La decisión fue tomada y después de traspasar la ondulante capa de agua, se encontraron debajo de un puente muy viejo, este estaba construido de piedras que ya se veían la erosión marcaba demasiado su desgaste por el tiempo, en la parte donde pisaban, fluía un pequeño arroyo, que al parecer emanaba de esa capa de agua por la cual traspasaron para llegar a ese lugar.
—Hermano porque es de noche aquí, si se supone que era de día. No creo que del otro lado del pueblo se haya oscurecido tan rápido —dijo Daren mientras miraba a los alrededores.
—Eso mismo me pregunté yo la primera vez que vine, solo que después de aquí, ya no vi más al gato, así que no me atreví a seguir andando después de este puente, tenía un poco de miedo andar solo.
—Y apenas me vienes a decir que hasta aquí llegaste hmm… —refunfuño Daren.
Evano se rasco la nuca —bueno pero vine, así que no mentí en ese aspecto jeje —hizo una risita nerviosa.
—Que jeje ni que nada, pues ya no hay otro remedio, ya nos encontramos de este lado así que hay que aprovechar nuestra oportunidad
—¡AYUDENME…. ! —Retumbaba un grito en el alrededor qué interrumpió su conversación.
—¿Escuchaste un grito? —dijo Evano buscando de dónde provenía.
—Si…—dijo susurrando.
—¡AYUDENME!...!
—Vamos a buscarlo —dijo Daren.
—¿Y si es alguien malo? —Evano se encontraba preocupado.
—Cómo crees Evano, que alguien que pide ayuda, sea una persona mala, si se encuentra en una peor posición.
—No lo sé, solo sopu…
—Shhh —lo interrumpió Daren colocando su dedo en forma de que mantuviera silencio —.Vamos a buscarlo sin que se de cuenta, y ya cuando veamos juzgamos ok.
—Ok.
—Escucho a alguien, por favor ¡Ayúdenme!. Sé que hay alguien —gritó la voz.
—Vamos hermano no hay que dejar que esa persona sufra que tal si es de vida o muerte y nosotros perdiendo tiempo valioso.
—En eso tienes razón.
Daren y Evano comenzaron a andar hasta llegar a la parte alta del puente, y en esa parte se encontraba una pequeña casa muy antigua a unos cuantos metros.
—Pues no se ve nadie, solo la casa.
—¿Dónde te encuentras, que no te vemos? —grito Evano buscando en los alrededores, ya que no se veía ninguna persona.
—Shhhhh… —le tapó inmediatamente la boca a Evano —te dije que primero verificariamos a la persona, antes hmm.
—Pero no se ve, lo más fácil es preguntarle.
En ese momento respondieron a lo lejos —Estoy detrás de la casa, ¡vengan!!.
Inmediatamente los gemelos rodearon la casa y se dirigieron a la parte trasera, ahí encontraron un pequeño monte de arena, qué se veía algo rojiza y encima del monte se encontraba una colosal roca de casi dos metros.
—Por aquí abajo sobre la arena —dijo un personaje que tenía la piel pálida y un poco verdosa, se encontraba su rostro asomándose de la arena, lo demás se encontraba cubierto y aplastado por la roca.
—¡¿Pero qué demonios haces ahí?! —dijo Evano sorprendido, al ver cómo se encontraba enterrado el personaje.
—Por favor ayúdenme, llevo días aplastado y por más que intentó no puedo mover la roca, mis poderes no funcionan.
—¿Cómo que tus poderes? más bien es tu fuerza ¿no?
—Hermano, no es hora de platicar, ¡vamos a ayudarlo! —lo interrumpió y apuro Daren al ver que se encontraba en un estado crítico el personaje —. Vamos a intentar mover la roca entre los dos, yo me colocó de este lado izquierdo y tú por el derecho —le señaló.
Cada uno se colocó en su parte…
—A la cuenta de tres empujamos lo más fuerte posible. Uno, dos….y…tresssss —comenzaron a empujar con todas sus fuerzas pero por más que lo intentaron, la roca era demasiado pesada para ellos.
—Tenemos que hacer otra cosa ya que es muy difícil para nosotros —Evano comenzó a pensar otra solución más factible para la situación y en eso...
—¡Ya se!, Y si hacemos un sistema de poleas —Daren recordó algo muy importante que una vez vio
—¿Cómo un sistema de poleas?
