EL ADIÓS...

—¡MATENLAAAA!!!

Se escuchaban los abucheos fuertemente fuera del Castillo, mientras Daren y Evano se dirigían al salón principal.

—¡DEBEN MATARLA, ES UN PELIGRO PARA EL PUEBLO!!!...

—¡SI MATENLAAAA!…

—¿Qué es ese ruido hermano que se escucha afuera? —preguntó Daren a Evano.

—No lo sé Daren —.dijo Evano preocupado. Después se dirigió al capitán — Capitán, ¿me puede informar que es lo que sucede fuera del Castillo? ¿Porque ese ruido tan intenso?

—Lo siento príncipe Daren, no me es permitido darle ninguna información, solo su padre el Rey le podrá informar.

Eso le preocupo aún más —Pero como eso es posible, soy el Príncipe, y en cualquier momento lo puedo destituir de su cargo — Evano se puso serio y en una posición amenazante —Es su última oportunidad capitán así que deme el informe de que está sucediendo.

El capitán se antepuso y sin dudar le dijo:

—Por órdenes del Rey, tengo el poder de apresarlo y llevarlo frente al Rey, para que escuche lo que tenga que escuchar, yo solo me remito a llevarlo sin ningún pretexto. Así que caminé Príncipe Daren y Evano hasta la sala  principal, mientras se los pido amablemente.

Evano se quedó con la ira contenida de no poder hacer más para saber por qué se comportan así con ellos. Mientras continuaban andando, una de las doncellas que trataba de ponerse lo más seria posible, trataba de ocultar lo que sucedía, lo reflejaba con su comportamiento mientras se apretaba con sus dientes los labios inferiores carnosos, los apretó tanto que comenzó a sangrarlos, Daren se percató de eso mientras la veía de reojo.

    Sacó un pañuelo con su nombre bordado con hilos de oro. 

—¿Estás bien? —.Le pregunto mientras se lo ofrecía, pero la doncella evito mirar los ojos que tanto amaba y la llenaban de felicidad cada que los veía, pero está vez los nego, por el miedo a soltarse en llanto por la idea que pasaba en su mente.

—Gracias, estoy bien —le dijo mientras tenía su cabeza girada en sentido contrario de Daren —.No se preocupe por mi príncipe Daren —.La doncella se limpio con la manga de su uniforme, pero sin darse cuenta se manchó de sangre la barbilla.

Daren extendió la mano hacia la barbilla de la doncella y usó su pañuelo, limpiando  delicadamente toda la zona manchada procurando no lastimarla. Miro a los ojos a la joven que temblaba cuando lo vio.

—Por favor no te lastimes de esa manera, tienes unos labios muy hermosos y no merecen ser tratados así —dijo Daren manteniendo su mirada directa a la joven doncella .Ella no pudo más contenerse, por su mente pasaba el sentir estar mintiéndole, deseaba decirle todo pero el miedo por el cual fue contenida se le interponía, todas estas emociones fueron reflejadas por su cuerpo presentándolo en lágrimas que brotaron consistentemente cubriendo sus mejillas rosadas que en un momento cambiaron a rojas.

mientras la observaba, la pena se antepuso —No me mire así joven Príncipe, por favor —se soltó fuertemente a llorar cubriendo sus grandes ojos color ámbar.

Daren retiró y sostuvo sus manos cálidamente, y para consolar sus sentimientos que no podía decir la abrazo. No entendía el porqué de su sufrimiento, pero entendió que sufría demasiado, era lo único que podía hacer en ese momento.

—Tranquila todo estará bien —le dijo Daren.

—Lo siento príncipe Daren, lo siento —le dijo la joven doncella mientras ella cubría sus ojos  con lágrimas sobre el hombro  —. Hicimos lo que pudim… —.En ese momento la doncella comenzó a convulsionarse, mientras hacía un gesto como si fuese a vomitar.

—¿Estás bien? —la miraba preocupado.

—Si, déjenme aquí, ustedes continúen —se tapó la boca parecía.

—No, no estás bien, ¡algo te pasa! 

En ese momento comenzó a arrojar sangre de su boca.

Daren se sorprendió —Hermano ayúdame —. Trataba de socorrerla cómo pudiera, aunque él no sabía como reaccionar bien ante la situación ya que nunca había visto un caso así

Y cuando Evano iba a socorrer a la doncella que comenzaba a caer de los brazos de Daren, un soldado se acercó inmediatamente y se la quitó aventando a la doncella con gran fuerza al suelo.

Las otras doncellas querían ayudar a su amiga pero el capitán las detuvo:

—¡Ustedes están aquí para ayudar a los príncipes, no para crear un estorbo más!.

—Hay que ayudar a mi amiga capitán —dijo una doncella tratando de reunir valor. Corrió inmediatamente para ayudarla.

Pero el capitán no tuvo la más mínima humanidad.

—¡Guardias!

—Sí, capitán —dijeron rápidamente.

—Tu acompáñame —señaló a uno de los guardias y después volteo a ver a los otros restantes —.Ustedes llévense a las doncellas al calabozo y encierrenlas. 

—¡Sí capitán!!!—

Inmediatamente fueron tras ellas y las apresaron sin permitirles moverse. 

—Por favor déjenos ayudarle, se puede ahogar con su saliva.

—Capitán socorra por favor a la doncella que se convulsiona —Dijo Daren pidiendo ayuda al capitán.

—Nosotros iremos con nuestros padres, sin ninguna queja, pero ayudela —le pidió Evano.

—Príncipes vámonos, que hemos demorado —hablo como si no pasará nada.

Daren se estaba enojando porque la doncella podía morir y se estaba ahogando con su propia sangre.

—¡Por favor ayudenla!, que no ve que puede morir en ese estado en el que se encuentra.

El capitán lo miró y lo retó —¡Vámonos dije! —le respondió despotamente.

—¡A mi no me va a detener! —Daren intentó pasar sobre él, pero no era tan fuerte como creía, y, el capitán con una simple mano lo tomó del brazo evitando que pudiera pasar.

Evano aprovechó el momento que no le ponían atención e igualmente trató de ir a ayudarla pero fue interceptado por un soldado que se percató de su acción en ese instante, y este lo detuvo con un fuerte puñetazo sobre el estómago, haciendo que cayera al suelo del dolor que le paralizó las vísceras, haciendo que escupiera sangre.

 El capitán los miro a lo lejos y se anteponiendose a ellos dijo:

—¡Dije vámonos!!! — fue por ello y los llevó a rastras, mientras las dos doncellas eran llevadas presas. Daren y Evano veían a la joven doncella convulsionarse y mientras ellos se alejaban, ella quedaba tumbada en el suelo, sin nadie que la ayudara, solo ella.

   Bajo ese cielo con nubes grises que corrían rápidamente hacia ella para socorrerla, esas nubes dejaron caer pequeñas gotas que la acariciaban, tratando de retirarle la saliva cubierta de sangre qué la cubría. La doncella solo la miraba como caían las pequeñas gotas, mientras su cuerpo comenzaba a desvanecerse por la falta de aire…

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