BUSCANDO RESPUESTAS...

—Debo mantenerme cuerdo… Debo mantenerme cuerdo , no puedo quedarme así —se repetía constantemente una y otra vez Daren en su habitación.

 La habitación se le hacía cada vez más enorme, las paredes parecían moverse por todos lados, como si fuera un lugar sin terminar pero a la vez comenzaba a comprimirse.

     Los recuerdos pasaban una y otra vez por su mente, ya que no pudo hacer nada por su hermano Evano, el miedo le aceleraba su corazón que en cualquier momento podía caer en un paro cardíaco, comenzaba a temblar, mientras su cuerpo se colapsaba, su temperatura bajaba, cada instante que pasaba, el sudor frío brotaba por todo su cuerpo, mientras esto le sucedía fue interrumpido por una doncella cuándo tocó la puerta.

—Principe Evano, puedo pasar.

—Gja, Gja… —Jadeaba.

—¡¿Principe Evano?!

No le respondía.

—Príncipe, ¿se encuentra bien? —le decía detrás de la puerta, ya que al no responderle la preocupo — ¡Príncipe voy a pasar si no responde! —le advirtió.

—Gja… gjaaa… 

En ese momento no dejó pasar más tiempo la doncella y abrió la puerta —¿Principe se encuentra bien? —dijo al abrir mientras lo buscaba con la mirada sobre la cama, Daren no sé encontraba allí, así que la doncella comenzó a buscarlo por toda la habitación.

Daren se encontraba escondido dentro del ropero, mientras se tapaba la boca, para que no lo escucharán, sus ojos se agitaban del temor de ser descubierto.

—¿Príncipe? —decía la doncella mientras se asomaba debajo de la cama —¡Por favor joven príncipe, no juegue conmigo! —al no encontrarlo la doncella se desesperó y comenzó a taparse la cara mientras las lágrimas comenzaban a brotar por sus mejillas —por favor príncipe no juegue conmigo, me van a castigar si no lo encuentro —la doncella al decir esas palabras temblorosas llenas de miedo hizo que Daren se percatara de una pequeña pista.

   En ese momento el cuerpo de Daren no pudo más, y comenzó a perder la respiración, se ahogaba mientras perdía la conciencia. El ruido que creó, alertó a la doncella, quitó sus manos del rostro y puso más atención para escuchar de dónde provenían los ruidos.

—¿Príncipe dónde está? —

—Gjaaa… Gjaaa… eran más fuertes cada vez.

Los ruidos le daban las pistas hasta que llegó al ropero donde se escuchaba más, desesperadamente y de golpe abrió las puertas, al hacerlo, encontró el cuerpo de Daren casi morado. Ella inmediatamente lo sacó de ahí como pudo y comenzó arrastrarlo hasta la cama, busco por todo su ropaje y sacó el abanico que portaba el cual usaba cada día que hacía calor, este lo utilizo para lanzarle aire y con la otra mano agitaba el cuerpo que casi estaba apunto de perder la conciencia, ese momento hizo que gritara desesperadamente para que la ayudarán.

—¡Alguien que me ayude…! ¡Por favor!!! El príncipe está muy mal AYUDAAA!!!...

Inmediatamente las doncellas que se encontraban cerca de la zona fueron a socorrerla, otra fue inmediatamente por el doctor del palacio.

    Mientras tanto Daren veía como se movía las personas a su alrededor, en ese momento prefirió dejarse ir, no tenía caso encontrarse en ese lugar vivo, sí ese mundo ya no era suyo no y se sentía parte de él.

—<> —se decía a sí mismo mientras agonizaba.

En ese instante llegó el doctor, trato de darle un calmante para estabilizar su cuerpo.

—¡No hagan eso!!!, Déjenme —comenzó a gritar con desesperación con las fuerzas que saco de su interior.

—Príncipe por favor cálmense —le insistían .

—No quiero, NO QUIERO!!!… —parecía un niño berrinchudo al comportarse así

—Hay que sujetarlo fuerte para darle el calmante —les pidió ayuda el doctor, las doncellas inmediatamente atendieron su llamado, comenzaron a sujetarlo lo más fuertemente que podían, a pesar de que Daren soltaba patadas al aire, mientras trataba de liberarse de los brazos, ellas utilizaban la fuerza que podían. La energía de Daren dió término ya que no había comido y dormido durante días después de que descubrió que no se encontraba el portal eh hizo que perdiera la fe y la esperanza,  esto hizo que terminara por desvanecerse.

