Capitulo 4: Atracción irresistible

Luna:

Me despierto presa de unos fuertes brazos. Cuándo levanto mi cabeza de su hombro, mi frente roza el crecimiento del bello de la barba de Daniel.

Como fue que termine aquí, y eso no era lo peor, mi abrigo se había ido, estaba totalmente desnuda y pegada como un pulpo a Daniel.

Observó su rostro que está relajado y parece estar dormido. Trato de soltarme de sus brazos, pero Daniel inconscientemente o no, me acerca más a él.

Necesito salir de aquí, antes que me vea como Dios me trajo al mundo. Lo intenté de nuevo, pero mis movimientos, solo hacen que Daniel abra sus ojos y me observé. Estaba segura que estaba totalmente sonrojada. Trágame tierra.

"Buenos días" Daniel sonríe, como si fuera de lo más normal encontrarme aquí cerca de él. Suplico en mi mente que no miré hacia abajo, pero es preciso lo que hace.

"Deja de mirarme" le digo enojada

Él sonríe "No tengo la culpa de que estés sobre mí .... y totalmente desnuda" lo último lo dice con voz seductora.

Trató de tranquilizarme y no dejarme llevar por su voz,  por su olor,  por su irresistible cuerpo o por como me observa. " yo....lo siento, eso no volverá a suceder. ¿Ahora puedes soltarme?, quiero vestirme"  hago que mi voz salga lo más firme posible.

Él me mira detalladamente "mmmm, y si no quiero" mis ojos se abren en sorpresa "ya sabes te sientes demasiado bien" sus ojos se dirigen a mi pecho.

Lo golpeo "sueltame", digo enojada quien se creía. Esto me pasa por recoger hombres heridos a la deriva.

"Ouch, recuerda que estoy herido" Daniel me hace un gesto de dolor.

La preocupación llega a mí "pues tú tienes la culpa" toco su herida suavemente y parece estar bien.

"¿yo?" su voz suena sarcástica "Tú eres la que me utilizó de almohada toda la noche" me sentía tan avergonzada y molesta, él sonreía burlándose de mí.

"ya te lo dije, no volverá a suceder, lo prometo" esta vez logró safarme de él sin ningún cuidado. Tomo rápidamente el abrigo y me lo pongo.

Siento un hormigueo en mi espalda, Daniel me está observando estoy segura. No pude evitar que me viera desnuda, eso me molestó y me agradó. Me doy vuelta enfrentandolo y veo que su mirada tiene un calor fácil de descifrar deseo.

Sus ojos me llamaban a acercarme de nuevo, miro su boca entre abierta y quiero besarla y no sabia porque lo quería tanto. Contra mi voluntad me dirijo a mi ropero, sacando unas prendas. Salí de la cabaña sin darle a Daniel una segunda mirada.

Observé hacia ambos lados y parecía que no había riesgo de que alguien apareciera. De todas formas trate de cubrirme con el abrigo mientras me vestía.

Estuve lista en un segundo y me vi obligada a volver a entrar. No iba a hacerlo pero Daniel necesitaba mi ayuda y no podía dejarlo aquí solo.

Cuando entro veo a Daniel sentado en mi cama, viéndome de manera extraña como si estuviera enojado. Rode mis ojos, ahora que...

"Porqué saliste desnuda" me dice Daniel de repente.

Lo mire a los ojos, confundida. "¿qué?"

"Alguien pudo haberte visto asi" me quede viéndolo de manera extraña porque hablábamos sobre esto.

Fui a colgar mi abrigo y le respondi "y que querías que hiciera, que me vistiera delante tuyo? " lo mire.

"Es lo más obvio" dijo como si enserio lo creyera, como si pudiéramos tener esa clase de intimidad. Daniel continúa "No quiero que vuelvas a hacerlo. ¿Entendido?" .

De mí sale una pequeña carcajada, acaso me había ordenado?. Daniel se levanta de la cama y se acerca a mí. Mi respiración se vuelve rápida y mi corazón late muy fuerte.

Me alejó mientras, Daniel se va acercando lentamente hasta hacerme chocar con la pared.

Me vi presa e intimidada por su mirada así que respondí "Muy rara vez alguien pasa por este lugar"  dije a la defensiva, porque tenía que darle explicaciones.

Él estrecha su mirada y levanta su mano, tomando un puñado de su cabello. Habla frustrado y enojado. "Eso no es una excusa, no quiero que nadie te vea y segundo porque estás tan aislada de la comunidad. Sabes lo que cualquier bastardo puede llegar a hacerte" su mirada recorre mi cuerpo desesperado.

Suspiro complacida por su necesidad por protegerme, pero igual respondo "Puedo defenderme sola, además eso a ti, que te importa" Pongo una mano en su pecho para alejarlo, pero él la toma y se aferra a ella.

"Me importa mucho, eres mía Luna desde que te vi lo supe y no dejaré que alguien más te haga daño o mire tu cuerpo con deseo por tus decisiones estupidas"

Sus palabras hubiesen sido perfectas, sino me hubiese dicho en mi cara que era estúpida. Eso me ofendió "¿que dijiste...?".

Él no me deja terminar me besa en cambio apasionadamente y no puedo evitar corresponderle. Nuestras manos se aferran a el otro, es imposible negar la atracción que sentimos.

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