Ya llevábamos dos semanas en la nave, estábamos solo a unos pocos días de llegar a Alfa Centauri, todo parecía marchar de la mejor manera, todos los grupos estaban preparados para la llegada al nuevo planeta, todos los días nos preparábamos para el momento de aterrizaje.
En el trabajo habíamos tenido algunos pequeños problemas con las otras áreas, algunas veces interrumpimos momentos importantes de reuniones porque las alarmas de los brazaletes tenían algunas fallas, pero solucionado eso, a veces recibimos algunos pequeños accidentes de golpes, caídas y cortaduras.
En cuanto a Alec cada vez nos llevábamos mejor, al principio de su accidente nadie sabía nada, pero el día que le tocó volver al trabajo, después de días sin ir todos notaron los golpes en su cara, fue inevitable que no se dieran cuenta de que había pasado algo.
Ante las preguntas que todos le hacían, él trataba de ignorarlas, también decía que había sido una caída en el baño mientras se duchaba, lo que él decía era tan vergonzoso que nadie pedía más detalles.
Todo iba mejor en la relación que estábamos construyendo con Alec en “nuestro hogar” hacía dos días que habíamos empezado a llamarlo así, en nuestra cabina todo era armonía y risas, nos llevábamos estupendo, nunca pensé que pudiéramos llegar a ese punto.
Siempre trataba de estar pendiente de mí, me enviaba mensajes por el brazalete para saber si estaba bien, si había comido o si llegaría tarde a nuestro lugar, su interés era raro, parecía un hombre que se preocupaba mucho, pero al mismo tiempo tenía momentos en los que no expresaba nada de lo que sentía.
En el trabajo era otro hombre, él se convertía en el jefe exigente e inflexible que se mostró desde el principio, muchas veces llegábamos a pelear por las formas de trabajo de Alec, pero también cabe decir que todo lo llevaba bien, el área siempre estaba organizando y limpio, era algo que no todos podían decir.
—Día 17 de 21, tripulantes de la nave Nova II diríjase al salón de reuniones, información importante será dada en pocos minutos—
Todos estaban ahí, pendientes de que pasaría y más cuando habían pasado varios días desde el último comunicado.
—Tripulación, si están escuchando este mensaje es porque están a pocos días del arribo en el planeta Alfa Centauri y desde el momento en que lo pisen será su nuevo hogar, este mensaje se da porque queremos que estén seguros de que están con la persona correcta. Desde este momento, cada uno de ustedes será libre de conocer a las personas que quieran y el día del aterrizaje, una hora antes decidirán quién será su pareja final, elijan bien porque después de eso ya no habrá más cambios— se apagó la pantalla y la luz llenó el lugar.
Que acaban de decir, todos se miraban confundidos, ¿ahora que iba a pasar con todas personas que ya habíamos conocido?
Natalie se paró en frente de todos tomando la vocería
—El anterior mensaje nos ha dejado sorprendidos a todos, pero como se dijo en el mensaje debemos estar seguros de con quién compartiremos este camino y para que esto no sea un caos debemos poner algunas reglas de juego— dijo para luego pedir algunas hojas.
—Primero que todo, para asegurarnos que todos conozcan a alguna alternativa de pareja, es obligatorio para todos los tripulantes conocer al menos a una persona durante estos cuatro días restantes— miro a todos —¿Es claro este punto?—
—Sí— se escuchó en unísono.
—Segundo, será sancionado, con trabajos extras y aislamiento, a las personas que cometan agresión contra otros tripulantes—
—Tercero Y último, todos los días habrá una hora para conocer nuevas personas en donde todos irán al salón principal para relacionarse con otros—
— Por motivos de espacio debemos seguir conviviendo con nuestras parejas anteriores; sin embargo, en caso de que quieran cambiar de cabina con alguien más lo podrán hacer.
Estaba rogando no encontrarme a Alec en la cabina, estoy empezando a sentir algo por él, pero no quiero que sea incómodo el despedirnos o el saber que él quiere cambiar de cabina y darme cuenta de que solo soy yo la que siente esto.
—Podemos hablar— dijo al entrar a la cabina cerrándola.
—Mmm, claro— me senté enfrente de él en la cama.
—No sé por donde empezar— dijo antes de que lo interrumpiera.
—Sé que es una mierda que pase esto, sé que no es nada malo, pero espero no cambie nada, o sea que no vuelvas a ser el cretino de los primeros días, porque aunque ya no vayamos a estar juntos todo el tiempo y no vas a ser exclusivamente mi pareja, vamos a vernos en el trabajo todos los días y …. —
Me detuvo en ese momento besándome, era la primera vez besándonos, era mi primer beso y fue mágico, no sé si era mi falta de experiencia, pero era la mejor sensación que alguna vez había sentido, sus besos eran dulces y adictivos como la miel.
Ninguno de los dos quería parar, era como si estuviéramos pegados el uno con el otro, cada vez estábamos más cerca, el tomo de mis caderas poniéndome encima de él, todo cada vez era más intenso, éramos fuego en ese momento.
—¿Qué estamos haciendo?— le dije susurrándole al oído.
—¿Quieres parar?— respondió.
—Si— dije apartándome.
No quería apartarme, pero iba a ser más duro verlo con otra si llegábamos a hacer algo más.
—Realmente quiero estar en esto contigo, estoy muy seguro de eso— dijo
—¿Igual de seguro de cómo estabas qué ibas a estar él con Natalie el primer día, que te la cogiste y terminaste todo golpeado? ¿Por qué crees que pusieron la regla de las agresiones?— le respondo alejándome.
—Esta vez será diferente, te lo prometo— dijo insistiendo —tenemos que conocer y salir con otras personas, pero no porque quiera sino porque toca— dijo tomando mi mano— pero yo quiero estar contigo, ¿pongamos algunas reglas para que esto no se pierda? Yo no te quiero perder—
—¿Y qué reglas tienes en mente?—pregunté
—Son solo dos, no salir con personas muy cercanas, o sea que los dos hayamos tenido contacto y lo que pase en estos días no va a significar nada para que no nos afecte— dijo.
—Si estoy de acuerdo, pero a eso le puedo añadir que en el momento que cambiemos de decisión tenemos que decirle al otro— lo mire fijamente.
—No voy a cambiar de opinión— me miró fijamente —pero si llega a pasar prometo decirlo—
—¿Podemos sellar este trato con un besito?— dijo acercándome a él
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