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Hacia décadas que la era de oscuridad había terminado, para todos los reinos, lograron sobrevivir, pero nunca más volvieron hacer los mismos, dos reyes habían sacrificado sus vidas, uno por ambición y el otro para salvar a la humanidad (que ironía, un demonio salvando la humanidad).

Lograron llevar a las criaturas hacia las puertas del abismo, la fuente de todo mal, pero no pudieron cerrarla ya que se necesitaba la luz dorada, aquella que había perecido con la emperatriz del reino Solaris, eso pensaban todos.

El reino Lyon bendecido por la naturaleza desapareció en los bosques, nunca más se llegó a saber de él, del reino Antar con la ayuda del reino Lyon también desapareció, perdieron muchos animales místicos en esa guerra, del reino Aqueo supo que se sumergió en las aguas y no volvió a surgir, también se perdieron registros de la ubicación de él, estos tres reinos solo aparecen cierta temporada del año cuando les toca el turno de ayudar en las puertas del abismo para contener a las criaturas, pero nadie ha podido saber la ubicación de estos tres reinos perdidos. (Nahuel)

En ese tiempo cuando el rey demonio se sacrificó y logró calmar un poco a las criaturas de la oscuridad, todos estos reinos llegaron a un acuerdo, enviarían personal preparado y con gran poder mágico para mantener a las criaturas en el abismo y no sucediera otra vez lo ocurrido durante estos años.

Pasaron los años y así como su amigo Andreu le había dicho, Asher tomó como esposa a la señorita Luciana, sus padres estuvieron de acuerdo, no se negaron a la petición de su hijo, le entregaron el título de Duque.

Cumplió con el compromiso que le hizo su amigo, protegió a la emperatriz y su primogénito, ellos siempre sufrían ataques, pero lo que no contaban los enemigos era que la emperatriz era una excelente guerrera y tenía un poder mágico inmenso, no pudieron con ellos, hasta que los refugiaron a ellos y a su pueblo en Lyon hasta que el príncipe nació y regresaron a tomar posesión de su reino.

Angol y Luciana se hicieron cargo del príncipe Nahuel para que fuera un excelente rey para su reino y no cometiera los mismos errores que su padre, ellos esperaban a su segundo hijo que era una niña, el mayor se llamaba Asher y la niña se llamaría Alondra como su hermana.

Nahuel no dejaba pasar nada, tenía las criaturas de la oscuridad del abismo trabajando para él en las sombras, en busca de la Luz dorada, le habían informado que nacería una niña de cabellos blanco y ella poseería la luz más dorada que haya existido, cuando el vio al primer hijo de las personas que lo habían educado, pensó que era él, pero se equivocó las criaturas dijeron que no era él, que debe ser una niña, estaba en expectativa del nacimiento de la segunda hija, pero se llevó una decepción cuando nació la niña, tenía el cabello de color negro-azul.

Pero no se desesperó ya que tenía mucho tiempo y lo usaría para crear su continente de oscuridad como siempre lo había soñado.

Pasaron años y todos seguían con su vida, Nahuel, Axel y Asher se hicieron amigos y siempre estaban ayudando a otros, al fin cada uno empezó hacer su vida, a tener su familia, y a dedicarse a sus tierras.

Nahuel al reino Solaris, Axel se dedicó a su reino y esposa, debes en cuando visitaba a su amigo Asher, y este se convirtió en el Gran Duque de los reinos, por el poder que tenía (oscuridad y fuego), era uno de los que podía mantener a las criaturas en el abismo. Cierta persona no estaba para nada contento con él.

Actualidad….

En el jardín del palacio imperial se hallaba una persona con una capucha, se encontraba encima de un árbol observando todo lo que pasaba en el salón donde se estaba festejando el debut, tenía una sonrisa de felicidad, su princesa estaba hermosa y no se dejaba de nadie, eso era lo que le gustaba de ella, desde que la conoció cuando eran niños siempre era así, decía las cosas de frente.

Ella sintió un poder inmenso, lo reconoció y salió al balcón, posó su mirada fija hacia un punto especifico, más exactamente en un árbol y sonrió, ella sabía que él estaba allí, había venido y lo quería ver…., ingresó nuevamente al salón, se escabulló, observando que nadie la estuviera mirando, sus padres estaban entretenidos con los reyes Ryder y otras personas que no conocía, la reina Dione la miro y le sonrió, ella sabía quién estaba en el jardín, así que se ubicó en frente de Asher y Lea para que no la vieran, ella entendió las acciones de la reina y agradeció internamente.

Salió por el pasillo sin hacer ningún ruido, cuando estuvo enfrente del árbol, se acercó y pegó su espalda con el árbol y empezó a decir, siempre mirando al frente.

-pensé que no vendrías-

-sé que estas muy ocupado, pero… porque no me has venido a visitar-

-siempre voy al lago donde nos conocimos-

Ella no recibía respuesta a todo lo que preguntaba, pensó que no la había venido ver a ella y se sintió de lo peor, pensando que su amigo, compañero, por la persona que sentía un amor sincero que no llegó a sentir en su otra vida, ya no lo quería, que lo que había dicho años atrás solo fueron palabras vacías, ella pensaba que él ya había conocido a Fiona, y por eso ya no quería hablar con ella.

Él no sabía que decir, estaba sorprendido que ella lo haya sentido y que se escapara del salón para hablar con él.

Cuando ella se iba a ir, él saltó del árbol y la abrazó por detrás, sintió que era un abrazo cálido, con mucho cariño, se le salieron las lágrimas y al sentirlas la coloco de frente contra él y le limpio las lágrimas delicadamente.

-no llores mi princesa-

-pensé que no me querías ver-

-porque dices eso-

-nunca me buscaste-

-siempre preguntaba por ti-

-siempre iba al lago para ver si te lograba encontrar-

-lo siento mi princesa-

-no quería hacerte sufrir-

-no importa, me alegro que estés aquí-

-pero…. No deberías estar en las puertas del abismo-

-…… sí, pero no me quería perder tu debut, además me teletransporté, tengo el poder de mi abuelo-

-jajajajaaja- ella sonrió y a él le encantó.

-tengo un regalo para ti-

-?????-

Saca una caja de color negra y se lo pasa a ella, lo abre con cuidado y observa que es un anillo muy hermoso, en el centro tenía una piedra de color negro, se sorprendió porque era muy hermoso.

-quiero que lo uses siempre- la quedó mirando atento a su respuesta

-siempre lo usaré-

Él se sonrió y se lo ayudó a colocar, cualquiera que los notara pensarían que se estaban comprometiendo, aunque no estarían mal en pensar en eso, esa joya que le puso, era la joya que solo se le otorga a la próxima emperatriz del reino demoniaco, por supuesto ella no lo sabía y él no lo mencionó, su madre se lo había dado hace años para que él se lo diera a la persona que deseaba que fuera su emperatriz.

Ella sonreía hermosamente, la luna los acompañaba esta noche, sonó la música y él se arrodilló.

-mi princesa, me permite este baile-

Ella posó su mano en la de él y asintió con la cabeza, empezaron a bailar y se sintieron mágicamente conectados, ninguno quería que se acabará ese momento, se encontraban en su mundo, no les importaba nada más solo ellos existían.

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