alice..... maraton (4/5) (corregido)

Elise intentaba pararse de la cama, pero unos fuertes brazos no la dejaban. Tenía un severo dolor de cabeza y una fuerte resaca de la noche anterior, y además sentía que su cuerpo ya no le pertenecía a causa del dolor. Estaba pensando seriamente en no volver a hacerlo por un largo tiempo.

—Cassian —Elise le da un codazo para que la suelte.

Elise intenta ponerse de pie, pero cae, despertando a Cassian, quien ni con el codazo que le dio, se levantó.

—Elis, ¿estás bien? —Cassian había empezado a llamarla por un apodo últimamente.

Cassian, al ver a Elise en el piso, se levanta de la cama y la carga.

—¿Pensabas escapar? —murmura Cassian.

Elise lo mira enojada.

—¿Es que pensabas quedarte todo el día en la cama o qué? —pregunta Elise.

—Claro, levantarme hoy no era una opción.

—Cassian, nunca había conocido a un emperador tan perezoso. Pobre de tu asistente —Cassian la mira.

—Ahora estás preocupada por mi asistente —dice él, arqueando una ceja.

No obtuvo respuesta. Cassian caminaba de vuelta a la cama con Elise en brazos.

—¿Pero qué haces?

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—Todo está listo —pregunta Alice.

—Sí, señorita, todo se ha hecho como lo pidió. Pero, señorita, ¿por qué piensa irse si aún no han encontrado a su padre? Dios sabe dónde estará —la doncella personal de Alice la miraba preocupada. A su señorita no le importaba en absoluto lo de su padre, es más, pensaba irse a la capital para trabajar de doncella en el palacio imperial.

Alice había tenido tiempo para completar su plan: matar a Cassian y llevarse consigo a Elise, aunque fuera en contra de su voluntad.

—Tú no te metas. Quizás padre solo se fue de vacaciones, unas muy largas —lo último lo susurró, siendo imposible para su doncella escucharla.

—¿Qué dijo, señorita?

—Nada, sígueme a mi habitación, hay que empacar.

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Alice, que ya había llegado a la capital, fue directamente al lugar donde se hospedaría. Era una hermosa mansión, no muy grande, pero sí más grande que la que ella habitaba.

Al llegar, un mayordomo la recibió con más sirvientes para cargar su equipaje.

—Señorita Alice, la están esperando, sígame —señaló el segundo piso. Ella solo asintió y lo siguió.

Al llegar al segundo piso, pasaron por varias puertas hasta llegar a su destino.

—Es aquí, señorita —luego, él se fue. Alice inmediatamente tocó la puerta, y cuando escuchó una respuesta afirmativa, entró.

—Señorita Alice, tome asiento —Alice se sentó frente a la mujer.

—La verdad, me sorprendió cuando envió una carta, señorita, y más si contenía amenazas…

ELISE

Otra estúpida y aburrida fiesta de té a la cual debo asistir. No bastó con que tuve que pelear con Cassian para salir de la cama. Al final gané, pero con la noticia de que debía asistir a una fiesta de té de la baronesa. Sí, esa baronesa, esa vieja entrometida que preguntaba cosas que no le importaban a ella.

Pues ahora estoy aquí, caminando hacia donde se realiza la fiesta. Llevo puesto un hermoso vestido con tonalidades azules y adornos dorados, un vestido ajustado al cuerpo.

—Saludos a su majestad, la emperatriz —todas las presentes en la sala la saludaron cortésmente.

—Ya, levanten sus cabezas.

Todas tuvieron una conversación amena con la emperatriz. La única que no estaba muy feliz era la baronesa, quien la miraba muchas veces, hasta que:

—Eh, baronesa, ¿quiere decirme algo? —pregunté ya fastidiada.

—Oh, lamento si la incomodé, su majestad, pero sí tengo algo que decirle —tanto yo como las demás estábamos muy atentas.

—Verá, es que mi sobrina acaba de llegar a la capital. Bueno, su padre está desaparecido y no tiene cómo mantener su mansión y a los sirvientes. Yo quería preguntarle si tiene algún trabajo para ella en el palacio.

Fruncí el ceño.

—Bueno, no lo sé… eh, ¿podría presentarla antes? —pregunté, ya que sabía que la baronesa no tenía ninguna sobrina. ¿Qué puedo decir? Soy la escritora del libro.

—Claro, ya la mando a llamar —la baronesa llamó a un sirviente, le dijo algo al oído, y este solo asintió.

Después de un rato, el sirviente regresó con una chica de cabellos rubios y ojos azules.

La miré sorprendida. Era Alice, la protagonista de la novela. Pero, ¿qué hace aquí? ¿Y por qué la baronesa dijo que es su sobrina si no lo es? Aquí hay gato encerrado.

—Ella es Alice, mi sobrina. Su padre desapareció no hace mucho, pero ya lo están buscando —la baronesa la presentó.

Yo la miraba aún sorprendida. La protagonista nunca vino a la capital. Cassian siempre era quien iba a verla, pero esto es muy raro. ¿Y por qué mienten tan descaradamente sobre su parentesco?

—Saludo a su majestad, yo soy Alice…

Nota del autor:

Sí, ya sé, publiqué tarde, pero es porque no tenía internet donde estaba. Bueno, cambiando de tema, chicos, voy a ser muy mala, así que prepárense para lo fuerte. Ok, no diré nada más, se viene lo fuerte, solo eso. Bye, cuídense, besos y abrazos.

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