En las calles del reino Solaris transitaba un carruaje hermoso, con detalles en blanco y azul con el escudo en negro y dorado, dentro de este se encontraba un hombre de cabellos negros como la noche y ojos azules, acompañado de una niña que hoy se convertía en una mujer, pues hoy cumplía la mayoría de edad.
Elian estaba irascible por lo que su pequeña hermana estaba pasando hoy, debería ser especial para ella, compartir con su familia, hacer nuevas amigas (él no sabe de los rumores), darse a conocer en la sociedad, eran los pensamientos del Elian, sin saber que para su hermana nada de eso era importante, a ella lo único que le importaba era proteger a su familia y a todas las personas importantes para ella (Liam).
-porque no vino, ¿tanto cambio la historia?, si es así, ahora no se como proceder- pensamientos como esto tenía Aisha que observaba por la ventana, iba tan perdida en sus pensamientos que no de dio cuenta de la cara sombría que estaba haciendo su hermano, cuando logró mirar a su hermano.
-herma…- no logro terminar cuando escucho al cochero decir – segundo joven maestro hemos llegado-
Elian se bajo primero y ayudó a Aisha a bajar, para ella que era la primera vez que estaba en el palacio – wauuu es hermoso – eran los pensamientos de Aisha, por fuera solo tenía una sonrisa profesional no demostraba su asombro.
-ingresa el segundo joven maestro Elian Lumperther y su acompañante la señorita Aisha Lumperther- en el salón se mantuvo un silencio profundo, todos quedaron sorprendidos por la hermosa joven que bajaba del brazo del segundo joven maestro de la casa del Gran Duque, aunque muchos escucharon rumores malos de ella y sus hermanas algo tenían muy claro, en cuanto a belleza nadie las superaba.
-Vez, está sana y salva- dijo la emperatriz Dione sonriendo, - no la dejen sola, está en peligro, que su hermano no la suelte – volvió a decir con una mirada seria, el Gran Duque y su esposa se sorprendieron por las palabras de Dione, algo tenían seguro, era hacer lo que ella decía.
-saludamos al sol del reino, que la luz siga brindándole su brillo – los hermanos Lumperther saludaron con una leve reverencia hacia el emperador – el asintió y sonrió, luego ellos se retiraron hacia donde se encontraban sus padres.
-padre, madre, lamento llegar tarde- dijo Aisha con una sonrisa – No te preocupes hija, ¿estás bien? - pregunto la Gran Duquesa preocupada por su hija, pensando que eso le afectaría más – estoy mejor que nunca madre, me esta acompañando uno de los solteros más pretendidos del reino, jajajaaja-
-jajajajajajaja- soltaron una sonrisa todos los presentes allí, mientras Elian estaba todo sonrojado por lo dicho de su hermana.
-Saludos a las lunas del reino demoniaco, que la luna los ilumine en su reinado- saludaron los hermanos.
-queridos no hagas eso, somo como familia, eso no es necesario entre nosotros- dijo el rey demonio con una sonrisa, -mi hijo supo escoger, una buena mujer y educada para ser su compañera- eran los pensamientos del rey.
-no hay que perder la etiqueta majestad- sonriendo dijo Elian.
Mientras ellos dialogaban y sonreían, alguien los observaba y no dejaba de verla, le hacía recordar a la niña que hace tiempo se había chocado con él cuando se escapó por primera vez con su hermano y no había vuelto ver, el príncipe heredero solo observaba a Aisha embelesado por su sonrisa, no pensaba que fuera tan hermosa, solo se dejó llevar por los rumores y por lo que le expresaba la señorita Fiona y por las otras señoritas que siempre la acompañaban, que era maltratada por las hijas del Gran Duque, -¿será verdad lo de los rumores? - él se pregunta – No, la señorita Fiona no tiene por qué mentirme-
Mientras el príncipe Eros seguía perdido en sus pensamientos, Aisha se acercado a sus hermanas y amigas a saludar – buenas noches señoritas, es un placer saludarlas – dijo ella con una sonrisa.
-hermana, que bueno que llegaste- dijo Aura.
-señorita Aisha está muy hermosa- dijo la señorita Ivette
-hermanita, si no llegabas a tiempo, creo que papá hubiera atacado al castillo- dijo Alya con una sonrisa burlona
-jajajajajajaja- todas sonrieron, porque se habían dado cuenta que el Gran Duque quería matar al emperador y al príncipe idiota como ellas le habían puesto.
-jajaja, hermana no digas eso –
-que paso señorita Aisha, porque no llegó con el príncipe- preguntó Enya
-si es cierto, todos se sorprendieron cuando el llegó con la arpía número uno (Fiona)- dijo Larisa, ya que a todas las habían enumerados para saber de quién están hablando.
-la verdad no se que pasó, porque él nunca llegó a recogerme- dijo Aisha – pero pude llegar con mi segundo hermano Elian- lo dijo con una sonrisa.
-que bueno que llegaste con él- Aura lo dijo observando donde se encontraba el príncipe Eros, ella se dio cuenta que desde que llegó su hermana menor, él no le ha quitado la mirada y eso a ella no le gustaba.
