Al llegar al refugio no paraba de contar en las repercusiones que estaría sometida, un nuevo linaje de ricos controlaba el área, y bruja que vieran… Bruja que acababa muerta.
Ryan me llevó al enorme comedor de la casa ubicada en medio de la nada, una fortaleza en concreto adornada de arbustos y follaje, protegía toda la casa, lámparas de luces blancas relucían el pasillo y los cuadros de distintos diplomados se esparcían en las paredes con curiosidad por los diferentes nombres que contenían cada uno de ellos, Ryan, Franco y Larissa.
Retire mis lentes para ver con más amplitud la decoración descuidada del lugar —Me había olvidado de como era tu hogar… ¿Dónde está tu mamá Ryan?
—La asesinaron, fue sentenciada por libertinaje y hechicería —Contesta al tanto en que clavaba su mirada por la ventana.
—¡Tu madre no era ninguna bruja! ¿Libertinaje?
Exclame furiosa con los dedos hundidos en mis sienes y mi cabello que soltaba un poco de polvo, aquella dulce mujer solo fue un producto en el marketing asqueroso de un demonio
—Uno de esos detestable cerdos se encapricho con ella, mi mamá ya no sabía como soportarlo, a pesar de rechazar cada insinuación, nunca era suficiente.
—¿Tu lo sabías?
—A penas me enteré… Lo visite con una escopeta en su puerta.
Guarde silencio al oírlo, puesto que el odio que rodeaba su voz remordía sin misericordia mi corazón.
Me levante para abrazarlo más la sensación de una mirada despectiva sube por todo mi cuerpo hasta permanecer en mis pupilas, los ojos claros de una joven con rizos rubios me apuñalaban desde la corta distancia.
—¡Bruja! El señor Higgins estaba en lo correcto ¡Toda nuestra ciudad está infectada de ellas!
—¡Larissa! —Contrapone Ryan, protegiendo mi cuerpo detrás del suyo —No es lo que parece.
—¡Otra maldita bruja! ¡¿Cuántos niños creen que pueden matar para solventar sus años sirviendo al demonio?!
—¡Por el amor de Dios! ¡Cálmate Larissa!
—¡Aléjate de ella Ryan! ¡Sus ojos son del infierno! La repulsión le precede ¡Voy a matarla!
El hielo seco de sus palabras retumbaba como un fuerte eco en mis oídos que ya hace un tiempo lo cubría los gritos de las numerosas personas despectivas y arrogantes que sólo se limitaban a cuestionar a la prensa y sobre la belleza de cada una de nosotras como periodistas, esa palabra... De nuevo esa asquerosa palabra que recomía mis miedos, mi mano izquierda completamente fría subía hasta la altura de mis ojos, los cerré con fuerza.
—Te sentirías bien al matarme ¿Cuándo das por sentado la apariencia que me reviste por la amargura de la calumnia? —Dispuse con el corazón salido y la voz más serena que pudiera tomar para apaciguar el arma contenida en las manos de la chica.
—¡Blasfemia! ¡Los ojos del demonio no pueden ocultar sus pecados! —Repone ella señalando a mi cara sin ningún respeto, posicionando su mirada en mis iris cobrizos —Le contaré todo al señor Higgins, por culpa de estas mujeres… Mataron a nuestra mamá… ¿Con qué cara la traes a la casa y le das abrigo bastardo?
Pregunta Larissa en un rostro deformado por el odio y soltando a escupitajos su rabia, Ryan la mira con fiereza deteniendo su cuerpo adelante del mío —No es ninguna bruja Larissa, jamás te pondría en peligro…
El silencio se antepone por la fragilidad que precede su inquietante contacto visual, otros pasos se aproximan… son algo pesados y seguros —¿Qué haces Larissa?
Cuestiona uno de ellos al ver el revolver en la muñeca de la ofuscada chica —Trajo una bruja.
La mirada curiosamente fingida del otro extraño sondea todo el salón —¿Hablas de la reportera?
—¡¿Reportera?! —Contrapone Larissa al quitar finalmente sus ojos de mi, para ver al tranquilo hombre.
—Si reportera, es muy conocida en toda Arian por Global A. y la cadena televisiva Arials TV.
—Pero… ¡¿No ves el color de sus ojos?! —Contrapone la chica sin dejar de apuntar a mi dirección de la cual Ryan me mantiene detrás suyo.
—Es sólo una enfermedad Larissa —Dictamina el hombre mientras saca su teléfono móvil y busca en su navegador —¿Ves dramática? No nació con ese color, antes eran oscuros.
Larissa suelta un suspiro cansado y tira el arma al suelo, cierra sus ojos buscando un pequeño descanso, de todas formas, no puedo culparla, este lugar debe tenerla agobiada. Es de naturaleza obvia que los ojos de las brujas son rojos al nacer o volver a la tierra, están destinadas a un poder concebido por el pacto de sus antecesoras, aunque la única capaz de escapar de esta regla es Liria, se hizo de bondad y pese a sus indicios de colaborar con los demonios, sus conjuros son capaces de protegerla.
Para este momento cuatro personas nos veíamos las caras, en cuanto Ryan preparaba algo de picar en la cocina, Larissa golpeaba sus transparentes uña contra la madera y uno de los hombre con cabello de color castaño y mechones rubios continúa mirándome
—Te ves más bonita en persona… —Menciona con desgano al bajar su teléfono y mostrarme algunos de mis famosos reportajes.
—Es muy grande para ti —Responde el otro hombre de apariencia delgada, cabello oscuro y pecas sobresalientes mientras pasa una página del libro que sostiene al rato de acomodarse sus gafas —Además… Larissa ¿No crees que le debes una disculpa a la invitada?
—¡¿Disculpa?! —Responde al verlo incrédula —Cualquiera hubiera dudado en mi situación.
—Si, pero no cualquiera la hubiera encañonado y le hubiera dicho bastardo a su propio hermano.
De repente Larissa se levanta molesta de su asiento, no lo ha dicho aún, pero si continúan así otra pelea a mano armada recaerá en la vivienda —¡¿Todos ustedes son hermanos?! —Exclame con ansias de tranquilizar el ambiente.
—Larissa, Ryan y Franco son hermanos —Repone el chico que aún observa los videos —Yo soy Santiago su vecino y estoy soltero por si te interesa.
Me limitó a sonreír cuando su voz graciosa hace el intento de volverse insinuosa, Ryan llega y suelta los distintos platos de fruta a la mesa. Todos comen, pero apenas puedo sujetar el tenedor, había perdido a mi querida Amarara como si nada.
—Era una bruja —Susurra Ryan a mi lado —Estaba en proceso de conversión, sus ojos cambiaban de estado natural a cobrizo a estas semanas…
—¿Proceso de conversión?
—Clío, las brujas de Arian planearon hace dos años la caída de la ciudad, tu estabas… En ese tiempo viajando con Carl y Rose. Pero encerraron el mayor número de vírgenes posibles y las obligaron a desnudarse frente al árbol negro del gran bosque, entre ellas… raptaron a Amara…
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