—Cuando estaban construyendo hace un tiempo la escultura que da a la sala de invitados, llevaban gigantescas rocas qué no podían ser cargadas, así que con maderas y ciertos empujes pudieron colocarlas en su lugar, solo necesitamos maderas, y esa las vi del otro lado de la casa.
—Por lo menos en eso pones atención hermano, en lo demás siempre estás distraído —le hizo una sonrisa burlona.
—JA… ja, graciosito —lo miró con los ojos cerrados.
Mientras tanto el personaje, los veía con una sonrisa nerviosa ya que uno de los pies de Evano estaban a punto de rozar su cara y en cualquier momento crearán una disputa su rostro podría salir herido.
—Oigan… —decía el personaje amablemente.
—Siempre haces lo mismo… —le reclamaba Daren a Evano.
—Oigan.
—Como que te hago lo mismo, solo te hacía notar que…
—Oigan, disculpen…
—Es que tu me…
—¡Me oyen, disculpen! —insistió ya que se movió un poco más su pie a su cara.
—Pero tu d…
—¡OIGANNNN!!...
—Mira que l…
¡ZAZZ! Fue pateado y ya todo golpeado en eso grito más fuerte—¡USTEDES, LES ESTOY HABLANDO!!!
—¡¡QUÉ QUIERES!!! —respondieron los dos en dúo mientras lo miraban.
—Se supone que me vinieron a ayudar, y , en este momento en el que discutían, acabaron por dañarme, si mejor van a estar así, mejor prefiero quedarme días aquí enterrado, a estar escuchando sus trifulcas y que me pateen el rostro, así que les agradecería que mejor se retiren y me dejen aquí solo, Gracias.
Daren y Evano se apenaron.
—Disculpame no fue mi intención el haberle pateado el rostro, estaba tan adentrado con la riña que no me fijé —presiono sus labios Evano.
—A mi también discúlpame, creo que me excedí por seguir prendiendo la mecha de la riña —Continuó Daren con la disculpa mientras le hacía una reverencia —déjenos continuar con la ayuda, se como poder quitarle eso que tiene encima. Por favor.
—Hmm —hizo un gesto de que lo pensaba —¡Está bien ya que!. Pero por favor no me vuelvan a patear.
—Gracias —se alegro de que fuera disculpado —en un momento regresamos vamos por maderas.
—Está bien.
Inmediatamente se dieron la vuelta y fueron a juntar los mejores maderas que pudieron para que les sirvieran a realizar su sistema de poleas y de empuje, comenzaron a llevarlas y colocarlas como iba indicando Daren.
—Espero que funcione tu idea Daren, sino esta persona va a quedar aplastada y de por sí ya está muy verde —le susurro mientras descargaba unas cuantas maderas. Pero al parecer susurro demasiado fuerte.
—¡Oye ese es mi color natural! —interrumpió su plática el personaje que se encontraba aún enterrado debajo de la arena y de la roca.
—Disculpa a mi hermano —dijo Daren un poco apenado —Creo que es una persona que no tiene pena de lo que dice.
—Si ya veo —dijo el personaje mientras veía como se subía en el artilugio que construyeron.
—A la cuenta de tres voy a brincar yo en esta tabla y tú vas a empujar lo más fuerte que puedas.¿Entendiste?
—Obvio que sí, ya me lo repetiste más de treinta veces, desde que estábamos recogiendo las maderas.
—Recuerda que su vida de él está en peligro.
—Lo se Daren, mejor hay que apurarnos, no hay que perder tiempo.
—Tienes razón. Bueno, prepárate,¿listo? —le señalo
—Sí, listo —Evano se colocó en posición para empujar.
—Uno…dos…y…¡TRESSSS! —entre los dos hicieron su mejor esfuerzo.
—Dale.
—Lo estoy empujando con toda mi fuerza —Berreaba Evano por la presión que ejercía.
—¡Pues te falta más fuerza!
—Enserio que le estoy dando.
—¡Pues no se te nota!
—¡Ah!!! ¿entonces intentalo tu?
—<
—Te voy a demostrar que sí puedo.
Detuvieron lo que hacían e intercambiaron de lugar.
—<
—¡Pues dale cómo dices! —Dijo Evano muy prepotente.
