Al día siguiente, desperté. Cassian está dormido abrazándome. Me solté lentamente para no despertarlo. Al lado de la cama estaba mi camisón, me lo puse e intenté ponerme de pie, pero mis piernas fallaron haciéndome caer al piso. Sentí dolor por todo mi cuerpo.
—Siento como si un camión me hubiera aplastado —dije.
—¿Qué es un camión? —preguntó Cassian, que ya se había despertado.
—No me hagas caso y ayúdame, por favor —pedí ayuda, ya que me era imposible pararme.
Cassian se levantó de la cama y me cargó. Yo puse mi cabeza en su hombro, aún estaba cansada. Él me volvió a acomodar en la cama.
Miré con enojo a Cassian, quien casi me parte en dos. Mis piernas ya no parecían mías, mis caderas estaban peor. Tenía chupetones por todo el cuerpo.
(¡Monstruo!) pensé mientras le lanzaba una mirada enojada a Cassian.
—No me mires así, espera aquí, iré a preparar el baño —dijo, y luego se dirigió al baño.
Lo esperé en la cama. Después de un rato, regresó y me cargó en sus brazos y entramos al baño. Él me quitó el camisón y me dejó en la tina, para luego entrar él.
—¿Te bañarás aquí? —pregunté.
—Sí —respondió, y luego me sentó en sus piernas.
Empezó a besar mi cuello mientras masajeaba mis pechos con sus manos. Solté un gemido.
—Cassian, estoy cansada, para por favor —rogué y él se detuvo.
—Está bien, solo nos bañaremos —respondió, y luego me dio un beso en el cuello.
Después del baño, bajaron a desayunar. Cassian cargaba a Elise y los sirvientes que estaban cerca vieron la escena, quedando en shock. Elise, quien notó esas miradas, escondió su cara en el pecho de Cassian y sentía que sus mejillas ardían de lo rojas que estaban.
Cassian, por su parte, no le dio importancia a esas miradas. Cuando llegaron al comedor, Cassian la sentó en una silla y se sentó a su lado.
Tuvieron un desayuno tranquilo, a pesar de las miradas de todos y la vergüenza que ella sentía.
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Una semana después, Elise recibió una invitación de la marquesa, esposa del asistente de Cassian. Aunque no había asistido a ningún evento social, aceptó ir a la fiesta de té de la marquesa.
El día de la fiesta de té, Mey corría como loca buscando todo para preparar a Elise.
El día de la fiesta de té, Mey corría como loca buscando todo para preparar a Elise.
—Mey, tranquila, solo busca un vestido sencillo pero bonito —habló Elise despreocupada.
—Su Majestad, se está escuchando. No puede ir como sea a un evento importante, tiene que mostrar su estatus, ya que es el más alto. Así que no me digas que algo sencillo —luego de eso, Mey llamó a más sirvientas que ayudaron a preparar a Elise.
—Mey, ¿no crees que es un poco exagerado? —habló Elise.
Mey la miró indignada, pues ella sabía que Elise había cambiado, pero tampoco pensó que tanto.
Elise:
Llegué a la mansión de la marquesa y unas sirvientas me guiaron hacia donde se presentaba el evento. Era un hermoso jardín, aunque no tan impresionante como el del palacio.
Finalmente llegamos al lugar, donde encontré una mesa en la que varias señoritas estaban sentadas, incluyendo la marquesa. La sirvienta que me había guiado me presentó y todas las damas se levantaron y realizaron una reverencia.
—Saludos a Su Majestad, la luna del imperio —dijeron.
—Por favor, dejemos ya las formalidades —respondí, y ellas me miraron sorprendidas.
No me lo tomé a mal, ya que todos conocen mi temperamento. Tomé asiento junto a la marquesa.
— Su Majestad, ¿cómo ha estado? — preguntó la marquesa.
— He estado muy bien, Marquesa. ¿Y usted? — respondí.
— Oh, por favor llámeme Libia, Su Majestad.
— Entonces llámeme Elise — dije sonriendo.
Todas las demás se sorprendieron igual que la marquesa, todo iba bien hasta que una de ellas habló.
— Su Majestad, cuéntenos cómo es Su Majestad el Emperador en la cama — yo, que estaba tomando el té, casi me ahogo — Oh, ¿es que nunca lo han hecho? — sonrió con burla.
Sé que me estaba provocando, pero yo solo la dejé ser.
— ¿Por qué piensa eso?
— Su Majestad, no es nada malo. Solo se rumorea que no se presentó en su noche de bodas, digo, dicen que usted es una esposa abandonada.
— Solo diré tres cosas, Baronesa. Primero, quien dijo que no fuimos a la noche de bodas fue porque me enfermé. Segundo, cómo se atreve a hablar de nuestras relaciones íntimas. Y tercero, creo que no debería importarle. Su pregunta me parece una falta de respeto — La Baronesa palideció.
— Yo... perdón, Su Majestad. Pregunté algo que no era de mi incumbencia.
Luego, la fiesta continuó con tranquilidad. Al final, unas cuantas invitadas se fueron y solo quedamos la Marquesa, la Condesa, la Duquesa y yo.
— Su Majestad estuvo increíble, cómo calló a la Baronesa — comentó la Condesa.
— No es nada, solo no me gusta hablar de mi vida privada como si fuera un reality.
— Su Majestad, ¿qué es un reality?
— Eh, tú no me prestes atención.
Después de que terminó la fiesta de té, quedamos en vernos las cuatro.
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Al llegar al palacio, me encuentro con Cassian.
— ¿Cómo ha estado mi hermosa esposa? — me sonrojo por su comentario y voy a responder, pero él me besa.
El beso es dulce, pero se vuelve más salvaje. Nos separamos por falta de aire y él dice...
— Es triste que esta noche no puedas dormir — dice él.
Yo lo miro confundida — ¿Por qué no dor...?
De la nada, él me carga y me lleva a la habitación.
CASSIAN
---------------nota del autor---------------
Capítulo corregido.
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Updated 46 Episodes
Comments
Thibizay Garcia
Calenturiento/Facepalm//Facepalm//Facepalm/
2024-08-01
0
Thibizay Garcia
jajajaja resultó un picaron desvergonzado el emperador /Proud//Proud//Proud/
2024-08-01
2
Quica Romero
La "clase" no sé muestra echándose hasta el "molcajete y el perico" juntos . Porque con la clase se nace y pocas veces se hacé. Y ella sólo necesita presentarse y ya.🤨🙄
¡Ella es el "statu#" y no la ropa, esa es sólo un simple adorno.🤷♀️
2024-03-29
4