Capítulo 9: Enemigo parte 1

Daniel:

La había dejado sola como quería, pero aun así en mi corazón había un sentimiento de desazón. Era casi como una intuición. Pero le resté importancia probablemente estaba algo nervioso por su rechazó. El dolor en mi era muy crudo y real, casi como si me hubieran quitado mi propia piel.

Quise sentir enojo hacia ella, su raza masacró a mi familia a todas las personas que me importaban. Pero aparté ese odioso sentimiento de mí, no iría por ese camino. Ella no tenía la culpa de lo que me pasó, ni tampoco yo tenía culpa de la muerte de su padre.

Mañana volvería y haría que me escuchara. Estaba cansado de esta pelea ridícula entre nosotros era un reflejo de la guerra pasada.

Comprendía los sentimientos de Luna, aceptaba que no debí hacer muchas cosas, pero que más daba no me iba a disculpar por amarla.

Me detuve en una quebrada, cerca de la cabaña de Luna y observé el agua correr. La luna está noche se reflejaba en el agua e iluminaba todo el entorno, haciendo parecer que era una noche tranquila, pero no era así para mí.

La deidad tuvo alguna razón para unirnos de eso estaba seguro. No rechazaba mi vínculo con Luna. Lo aceptaba.

Cuando le dije que nuestro lazo era especial, lo dije sinceramente. Una mate humana para un hombre lobo, no se había dado en mucho tiempo. Y esto solo era la confirmación de que nuestro amor uniría lo que se rompió hace muchos años. La unidad entre especies.

Y como rey alfa de una manada alguna vez, esperaba llegar a cumplir el propósito de acabar esta guerra y esperaba que Luna estuviera a mi lado.

No quería más conflictos. Al encontrar a Luna por primera vez supe que quería algo diferente para los dos. Un mundo donde no tuviera que esconderme y donde Luna estuviera a salvo. Donde pudiéramos tener nuestros hijos sin sentir miedo a ser excluidos o condenados a muerte.

Había visto mucho de la guerra y fue realmente cruel, los cazadores no se detenían a nada. Mataban sin piedad a los inocentes, no tenían corazón, pero como le tendrían?. Estaban unidos a la magia negra, la cual dominaba sus entendimientos.

Me detuve en mis divagaciones cuando escuche a lo lejos el repicar de botas en el camino empedrado. Alguien se acercaba y no era una sola persona eran varios.

Me levanté de la piedra donde estaba sentado y me transforme.

Me acerqué con rapidez y sigilo. Al llegar al pie del camino donde comenzaba el pueblo de Aspen. Divise unos 20 hombres los reconocí de inmediato, como podía olvidar su odioso emblema.

Me detuve a espiarlos mientras pasaban. Unos que otros miraban hacia todos los lados del bosque, ellos podían sentirme y olerme. Pero siguieron caminando por órdenes del líder. Alguien muy conocido para mí. Alen el Cazador, él masacró a demasiadas aldeas junto con su bruja Naia. También fue el responsable de mi herida de bala.

No me preocupaban ellos sabía que podía destruirlos en un segundo, me preocupaba Luna. Mi olor estaba impregnando en ella y podían llegar a utilizarla como cebo para lograr atraerme.

Cuando perdí de vista a los cazadores, salí de mí, escondite, rumbo a donde se encontraba Luna. Solo que se presentaron en el camino algunos obstáculos.

Tres cazadores esperaban por mí más allá. Sonreí esto sería pan comido. No eran rivales para mí.

Luna:

Noté que muchos de los cazadores me miraban de una manera extraña y esto me preocupó dado que Daniel vivió conmigo. Me preocupaba que pudieran notarlo.

Pero puse mi mirada en blanco hacia ellos. Los cazadores se detuvieron ante mi cabaña y comenzaron a hacer esos movimientos extraños con su nariz, como si fueran perros oliendo algo en el aire.

¿Acaso tenían olfato subdesarrollado?. Suspire, sí así era, ya nada podía sorprenderme. Pensándolo mejor debían tenerlo, para llamarse cazadores. Con esto sabrían como encontrar a los hombres lobo perfectamente.

Pero aun cuando mi razonamiento era lógico dudé. Suspire frustrada. No sabía mucho de ellos y una vez más, me enojé conmigo misma por no saber algo tan vital. De todas maneras, sí esto era verdad, no correría el riesgo.

Un pensamiento vino a mi cabeza. Lo que probablemente captaron fue el olor de Daniel. Estaba en todo el lugar y seguro que en mí también. Pero actuaría lo más disimulada posible.

"Quienes son y que hacen en mis terrenos" dije enojada.

Ellos se quedaron callados mirándome con desconfianza. De repente se acercaron dos personas a caballo. Uno de ellos, era un hombre atractivo de piel morena y cabello negro. Y el otro visitante, sé trataba de una mujer rubia muy hermosa, pero con ojos fríos y calculadores.

"Disculpa a mis soldados, son algo desconfiados y groseros" dice él con un tono seductor. La mujer a su lado lo miro con cara de pocos amigos. "Soy Alen Cazador de hombres lobo" lo miré sorprendida, o al menos fue lo que quise hacer parecer.

"¿Cazadores?", preguntó confundida.

"¿No sabes nada acerca de nosotros?" Él pregunta sorprendido.

Era fácil mentir, después de todo era la verdad. No había sabido de su existencia, sino hasta hace unos pocas horas del día de hoy. "La verdad no mucho, vivo hace mucho tiempo, lejos del pueblo. Me mantengo al margen en cuanto a esos temas se refiere. Desde que murió mi ladre no he podido pensar en otra cosa" mi voz termino rota. Esperaba que se lo creyeran.

"Oh pequeña, descuida mataremos al lobo que vive contigo, entréganoslo y todo terminará pronto" dice la mujer con dulzura pero su mirada refleja más que eso. Maldad.

"¿Lobo?, que quieres decir" dije confundida. Era una buena actriz de eso estaba segura.

"Querida apestas a lobo" dice mirándose sus uñas largas perfectamente cuidadas. Sabía lo que era ella. Una bruja mi padre me contó sobre ellas. Tenían una apariencia hermosa pero por dentro su alma estaba podrida. Una de las formas de detectarlas eran sus uñas negras. Eran una extensión de su ser.

"No entiendo que..." digo con voz pequeña.

"Te lo explicaré yo, preciosa" dice Alen. La mujer a su lado rodó sus ojos con fastidio hacia Alen, quien se bajó de su caballo con gracia.

Él se fue acercando a mí y dijo, "Somos cazadores, y destruimos a los hombres lobo. Bestias que han masacrado a los humanos por mucho tiempo" me fue explicando como si fuera una niña y lo deje, porque debían creerse el cuento. Además de que estaba segura de que este cazador estaba coqueteando conmigo y tomaría esto a mi favor. "Tenemos el poder de olerlos a millas de distancia y tú hueles como ellos, así que o estás escondiendo a alguno o definitivamente dejaste entrar el mal en tu morada sin saberlo" dice con una sonrisa de medio lado.

Así que ellos podían olerlos, era cierto lo que pensé. No sabía como lo hacían, pero después pensaría en esto.

"Yo no, ... Les prometo que no, ni siquiera sé que como lucen" dije afligida.

La bruja suspira frustrada y me dice "¿Has recibido alguna visita reciente?"

Asiento y digo "Sí, en realidad un hombre, pero él no se parece en nada a un lobo" dije tontamente, luciendo un tanto ignorante.

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