noche de chicas......... maraton (3/5)(corregido)

El día de hoy había quedado con las chicas para salir un rato, así que me dirigí hacia el despacho de Cassian. Al llegar, toqué la puerta.

—Pasa—sonó la ronca y sexy voz de mi esposo detrás de la puerta.

Abrí la puerta y Cassian, que estaba leyendo unos libros, los dejó de lado para mirarme. Yo caminé hacia él y me senté en sus piernas.

—Hola, gatito—susurré en su oído.

—Pensé que ya te habías olvidado de ese ridículo apodo— dijo sonrojado.

—Pero si te queda muy bien—respondí.

—Entonces dime, ¿en la cama también soy tu gatito?— preguntó, y yo solo desvié la mirada y luego lo volví a mirar.

- "No, eres un tigre salvaje. ¿Ya se te olvidó que hace un mes no podía caminar por tu culpa?", respondí.

- "Bueno, pequeña tigresa, ¿qué necesitas? Porque tú casi no vienes por aquí. Así que dime lo que quieras, amada esposa", dijo Cassian.

La verdad es que iba a decirle que iba a salir con unas amigas, pero, claro, eso sería una mentira.

—Cassian, hoy quedé con la marquesa y otras amigas para pasar la noche en la casa de la duquesa—dije.

—¿Y por qué tiene que ser de noche? ¿Qué harán?—cuestionó Cassian.

—Son cosas de chicas, cariño. Y no voy a estar sola, también irá la condesa, la marquesa y, pues, claro, la duquesa—respondí.

Cassian se veía pensativo, pero no pudo resistirse a la mirada de su esposa, así que solo suspiró y le dio un pequeño beso en los labios.

—Está bien, cariño, pero llevarás dos guardias— dijo Cassian.

—NO, digo que el duque ya nos proporcionó seguridad, cariño. Así que no te preocupes, nos vemos mañana— respondí. Él iba a refutar, pero lo besé y de inmediato se calló.

Salí del despacho de Cassian y fui directo a mi habitación, donde Mey ya me estaba esperando. Cuando entré, dije:

—Mey, fase uno del plan completado— dije mientras sonreía.

—Ok, su majestad, ya tengo todo listo para esta noche—

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La noche llegó y con ella cuatro damas de la alta sociedad escapaban de las mansiones para pasarla bien. Al llegar al lugar acordado, Ivone (duquesa) habló.

—¿Todo bien? No creo que sospechen nada— dijo una de las chicas, mientras las demás asentían.

Elise también habló:

-—Cassian no sospecha nada, él cree que estamos en la mansión del duque—comentó.

—El conde también piensa lo mismo—agregó otra.

Las chicas llevaban puestos unos vestidos de noche diseñados por Elise, quien se inspiró en los de su vida pasada.

—Su majestad, ¿no cree que esta ropa es demasiado reveladora?— preguntó una de las chicas.

—Para nada. Vamos a lucir los mejores vestidos de la noche—respondí.

Las chicas fueron hacia un tipo de casino nuevo, que claramente Elise, era socia, algo que Cassian no sabía, claro. Elise ayudó un poco con el diseño, pero tampoco quería que se viera muy moderno.

—Wow, esto es increíble, nunca había visto un casino así— dijo Libia, la marquesa, impresionada.

—Cierto, pues sean bienvenidas a Deluxe— mencionó Elise con orgullo.

El casino tenía una banda y la música tenía toques modernos, además de ser muy pegadiza y bailable. Había mucha gente bailando y jugando, mientras otros tomaban. Un mesero reconoció a Elise y las llevó a la zona VIP.

Después de unas horas, todas estaban borrachas.

—¡Oh!—gritó Elise—Chicas, vengan—las llamó.

Elise les entregó unos shots y dijo:

—¡Pa' arriba, pa' abajo, pal' centro y pa' entro!— dijo Elise antes de tomar el shot, y las demás también la invitaron.