—Está bien, a la cuenta de tres brincas.
—Ok dale.
—Uno, dos… y Tresss
Y del primer intento lograron hacer rodar la roca, y ésta se movió por varios metros.
—Lo logramos, lo logramos…—festejaban su victoria mientras brincaban y bailaban.
—Ya ves te digo que no empujas bien.
—Y siempre te la pasas tu quejandote de que no puedes mover nada.
Y ya cuando estaban a punto de la siguiente riña…
—Disculpen hermanos, perdón por interrumpir su momento de gloria, pero aún me encuentro enterrado bajo la arena, y uno de ustedes me sigue pisando.
Evano y Daren dejaron de brincar y Evano se bajó del monte de arena muy apenado.
—Lo siento. En un momento lo sacamos.
Comenzaron a raspar la arena con las maderas que le servían de palas, hasta que por fin lograron liberar por completo al personaje, entre los dos lo levantaron para auxiliarlo.
—¿Cómo te encuentras? —dijo Daren mientras le sacudía la arena que lo mantenía empolvado.
—Creo, que ya mejor —dijo el personaje que se encontraba un poco atolondrado después de haberle quitado tanto peso de encima.
—Puedo preguntarte ¿Cómo es que llegaste a acabar enterrado por esa arena y esa gran piedra? —tenía la duda Evano.
—Sí, no hay problema, de hecho vine a la tienda a comprar un caldero, pero vi que se encontraba cerrada. Yo estaba muy cansado de tanto caminar, así que decidí buscar un lugar donde sentarme un rato, y mientras permanecía descansando, en el aire hubo una pelea y de repente comenzó a soltarse un gran fuerte viento que generaron, haciendo que se cayera de la parte superior de la casa esa arena y después en ese mismo momento, del cielo me cayó esa gran roca qué al parecer tiene algo qué me limito mis poderes y es por eso que no pude salir de ella tan fácilmente.
Evano no entendía lo que decía completamente el personaje, y después volteo a ver a Daren para ver si él comprendía lo que decía, pero Daren negó con los hombros y la cabeza.
—Tampoco entiendo porque duraste tantos días así —interrumpió Daren con esa duda que también tenía.
—De hecho yo no puedo morir tan fácilmente, podía quedar aquí sepultado por varios días y me mantendría vivo, pero gracias a ustedes pude liberarme, si no sé cuánto tiempo estaría ahí esperando a que alguien me rescatara o hasta que llegara la dueña o sus ayudantes.
Mientras el personaje hablaba, su color de piel comenzó a tornarse oscura.
—Oye tu piel se está oscureciendo, seguro que te sientes bien —preguntó Daren muy preocupado.
—Estoy bien no se preocupen tal vez sea un efecto secundario por haber estado aplastado.
—¿Seguro?, tal vez fue porque te faltó aire y tu cuerpo por eso comenzó a ponerse negro. Pero eso no es nada bueno.
—Seguro que en unos días se me pasará. Así que no hay porqué preocuparse.
—¿Estás seguro?...
—Si, muy seguro… Por cierto, no he preguntado los nombres de quienes me salvaron.
—Él es Evano, mi hermano mayor—lo señaló —y yo soy Daren el hermano menor.
—¡Oh! qué interesante son sus nombres, yo no me he presentado aún, mi nombre es Bayne. Vengo del mundo Yarpi, estoy buscando encontrar a mi alma gemela y mientras la encuentro soy un viajero.
No comprendían realmente los gemelos a qué se refería Bayne, o tal vez creían que eran palabras que decían las personas del pueblo, así que no entendían al cien por ciento su vocabulario. Ya que ellos fueron criados dentro del Castillo.
—¿Entonces tú vienes de otro pueblo?, no he escuchado ese pueblo Yarpi del qué hablas.
—¿Pueblo? tal vez le digan así los de tu gente, de hecho queda demasiado lejos de aquí, tal vez por eso no escuchaste de los Yarpi.
—Sí, yo creo que por eso —dijo Evano —. Nosotros venimos a explorar el pueblo, pero al parecer no hay mucha gente a los alrededores, se supone que era de día pero al encontrarnos aquí vemos que es de noche, tal vez tendremos que venir otro día aquí donde sea de día para poder verlo con más calma, no podemos disfrutarlo con esta oscuridad, a pesar qué se siente agradable aquí.