—Ja —rió con su último aliento — <> —pensó finalmente.

—¡Príncipe!!! —gritaron las doncellas, mientras lloraban —¡Príncipe! —berreaban de tristeza.

—Tranquilícense… se encuentra bien, solo perdió la conciencia, es el momento para darle el calmante —les dijo el doctor tranquilamente —.traigan un balde de agua para bajarle la temperatura.

—¿Doctor, va a estar bien el joven príncipe? —dijo la joven doncella preocupada.

—Va a está bien no te preocupes, es solamente que se encuentra algo tenso y preocupado. Dejaré indicaciones para mejorar su estado anímico para que no vuelva a caer en un colapso nervioso.

—Sí doctor.

El doctor dejó por escrito lo que se debía hacer mientras él no estuviera, la Señorita Butrick recibió las indicaciones escritas cuando llegó lo más pronto posible, ella no se encontraba en en el palacio, se había ido el día anterior a otro palacio para dejar un mensaje real, que solo ella podía entregar ya que era una persona de gran confianza para el Rey. 

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Cuando Daren abrió los ojos, él aún se encontraba débil por todo lo pasado el día anterior << Esto no puede ser, ¿Porque sigo aquí >> —fue lo primero que pensó.

—Por fin despertó príncipe Da… Evano —dijo la Señorita Butrick.

Esa pronunciación alertó a Daren en ese momento, que hizo que regresará a su alerta.

—¿Usted, iba a decir Daren verdad? —insistió, mientras la veía con una mirada intensa que la amenazaba para que le dijera la verdad.

— Por supuesto que no,  solamente se interpuso una semilla del desayuno que había quedado de resto en mi paladar príncipe Evano e hizo que pronunciará mal su nombre.

—¡No mienta señorita Butrick! —la retaba con la mirada.

— Por supuesto que no lo hago joven príncipe, recuerde que yo soy una persona de gran confianza para el Rey, porque he de mentirle a usted, si es su sucesor. 

Y antes de qué Daren siguiera insistiendo, cambió de tema inmediatamente.

—Por cierto príncipe, he recibido las indicaciones del doctor para que sea atendido, debido a que no se ha encontrado con un buen estado de salud últimamente. El Rey fue informado de lo sucedido y dijo que se tomará un descanso hasta ver una mejoría ya que le preocupa que vuelva a pasar lo anterior. Así que el día de hoy vamos a comenzar con su tratamiento.

Daren solo observo, decidió ya no insistir sobre el tema, ya que le negaría la respuesta de nuevo.

—Doncellas, traigan el desayuno del joven príncipe —dio la orden a las doncellas que se encontraban esperando en el pasillo a que fueran llamadas.

Inmediatamente entraron dos doncellas, una se encontraba arrastrando el carrito en el cual se encontraba el desayuno y la otra llevaba una mesa que después acomodo entre las piernas del príncipe. Mientras le servían el desayuno, la Señorita Butrick comenzó hablarle.

—El doctor recomendó que tomara aire fresco, ya que al encontrarse aquí encerrado le estaba causando sus trastornos de falta de aire. Así que una de las doncellas lo acompañara a los jardines toda la mañana para que descanse y se relaje.

En la mente de Daren pasaba la idea de que tal vez la comida se encontraba envenenada, pero ya qué más le daba sí está estaba así, tal vez ya en ese momento podría cumplir su sueño de irse con Evano, así que sin rechistar probó el alimento, a pesar de que no tenía nada de hambre en ese instante. La señorita Butrick observó que se alimentaba y le hizo una observación;

—Que bueno que está probando sus alimentos, eso quiere decir que ya es una mejoría para usted. Con el aire que vaya a tomar en los jardines, le va ayudar demasiado a recargar esos pulmones de aire limpio, estoy segura. Ya pronto podrá regresar a su normalidad.

Daren mientras comía, a pesar de las náuseas que le causaba la situación, solo la miro y con una sonrisa falsa la tranquilizó.

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