Reunir

Ya empezaban las fiestas familiares y habíamos tardado más de un mes recolectando, almacenando y analizando todas las muestras de sangre, que por fin teníamos las listas de compatibilidad.

Afortunadamente, habíamos podido encontrar el 100% de las familias y por fin veríamos reunir a muchos.

En la tierra se celebraba navidad, pero aquí se celebraba el día de la familia, pues luego de tantos años, se reunirían las familias que se habían separado anteriormente, este día por fin se publicarían las listas de compatibilidad, ese día todo quedó paralizado y lo único importante era saber de qué familia eras y donde pertenecías.

La nueva villa estaba llena de personas, muchos hacían suposiciones, según las apariencias.

La hora por fin llegó, en los medios, se anunciaba la presencia de Alan y en todo lado se publicaba la información de la lista, el discurso giro en torno al perdón, la reconciliación y la familia, también la noticia de la ruptura definitiva con las ideologías de la tierra.

Esto daba un solo mensaje, todo lo que se había propuesto por la tierra podría cambiar.

Los siguientes días fueron momentos de muchos encuentros y las familias empezaban a reunirse; sin embargo, esto también significaba la ruptura de la organización que teníamos, las parejas de la nave se terminaban y ya no era delito no querer quedarse con la misma persona.

Yo creía que esto no pasaría a mi alrededor, los primeros días fueron muy raros, Ethan y Luana seguían juntos cuidando del bebe, pasaban los meses y cada vez faltaba menos para por fin tenerlo de verdad.

Pensaba que mi relación con Alec seguiría de la misma forma y que afrontaríamos esto juntos; sin embargo, qué equivocada estaba, los primeros meses todo estaba bien, había peleas y diferencias en cuanto al proceso de búsqueda de la familia de Alec.

Él cada día estaba más inmerso en la búsqueda, muchas veces no llegaba a casa y las pocas veces que llegaba, ignoraba todo lo que estaba a su al rededor.

No entendía lo que pasaba, siempre intente ayudarlo con información, pero parecía que sus padres simplemente habían desaparecido, solo teníamos los nombres de ellos, trataba de apoyarlo en cada decisión que él tomaba, pero sentía que él no lo veía.

El día que pensé nuca llegaría empezó mejor que cualquier otro, la mañana llena de amor, su beso de buenos días y su cuerpo rozando el mío, sus caricias y su cuerpo uniéndose al mío de la forma más pasional, éramos uno en ese momento sus palabras que no pude descifrar en ese momento, pero que después entendería.

—Annie, siempre volveré a ti, solo tú sabes cuanto amor siento por ti y esto nunca acabará—

Algo raro sentí después de esas palabras, no quise ponerle mucha atención, pero muy adentro sabía que algo bueno no era.

Pero el sentirlo mío me hacía creer que nunca se iría, el mundo se sentía más liviano y a su lado los problemas eran menos, ahí después de darlo todo tratando de dejar todo lo que había pasado atrás.

Al despertar, todo estaba en silencio, sobre la mesa un papel “perdón, no puedo seguir aquí”

Lo busqué en toda la casa, en cada rincón de la casa, lo llame, lo busque, pero no estaba había desaparecido de un momento a otro, se sentía como si nunca hubiera estado.

Sin embargo, el vacío que dejó parecía que la gravedad disminuía y la distancia cada vez era mayor.

Que quería decir esto, llame a Ethan, pensé que se habían ido todos, pero no, todo seguía igual y parecía que yo era la única que no sabía qué pasaba.

Fui al laboratorio y al hospital, quería respuestas, allí estaba Chris, le pregunté, pero lo único que pudo explicarme no dejó claro nada.

—Ann, yo sé que es algo que pasó muy de repente, pero él no quería quedarse, él está bien y en cualquier momento puede volver, ten la seguridad de que él te ama— dijo y se acercó a abrazarme

Esta vez me alejé, puse una línea con él y no quería ese abrazo

Alguien que te ama no te deja solo y se va sin decirlo, alguien que dice sentir esto no se desaparece sin decir nada.

De nuevo estaba allí en un cuarto oscuro, esta vez sin ver las estrellas, destrozada.

Lo único que quería mi mente era encontrar el error, saber qué había pasado, que había hecho.

Como alguien puede llegar a tu vida darte los mejores momentos, pero al mismo tiempo romper todo a su paso y no importarle el daño que pueda generar y desaparecer como si nada importará.

Los siguientes días fueron rutinarios, lo mismo siempre, trabajaba, dormía, despertaba, trabajaba y volvía a dormir.

La casa se sentía gigante, estando sola, el silencio aterraba y ya no se sentía cómodo estar allí y no era la única que lo sentía así.

Pasaba los días afuera y buscaba cualquier excusa para no dormir en esa cama, la que había compartido con él, su presencia aún seguía ahí, lo veía en todo lado, esa casa era una parte de él.

Siempre había una razón para quedarme en casa de Ethan y de mis padres, cosa que hizo que los conociera de nuevo, era especial, pero las razones no eran las ideales y lo que quería.

Pero no podía escapar toda la vida de mi vida, paso después de huir de casa, tuve que regresar, la casa estaba oscura, el aire frío y la soledad se sintió solo al abrir la puerta.

Aun así tenía que afrontarlo, esta vez no había quién me salvará de enfrentar mi pasado, mis padres estaban en un viaje importante, Ethan y Luana estaban en el hospital, en cualquier momento llegaría el bebé.

Tarde en entrar todo parecía más grande, parecía que la casa era demasiado grande para estar sola, puse un poco de música, cocine algo de comida Italiana, cosas que me hacían sentir bien.

Luego de mucho, después que la música termino, cuando los platos estaban limpios de nuevo, era hora de dormir, el tiempo pasó demasiado rápido.

El entrar a esa habitación, en donde hace unos meses había sido el lugar más pasional y feliz, esta vez estaba en silencio absoluto.

Después de observar esa cama decidí acostarme de nuevo allí, esta vez sola; sin embargo, su almohada aún olía a él, esta era la única prueba que él alguna vez había estado allí.

Me aferré a esa almohada y era lo único con lo que lo podía recordarle.

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