—Sí se siente agradable, he venido ya varias veces, pero la gente qué buscan se encuentra dormida, lo más seguro. Así que tienen razón de tener que venir de día, ¿Entonces quiere decir que ustedes no son de aquí tampoco?
—Sí somos de aq…
—No…no somos de aquí —interrumpió Daren, mirando a Evano amenazandolo con la mirada, para que no dijera nada de ser los príncipes del Reino.
—¿sí o no son? —Bayne, no entendía a que se referían.
—De hecho cruzamos la pequeña cascada que se encuentra debajo del arroyo pensamos que llegaríamos al pueblo, pero al parecer nos dirigió hasta aquí.
—Así qué usaron el portal.
—¿Portal? —dijeron en coro.
—Lo que traspasaron los trajo hasta aquí y a eso se le llama portal así que ustedes provienen de otro lado al igual que yo. Es por eso que llegaron en otra hora, tal vez sí de dónde viene salgan de noche es posible que lleguen aquí de día y puedan ver por completo el lugar.
—Gracias por el dato Bayne —le agradeció Evano, aunque le extrañaba ese cambio repentino por cruzar un lugar, pensaba que debería preguntarles a las doncellas cuando llegará de eso que sucedía.
—Ya va ser hora del amanecer y tal vez sea demasiado tarde para ustedes de dónde vienen.
—¡Ah!!! cierto, la fiesta —Daren recordó qué tenían que estar a las 3:00 y era posible que fuera demasiado tarde.
—Cierto… nos van a regañar si tardamos o pueden entrar a buscarnos.
—Bayne es hora de irnos, tenemos un evento importante al que debemos asistir, ¿quieres venir con nosotros habrá ricos platillos?.
—Lo siento, pero debo esperar a qué abran la tienda, ya que necesito ese caldero, y si no regresó con él me van a reprender ya que lo había prometido.
—Está bien Bayne, aún así cuando acabemos nuestro evento va a ser de noche y trataremos de regresar aquí esperando que no te hayas ido.
—Espero que así sea, si no fue un placer conocerles. Estoy en deuda con ustedes.
—Bueno nos retiramos amigo y muchas gracias.
—Gracias a ustedes y cuando me necesiten llamen por mi nombre.
—Adiós —sacudió su mano Daren mientras bajaba por el puente.
Y antes de traspasar el portal.
—No conocimos mucho el lugar Evano, pero se siente agradable.
—No te preocupes Daren, qué regresaremos cuando haya terminado la fiesta y vendremos aquí sigilosamente, recuerda que le prometimos a Bayne.
—Cierto, ojalá terminé pronto esa fiesta, creo que estoy más deseoso de regresar aquí que estar allá.
Cuándo traspasaron el portal, se encontraron en el lugar dónde entraba la luz amablemente y al llegar hasta la parte de la bodega, está se cerró tapando la existencia del portal, Daren y Evano comenzaron a colocar los costales que al parecer, esta vez lo sintieron más fáciles de cargar que al principio. Cuándo salieron de la bodega…
—Al parecer llegamos a tiempo —dijo Evano, mientras se percataba que aún entraba la luz de la tarde.
—No sé qué tanto hayamos estado del otro lado del pueblo, pero valió la pena haberte escuchado hermano.
Evano le sonrió cálidamente.
Mientras conversaban a las afueras interrumpió un ruido de alguien que tocaba la puerta.
PZAZZ, PZAZZZ..
—Al parecer ya vinieron por nosotros —dijo Daren.
—¡Adelante!...Entren…
Entró el capitán con cinco guardias, hizo una reverencia a ellos y dijo:
—Principe Daren —lo miro a él y después miro a —Principe Evano, nosotros los escoltaremos con su padre el Rey y su madre la Reina —. Después alzó fuertemente la voz —Adelante doncellas pueden pasar.
Cuándo entraron las doncellas estás tenían los ojos llorosos y una estaba a punto de colapsar en llanto pero se mantenía. Evano se percató de su comportamiento.
—¿Y Nana dónde está?, se supone que ella vendría a recogernos.
—De eso quieren hablar su padre el Rey y su madre la Reina.
—De qué quieren hablar, ¿dónde está Nana?...
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