducha caliente, no podía soportar más el agua fría, después de salir del baño, hice mi rutina de belleza, debía verme bien, luego me puse un vestido entallado y unos zapatos de taco alto, peine mi cabello en un hermoso semirecogido, y me puse algo de perfume de rosas, me miré al espejo y practique una sonrisa por un tiempo, quería ser natural al sonreír aunque la sonrisa fuera falsa.

Si tengo que vivir una vida enterrar fingiendo, por lo menos quiero hacerlo bien, no como Tina, me di el último vistazo en el espejo, me dirigí a la puerta, la abrí y salí al pasillo, donde camine lentamente, hoy no correría, sabía que me encontraría con esa serpiente el día de hoy, y no estuvo mal mi predicción, había dado menos de diez pasos cuando ella aparecía, y no pudo esperar para decirme,

- Me enteré de que ayer sufriste un pequeño percance, espero que estés bien, debió de ser una experiencia muy traumática, lo siento mucho por ti, tienes suerte de que nada malo te paso.

Puso esa sonrisa asquerosa, que seguro ha practicado por años, pero a mis ojos es solo una llena mostrando los dientes, nada más y nada menos, continuó diciendo,

- Que lastima que no se sepa quien mando a ese hombre, debes tener mucho cuidado, eres joven por eso no sabes lo peligrosa que es la vida, cosas inesperadas pueden pasar en cualquier momento.

Se acercó a mí, invadiendo mi espacio, está tan cerca me sentía su respiración, intentaba que me sintiera intimidada por ella, yo le acerque más aún, y puse mis labios junto a su oreja derecha, y le dijo,

- No tendrás éxito.

Me separé para mirar a Emma a la cara, fríamente sostuvo la mirada para que se diera cuenta de que yo no le tenía miedo en absoluto, no le demostraría ni un centímetro de debilidad a esa mujer, si lo hacía, sería como darle la victoria sobre mí, le sonreí justo como ella lo hacía, ya que no había nada más que decir, retome mi camino, Emma se quedó inmóvil y yo no miré más hacia atrás, baje la escalera animada, ya en el salón, me dirigí a la cocina debía agradecer a la señora chu y también desayunar, me estaba muriendo de hambre.

Entre en el comedor, unas chicas estaba ya desayuno, inmediatamente comenzaron a hablar entre ellas al verme, lo que sucedió anoche debe estar en boca de todos y seguro, Emma, ayudo a que los rumores corrieran más rápidos, seguro puso otro plan en marcha para impedir que el señor Cheng me vea, si llegara a sus oídos el hecho de que algo me pasó, aunque sea mentira, podría no querer verme, si ese es el paso, solo Le pediré a un médico que me compruebe, sea como sea, no dejaré que esa mujer tenga éxito, miré a mi alrededor, como no vi a la señora chu me dirigí a la cocina, al abrir la puerta la vi, parada ordenan a la otras chicas,

- Hola Señora Chu, viene a darle las garantías y a pedirle perdón.

Me miró curiosa,

- Niña explícate, porque me agradeces y porque me pides perdón.

Le sonreí, sincera y cálidamente, tomé sus manos y comencé hablar,

- Primero quiero agradecerle, porque le dijo a Tongtong que me había ido al jardín trasero y no había vuelto en un largo tiempo, lo que hizo que fuera a buscarme y me salvará de ese animal, y en segundo lugar quiero pedirle perdón, porque perdí el cuchillo que me había prestado, después que se lo clave en la pierna a ese hombre no lo volvía a ver.

La señora Chu se comenzó a reír a carcajadas,

- Niña no te preocupes te perdono, me alegra que esté bien, ve al comedor, ya te llevo el desayuno,

Asintió con la cabeza y salí de la cocina, ya en el comedor me senté en una de las sillas libres, no paso mucho tiempo para que la señora Chu me pusiera un plato al frente y un vaso de jugo, le di las gracias y comencé a comer, disfrute mucho mi desayuno, sentía que comía por primera vez en mi vida, mi experiencia de anoche me hizo renacer como una persona más cautelosa, no dejaría que personas enferma de odio y envidia como Emma destruyeran mi vida por completo o que me dejarán vivir como si estuviera muerta.