-por cierto, hermana Alya, no he visto al príncipe Liam-
-él no vino hermana, me dijeron los reyes que se encontraba en las puertas del abismo con varios de sus generales y capitanes-
Aisha se sintió triste, ella por lo menos quería verlo hacia sea de lejos, ella pensaba que él ya no la quería porque no la visitaba como antes- pensó que él se había olvidado de ella, cuando no es verdad Liam solo vive por ella y suspira a cada rato.
-no estés triste hermana, cuando llegue el hermano Bastián, sabremos de él, porque ellos se fueron juntos y sabes que son amigos- le dijo Aura, ella sospechaba que su hermanita sentía algo por el príncipe demonio tonto, ella y sus hermanos lo llamaban así por querer robarse a su hermana menor.
Sonó la música y Aisha bailó con su hermano y después con su padre, al igual que sus hermanas, ellos no dejaban que ningún caballero se acercara a ellas, incluso a ninguno de los príncipes, porque cuando se les querían acercar el Gran Duque, la Gran Duquesa y Elian colocaban una mirada sombría, ellos no dejarían que nada le pasara a sus hijas y hermanas.
Cuando ellas decidieron no bailar más, se dirigieron a la mesa de bocadillos con las otras señoritas que las acompañaban a deleitarse con los bocadillos que estaban ofreciendo ya que todo se veía muy delicioso.
Ellas estaban hablando alegremente cuando otro grupo de señoritas se les acercaron, cuando se dieron cuenta Ivette, Aura y Larisa pusieron los ojos en blanco – que quieren ahora estas arpías- fue lo que pensaron
-buenas noches señoritas- dijo una Fiona con una sonrisa de burla
-parece que no les enseñaron modales señoritas- dijo Larisa – recuerden que están enfrente de las hijas del Gran Duque y princesas del reino Lunar-
Ellas estaban que ardían de la rabia, pero aun así sabían que no podían faltarle el respeto ya que ellas serían la que quedarían como malas.
-lo siento señoritas, solo queríamos saludarlas y ser sus amigas- dijo Fiona con ojos cristalinos a punto de llorar, cualquiera que la viera pensarían que la estaban humillando.
-pero que se podría esperar de ellas-
-pobrecita la señorita Espax, solo quiere ser su amiga-
-esto es inaceptable-
-por más que sean princesas, no deben de tratar a las personas así-
Murmullos como eso se escuchaban alrededor de las señoritas, Fiona se había encargado de decirlo en voz alta para que escucharan las personas que se encontraban alrededor.
Aisha que escuchaba, puso los ojos en blanco, ya se esperaba una jugada de estas arpías, -señorita Espax no veo que la señorita Larisa halla dicho nada malo, sola la corrigió para que no cometa este mismo error con personas de más grande estatus-
-lo siento princesa, no volverá a pasar-
-eso espero, y deje de llorar que eso nada soluciona-
-ya me esta fastidiando- dijo Ivett y la miro con una mirada sería
-porque me odia señorita Ivett-
-jajajaaja, yo no lo odio señorita, para odiar a alguien se necesita tiempo e interés, y yo no tengo ninguno de los dos- lo dijo con una gran sonrisa, cosa que hizo furiosa a Fiona, pero no lo demostró.
- Con el tiempo todo se descubre; las mentiras más ocultas, las razones más ciertas y las personas más falsas- agregó Aura con una copa en la mano y una hermosa sonrisa.
Todos quedaron sorprendidos por la sabiduría de estas señoritas.
-señoritas no creen que sería bueno que aclararan los rumores- dijo una señora de bastante edad que estaba escuchando atentamente, a ella le encantaba como se defendían estas señoritas, lo disfrutaba.
-no necesitamos aclarar ningún rumor madam, la gente cree lo que quiere creer- le dijo Enya con una sonrisa.
-el envidioso inventa el rumor, el chismoso lo difunde y el p****jo se lo cree- agregó Ivette tomando un sorbo de su copa.
Todos se quedaron sorprendidos por las palabras de estas señoritas, hablaban con una elocuencia y una firmeza para decir esas palabras, que no les importaban que se encontraban en el palacio, la dama estaba satisfecha al escuchar a estas señoritas hablar, para ella era un deleite que señoritas de esta era no se quedaran calladas y que defendieran su pensar.
Aisha se sentía orgullosa de sus hermanas y amigas, ella le había enseñado a no dejarse de nadie, que ellas valían mucho, le había enseñado ciertas palabras para que se defendieran.
Había una persona sorprendida por lo que escuchaba de la señorita Ivette, era su hermana mayor, ella nunca la trato mal pero tampoco hizo nada para defenderla de los maltratos que sufría en casa, en verdad no le importaba lo que pasara con ella, pero a hora que la ve y la ha escuchado hablar se ha dado cuenta que su hermana menor ha cambiado mucho.
Cierto príncipe ………..
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Comments
Patricia Hernandez
Romeo santo jajaja 😂
2023-09-24
1
Luz
jajajaja las querían humillar y salieron humilladas 🤣🤣🤣🤣
2023-07-19
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Khristta LM
mejor no pudo ser expresada la verdad!
2023-07-12
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