CONTRACARA

¿Cómo volver? ¡¿Cómo carajos llegué hasta aquí para empezar?! Solo quería ver a Nour… ¡No dar un tour en su castillo!

Esto era simplemente aterrador, cuando el enfado sube en la mente de Nour, es capaz de acabar a toda una ciudad completa, ¡Pensé que me había sanado del todo! ¿Cómo puede ver las heridas cuando ni yo puedo percibirlas?

Dejé mis pensamientos a un lado y corrí directo al balcón más cercano del castillo, espero no equivocarme… pero si algo he notado como factores recurrentes de los sueños, es que cuando estamos a punto de morir en ellos despertamos.

—Más vale que sea igual a un sueño… —Menciono con la piel de gallina, mientras veo en la última planta baja arbustos de rosas, tan rojas como espinosas —Juro que si muero, ¡Te perseguiré como un lastre en todo el infierno Nour!

Respiro hondo y suelto de mis manos los agarres dorados, cayendo de fondo a la vegetación que extrañamente germinaba en un lugar imposible para ellas habitar.

Y como espuma, próxima de rociar mi piel con las púas, despierto de un salto a las sábanas grises de la penitenciaria, golpeando accidentalmente la cabeza de un hombre a mí lado —¿Noam?

El desvío la mirada avergonzado, en sus manos tenía gasas y alcohol con la cual había limpiado mi sangre, ¿Por qué haría eso?

—Despertaste —Murmura a la vez en que guardaba los utensilios con nerviosismo.

¿Se sentía culpable? No importa, su primera impresión siempre será la misma, me quite con rabia las vendas mostrando de una vez por todas que mis heridas están lejos de permanecer a la vista.

Me levante al instante dirigiendo mis pasos hasta la puerta abierta del pequeño cuarto, en cuanto notó esto, Noam se apresuró a cerrarla —Déjame ir, si no lo haces una tragedia va a pasar aquí.

—¿De qué hablas? —Pregunta a la par en que sus ojos volteaban a la puerta —Los guardias ya retuvieron a tu escuálido novio.

A penas decirlo un fuerte movimiento retumbó entre las rejas del claustro castigando los rastros de osadía, estoy segura de que Nour esta matando a alguien para alcanzarme.

—Este es el tercer temblor… —Dijo Noam confundido de estos hechos —¿Eres una bruja? ¿Quién es Nour?

Yo negué y aproveche su confusión para empujarlo con fuerza escapando del lugar, en mi prisa noto la tristeza y el miedo que invade a las jóvenes de las celdas seguidas, cuanto quería ayudarlas, pero no contaba con llaves para liberarlas ni tampoco con el tiempo a favor para que un militar o guardia no me notará.

Sus gritos confinaban mi temor a la percusión de las alarmas, con temblor en mis manos mire a una de ellas mientras su amargura colapsaba en la notoria reputación de su vida.

—¡Las sacaré de aquí así pierda mi vida en ello! —Grite con fuerza cerrando mis ojos un breve momento para no llorar y resbale al segundo como una tonta al suelo, topándome en directo con los zapatos negros de otro aristócrata.

Mis ojos suben lentamente abriendo camino a un pantalón negro preciso a su buena figura, vistiendo una camisa en algodón negro, manga larga y detalles dorados que sobresalen entre sus grandes hombros, era increíble su parecido con…

—¡¿Nour?! —Consternada me levante un poco torpe visualizando sus rasgos furiosos. De su cuello hasta su mejilla derecha sobresalían algunas chispas con tintes rojos, muy similar a la sangre de… Los humanos.

—¿Qué hiciste? —Alterne mi pregunta al notar su respiración agitada continuando presente su ceño fruncido —¿Es eso sangre?

La presencia de su proyección humana manejaba un conjunto enigmático de sensaciones que renacían de nuestros recuerdos, su cabello negro azabache, sus iris verdes blindados en magnetismo y sus labios rosas, estaba perdida, pero no dejaría mi postura rebelde de sus uniones demoníacas por la política.

—Mi Clío… —Dispuso alcoholizando entre dulzura la gravedad de su voz, se acercó y limpio mis ropas con palmaditas en mi espalda, piernas y brazos —Eres muy terca, mis órdenes fueron claras ¡Te dije que dejarás este pueblucho inmediatamente!

Enseguida a eso tomó mi brazo sacándome de los pasillos con un apretón firme, era tanta su prisa que prácticamente corría por detrás de su espalda en comparación a sus piernas largas.

—¡Apresúrate! —Contestó Nour sagazmente —Tanto tiempo… No vas arruinar esto.

¿Arruinar esto? Pensé algo inquieta en cuando un revolver freno las zancadas de Nour.

—Deténgase —Asustada asome mis ojos para ver la pobre alma que acababa de ordenar a Nour parar —Esta mujer es una bruja, No está autorizado para sacarla de este recinto.

¡NOAM! Mis ojos por poco se desorbitan, su presencia carecía de miedo alguno, eran tan absurdamente seguro que apenas podía creerlo ¡Van a matar a este japonés! ¿O era chino? Da igual, nunca hemos llevado la conversación hasta ese punto.

—¿Detenerme? —Menciona Nour dando un paso más para que su pecho tocará a propósito la punta del arma —Si no me detuve al momento de degollar a tu padre ¿Por qué lo haría contigo?

Al terminar el rugido estruendoso de otro trueno acompañó la malicia en sus oscuras palabras. Dios santo… Aquella frase fue suficiente para bajar en segundos el aplomo de Noam, ¿Pero qué carajos acaba de hacer Nour?

—¿Nour? —Solté su nombre temblorosa al quitarme enseguida de su agarre, el volteo a mi dirección y fue la primera vez en que el brillo de sus ojos estimulo en mi un horror inigualable, volvió a dirigirse a Noam que intentaba con fuerzas no cristalizar sus rasgados ojos negros.

—Maldito —Contrapuso Noam y el sonido del disparo por el dolor su arma traspasó el cuerpo de Nour.

Aquella palabra sobresaliente de emociones perdidas en el interior de Noam degustaba la maldad en Nour, era un placer culposo que mantenía su espíritu conectado al infierno, como si esta faceta atrajera toda su negatividad en una ventisca de muerte, pensé que alternaba sus acciones por el peso de su papel como el enviado de la muerte, sin embargo, ahora conozco que una parte de él, permanece recóndita por el odio.

Después de aquel anuncio, tomó nuevamente mi mano, ignorando por completo la consternación de Noam porque la bala no haya provocado ni un rasguño a el hombre que me alejaba cada vez más de la penitenciaria...

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