Mientras tanto, en el castillo, Cassian, el duque, el marqués y el conde estaban debatiendo asuntos del imperio. Al terminar, Cassian habló al duque.

—Oh, duque, mi esposa me había comentado que hoy se quedaría en su casa—dijo Cassian.

—Oh, sí, mi esposa me había dicho lo mismo, duque— mencionó el conde.

El duque los miró confundido.

—Su majestad, mi esposa me había dicho que ellas se quedarían en la mansión del marqués— dijo el duque. Luego, todas las miradas cayeron sobre el marqués.

El marqués también se sorprendió al escuchar eso, ya que su esposa le había dicho que se quedarían en la mansión del conde.

Después de que el marqués hablara, todos se miraron. Luego, Cassian llamó a su sombra, Sonic.

—Sonic—llamó Cassian con una voz sombría.

—Sí, su majestad—respondió Sonic.

—Llévanos hacia donde está mi esposa— ordenó Cassian.

Elise no sabía que tenía un rastreador mágico que Cassian le había puesto por seguridad, y justo ahora era el mejor momento para utilizarlo.

Los cuatro fueron guiados hacia donde indicaba el rastreador. Era una calle solitaria hasta que el rastreador los llevó a su destino final, el cual era un casino diferente a los demás. Todos se miraron confundidos al ver el casino.

—¿Qué hace mi mujer en un lugar como este?— se preguntó Cassian.

—No, su majestad, sería que HACEN nuestras esposas en un lugar como este -dijo Jack, el marqués.

—El marqués tiene razón, todas nos mintieron, de seguro esto ya está planeado hace tiempo— comentó el duque.

—De seguro—habló el conde.

Los cuatro hombres entraron al lugar y de inmediato sintieron el fogaje. Cassian buscó con la mirada a Elise hasta que escuchó un grito de su querida esposa.

Elise, quien estaba completamente perdida en el alcohol, bailaba con sus acompañantes. Las cuatro chicas bailaban al ritmo de la música.

Cassian, al ver a su esposa bailando con un diminuto vestido (para él), sintió que su ira crecía por la mirada lasciva de muchos hombres. De inmediato se acercó a las mujeres, al igual que los otros tres hombres que pensaban lo mismo que Cassian.

Elise estaba disfrutando y vio a cuatro hombres acercarse, pero uno llamó su atención. Se acercó a ella y le dijo:

—Oye, te pareces a mi esposo— Elise, borracha, casi se cae, pero Cassian lo impidió.

—Así, ¿y quién es mejor, yo o tu esposo?— Cassian esperaba la respuesta de su esposa.

—Pues claro que mi esposo, ¿quién te crees para compararte con él?—dijo Elise, tocando el pecho de Cassian con su dedo.

Cassian sonríe por un momento, pero luego le da una mirada seria.

Cassian, sin importar nada, cargó a su esposa y la sacó del lugar, dejando atrás a los hombres que lo acompañaban.

Elise se había dormido a mitad del camino, pero se despertó apenas llegaron a la habitación.

—¿Cassian, eres tú?— preguntó soñolienta y aún un poco borracha.

—Sí, Elise, estás en grandes problemas— dijo acostándola en la cama.

—No importa—dijo Elise para luego besar a Cassian, un beso salvaje lleno de pasión.

—No, hoy no, Elise. Estás fuera de ti, no quiero aprovecharme—dijo Cassian.

A Elise no le importó y siguió besándolo. De un momento a otro, sus ropas volaron por la habitación. Elise llevaba el control, ahora era él quien se sentía usado y se dejó llevar por los deseos de su esposa borracha.

Lo hicieron durante toda la noche sin descansar. Ningún sirviente que estuviera cerca de su habitación durmió esa noche gracias a los gritos y gemidos de Elise. Finalmente, se detuvieron al amanecer.

---------------nota del autor---------------

Capítulo corregido.

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