Capítulo 15

"Dios... Alabado sea Dios, Sofía ya ha mejorado su lectura. Solo tienes que memorizarlo, poco a poco..." Dijo Teresa mientras acariciaba suavemente la cabeza de la niña que todavía llevaba puesta la túnica.

"Sí tía... Gracias, Sofía está feliz de aprender sobre la religión con usted, tía"

"De nada, querida. Yo también estoy contenta"

Sofía rápidamente abrazó a la hermosa mujer delante de ella. La niña parecía muy feliz. Sí, Sofía estaba feliz, conocer a Teresa era una bendición, la niña parecía recibir el amor y el cuidado de una madre que había estado extrañando.

Sin que ambas se dieran cuenta, Antonio, quien estaba observando la interacción entre las dos, especialmente la forma en que Teresa enseñaba a Sofía, sonrió emocionado. El joven empresario nunca esperó que su estadía temporal en Valencia con Sofía y su hermana menor, Soraya (madre de Sofía), pudiera llevar a su sobrina a conocer a un ángel maduro y amable. Antonio estaba muy agradecido.

"¿Terminaste la lección?" Saludó Antonio a Teresa y Sofía mientras se acercaba a ellos.

"¡Tío!" Exclamó Sofía feliz antes de correr hacia los brazos de su guapo tío.

"¿Sofía tiene hambre? ¡Vamos a comer! Ya compré su comida favorita"

"¡Sí! ¿Verdad, tía Teresa?"

"¡Por supuesto! Invita a esa tía Teresa también"

"Vamos tía, ¡comamos!"

"Sí... gracias, Anto. Por cierto, ¿vas a orar Maghrib?"

Preguntó Teresa mientras sonreía. Notó que Antonio todavía no había hecho la oración.

"Ummm, sí, más tarde voy a orar"

"Ahora mismo, ya es media hora antes de las 7, no queremos quedarnos sin tiempo. Sofía y yo estamos esperando", dijo Antonio.

"¡Sí, tío! Primero rezamos y luego comemos", respondió Sofía.

Antonio sonrió incómodo. Honestamente, siempre había estado confundido acerca de sus creencias. En su tarjeta de identidad decía que era musulmán, pero solo había rezado una vez en su vida, y fue para un examen religioso en la escuela secundaria.

Pero al ver a Teresa y a Sofía pidiéndole que rezara de manera inocente, Antonio se apresuró para rezar, aunque no recordaba bien cómo hacerlo.

"Emm ... ¿Ya te hiciste la ablución, Anto?" Preguntó Teresa cuando Antonio caminó hacia el tapete de rezo.

"Oh sí, se me olvidó ... voy a hacer ablución primero".

Antonio se sintió muy avergonzado delante de Teresa. Ahora sabía que nunca había practicado la religión.

Después de que Antonio se fue a hacer ablución, Sofía se acercó rápidamente a Teresa y susurró:

"Tía, tío guapo, nunca reza".

"¿Qué?" Preguntó Teresa sorprendida. Mientras tanto, Sofía asintió con firmeza con los ojos bien abiertos.

Teresa se sintió incómoda. De todos modos, no quería hacer sentir mal al hombre. Así que le preguntó a Sofía.

"Pero aquí hay un sarong limpio, ¿no?"

"Sí ... aunque tío nunca reza, aquí en la casa hay un lugar para rezar para los guardias y los criados".

"¿Dónde está exactamente?"

"Eso ... En ese armario", dijo Sofía mientras señalaba hacia el armario de cristal en la esquina de la habitación de la oración.

"Mm, está bien, más tarde se lo damos al tío", dijo Teresa.

"¡Entendido, tía!" Respondió Sofía.

Poco después, Antonio apareció con su rostro y parte de su cuerpo mojados de ablución (no se sabe si lo hizo correctamente o no, tal vez Teresa pudo haberle informado discretamente para evitar ofenderlo).

Teresa fue rápidamente al armario que Sofía le indicó para tomar una tela que parecía ser nueva en el interior.

"Señor Anto..."

"¿Sí?"

"Esto es tu sarong, para que sea más completo, jeje."

"Oh... Sí... Gracias"

"Entonces, Sofía y yo esperaremos en el comedor, ¿de acuerdo?"

"Está bien. De nuevo, gracias, Tere."

"De nada."

Luego, Teresa se alejó mientras tomaba la mano de Sofía y salieron del cuarto de oración.

Mientras tanto, Antonio seguía mirando la espalda de la mujer hasta que desapareció de su vista.

"Eres una mujer sobresaliente, Tere". Murmuró, luego trató de realizar la oración todo lo bien que pudo, según lo que recordaba.

"Espero que sea aceptada. Amén." Pensó Antonio.

Pasaron 10 minutos..

Antonio ya había salido del sitio de oración, su cara parecía más fresca.

"De acuerdo... ¡Vamos a comer!"

"Primero, una oración, tío", dijo Sofía sonriendo de forma molesta.

"Esta es mi oración", respondió Antonio con un rostro fruncido. En ese momento, Teresa se rió dulcemente.

Luego comenzaron a comer después de orar.

"¡Sí! ¡Tío compró sushi!" Gritó Sofía mientras abría la caja de comida que contenía su sushi favorito.

"Sí... ¿te gusta?" Preguntó Antonio suavemente.

"¡Me encanta, tío!"

Antonio se rio suavemente al escuchar lo feliz que estaba Sofía.

Teresa, para ser sincera, disfrutaba de esa comida, pero no sabía por qué el ver ese alimento hecho a base de pescado crudo hacía que su estómago se revolviera un poco, tal vez era el efecto de su embarazo.

La mujer no quería desanimar a Antonio rechazando el sushi, así que con un poco de esfuerzo, Teresa trató de tragar ese plato típico japonés.

"Emmmh…"

Y como era de esperarse, sin pasar ni un minuto, ese alimento se deslizó por la garganta de Teresa, haciéndola sentir aún más nauseabunda, hasta que finalmente no pudo contenerse.

De repente, Teresa se levantó de su asiento y corrió hacia el baño que estaba cerca del comedor.

"Hueeeeekkkk"

Teresa vomitó casi todo lo que había en su estómago.

El sonido de Teresa vomitando sorprendió a Antonio y Sofía. De inmediato se acercaron a ella.

"No entres, huele mal…"

"No te preocupes Teresa. Cariño, espera afuera, yo ayudaré a la tía, ¿está bien?"

"Está bien, tío" respondió Sofía volviendo a esperar fuera de la puerta del baño.

"Lo siento, Teresa. No sabía que eras alérgica a los mariscos".

Antonio dijo mientras ayudaba a Teresa masajeando su cuello. En realidad, Teresa se sentía incómoda, especialmente porque Antonio era un hombre. Pero estaba demasiado débil para rechazarlo.

"No te preocupes, no soy alérgica a los mariscos. Tal vez sea solo el efecto de mi embarazo, así que soy un poco sensible al olor de lo que es salado". Respondió Teresa honestamente.

Sí, Teresa pensó que debía ser honesta, ya que tal vez sería la tutora de Sofía durante mucho tiempo, así que su embarazo podría afectar su horario de enseñanza más adelante.

Mientras tanto, Antonio seguía en su estado de shock... Las palabras de Teresa eran tan suaves, pero para él sonaban como un rayo que lo golpeaba con fuerza.

"¿Estás... embarazada?"

"Mhmm" Teresa afirmó con la cabeza y luego suspiró profundamente, limpiando los restos de comida que habían salpicado el suelo.

****

"No puede ser..."

Alexander palideció al ver lo que Víctor y Camilo le mostraban, y Linda también, que aún estaba en shock por lo que estaba presenciando.

"Uh... cariño, Alexander es solo un escape para mí. Está locamente enamorado de mí. Incluso sabía que era virgen cuando tuvimos nuestra primera vez, aunque me hice la operación del himen, jajaja ¿cómo puede ser tan tonto?"

"Loco... eres malvada", dijo Samuel, el amante estadounidense de Alexa, que había sido pagado por Darren para grabar todo después de que terminaran de pelear. Samuel mezcló una pequeña cantidad de droga con el alcohol de la mujer para que se mareara un poco y perdiera la conciencia más tarde. Seguramente no recordará nada de lo que ha dicho.

"Además, Alexander es fácil de manipular. Puedo pedirle lo que sea, en cualquier momento y sin condiciones."

"¿Qué? ¿Cómo es eso posible?" Samuel preguntó, tratando de sacar más información.

"Ssstt... Pero esto es nuestro secreto, oh... Aunque fue idea de mi papá ji ji ji. Así que soborné a la enfermera del hospital donde la mamá de Alexander recibió su trasplante de riñón y falsifiqué los datos para que pareciera que yo era la donante. ¡Pero en realidad fue una mujer del pueblo llamada Teresa!"

"¿Teresa? ¿Quién es ella?"

"La esposa de Alexander. ¡La esposa legítima! Pero es una lástima, ella se parece más a una amante jajaja"

Las palabras de Alexa hicieron que Samuel sacudiera la cabeza. No podía creer que la mujer con la que estaba saliendo, aunque sus intenciones también eran malas, fuera tan despiadada y astuta. No se arrepentía de trabajar con Darren.

"Una lástima por la mujer del pueblo. ¡Pero se lo merece por ser mi competencia! De todas formas, solo yo seré la señora Román y controlaré toda la fortuna de Alexander. Una vez que lo tenga todo, lo echaré y estaremos juntos, cariño. ¡Viviremos felices y muy ricos!"

Alexa se rio a carcajadas y luego poco a poco comenzó a murmurar, como si estuviera delirando, y finalmente cerró los ojos, inconsciente.

Alexander seguía congelado en su expresión facial. Sus ojos estaban rojos, ya sea de tristeza o de ira. Lo único cierto es que Víctor y Camilo podían ver que Alexander realmente no estaba bien.

"Alexander realmente está pasando por un momento difícil, amigo" Dijo Víctor con una expresión de preocupación evidente.

"¿Qué hacemos, nos vamos o nos quedamos para apoyarlo?" Preguntó Camilo después.

"Sé un buen amigo, quién sabe si Alexander necesita nuestro apoyo. De cualquier manera, esto es un golpe fuerte para él", dijo uno de ellos.

"Hmm, tienes razón, bro. ¡Sorprendentemente, estás mejorando!", respondió el otro.

"Maldita sea, eres un demonio, vampiro", maldijo Víctor molesto.

"Sssst...", Camilo hizo una señal para que Víctor se callara al ver a Alexander atónito y sin decir una palabra, convirtiendo la habitación en algo espeluznante.

No solo Camilo y Víctor, Linda también estaba demasiado sorprendida para hablar y eligió mantenerse en silencio por temor a decir algo equivocado.

El ambiente se volvió muy silencioso y el aire se volvió caliente...

Continuará...

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