Capítulo 8

Alexander aceleró su reunión con la delegación japonesa, que debería haber terminado durante la hora del almuerzo, a las 10:30.

El hombre se sintió verdaderamente curioso y, a la vez, molesto al escuchar sobre su divorcio con Teresa esta mañana. ¿Cómo se atrevió Teresa a pedir el divorcio así, quién se creía?

Pero en realidad, sin darse cuenta, Alexander fue quien presentó primero la demanda de divorcio contra su esposa.

Es por eso que Alexander no podía esperar más y le pidió a Linda que contactara a Ernesto para que viniera a encontrarse con él.

"¿Por qué estás tan preocupado de repente? Deberías estar feliz, ¿qué pasa contigo?" Preguntó Linda, que desde hace algún tiempo observaba a Alexander mirar constantemente su reloj mientras tocaba los dedos en la mesa. Inquieto, Linda pensó para sí misma.

"No tienes idea, estoy seguro de que esa mujer va a pedir cosas locas. ¿Por qué se casó conmigo, si no es por mi dinero? Ella es pobre", respondió Alexander en voz alta.

"¡Qué tontería! ¿Tienes miedo de que te pidan partes de la herencia o algo así? Por favor, con el dinero que tienes, incluso si le dieras 5 mil millones, no te haría falta, Alex. Pero, aunque no me caiga muy bien Teresa, creo que ella no es así", dijo Linda, tratando de animar a Alexander.

"¿Quién dice eso? Todavía no sabes cómo es ella en realidad", respondió Alexander con sarcasmo.

"¿Cómo es ella en realidad?" Preguntó Linda con seriedad. Al fin y al cabo, no conocía a Teresa muy bien.

Al escuchar la pregunta de Linda, Alexander simplemente se quedó en silencio. No pudo responderla, ya que él mismo nunca intentó conocer a la mujer que era su esposa en un nivel más profundo.

Su odio hacia Teresa lo hizo cerrar los ojos y despreciar a cualquier cosa relacionada con su esposa.

"Lo que está claro es que ella no es tan buena como parece. Está utilizando la bondad de mi familia para sus propios fines malévolos". Alexander murmuró, recordando cómo tuvo que casarse con una mujer a la que consideraba inferior. Y con su confianza, Teresa aceptó la petición de su abuelo.

Linda miró a Alexander por un momento y luego solo pudo asentir mientras agarraba su chocolate caliente.

Actualmente, se encontraban en Elite Café, en el centro de la capital de Barcelona. Por supuesto, en una sala privada especialmente proporcionada para los huéspedes de la alta sociedad y las socialistas.

Poco después...

"Buenas tardes, señor Alexander Román." Saludó un hombre de 45 años vestido con un traje elegante, Ernesto Vargas.

"Disculpe por llegar tarde, hubo un poco de tráfico." Continuó el abogado de Alexander.

"No hay problema, gracias por estar dispuesto a reunirse conmigo." Respondió Alexander con frialdad. Regresó a su modo frío y arrogante, no como cuando hablaba con Linda.

"De nada, señor. Soy el abogado de la familia Román desde que el Sr. Martín era el CEO. Por lo tanto, usted también debe ser mi prioridad".

"Hmm. Entonces, ¿podemos hablar sobre... el divorcio?" Dijo Alexander, mantuvo sus labios cerrados con fuerza. Era como si algo estuviera apretando su corazón al decir eso.

"Bueno, por supuesto. En realidad, la Sra. Teresa se puso en contacto con mi bufete de abogados hace una semana, así que la conocí hace unos 5 días", dijo Ernesto.

"¿Hace 5 días?" Preguntó Alexander con las cejas fruncidas.

No es de extrañar que el WhatsApp de esa mujer no haya estado activo durante los últimos días.

"Sí, Señor. También intenté contactar al número privado del Señor Alexander, pero no obtuve respuesta. Así que esperé hasta que tuviera un horario libre", explicó Ernesto.

"Entiendo", dijo Alexander.

"Lo siento, Señor, en realidad el proceso de divorcio entre el Señor Alexander y la Sra. Teresa no será tan complicado. Aparte de que ella no presentó ninguna demanda, también porque al principio fue el Señor Alexander quien presentó la demanda. Entonces la Sra. Teresa solo tiene que firmarlo y algunos pasos del proceso de juicio que pueden no requerir la presencia de ambas partes", explicó claramente el señor Ernesto.

"Espere un momento, ¿quiere decir que Teresa no propondrá nada?" Alexander entrecerró los ojos y sus cejas se arrugaron aún más.

"Sí, señor. Así es. Mmm... Espere un momento, voy a buscar el expediente de su divorcio", dijo Ernesto, dejando la habitación para ir y buscar algunos archivos con la documentación.

Luego, Ernesto le mostró varios puntos en los documentos a Alexander.

"Aquí está. Solo hay 2 puntos que la Sra. Teresa propuso. El primero es que no podrán exigirse nada uno al otro, en términos de bienes gananciales o la custodia de los hijos o cualquier otra cosa después del divorcio"

En segundo lugar, la señora Teresa siempre se ha presentado como la parte demandada, ha solicitado un acuerdo para pagar la deuda de su madre por valor de 300 mil dólares en cuotas, con un mínimo de 6 mil dólares al mes". En tercer lugar, la señora Teresa ha devuelto todos los bienes que le fueron dados anteriormente, y una lista de ellos se ha adjuntado. Por lo tanto, se espera que la primera parte no tenga ninguna objeción. Eso es todo, señor.

Esto facilitará mucho su proceso de divorcio si ambos están de acuerdo con estos puntos".

El señor Ernesto miró a Alexander con una sonrisa suave mientras el hombre guapo frente a él parecía estar pensando duro en lo que acababa de escuchar.

"Pero hay algo extraño", dijo de repente Linda.

"¿Qué hay de extraño, señora Linda?" Preguntó el señor Ernesto sin perder su sonrisa.

"Aquí dice que no pueden exigir bienes de gananciales ni la custodia de los niños. Eso es extraño, señor Ernesto, el señor Alexander y la señora Teresa no tienen hijos".

La declaración de Linda, por supuesto, llamó la atención de Alexander, que estaba en sus pensamientos. ¿Niños?

Luego volvió a leer los puntos.

Mientras tanto, el señor Ernesto solo asintió con la cabeza. Parecía estar pensando también.

"No estoy seguro tampoco, señora. Tal vez el señor Alexander pueda confirmar directamente con la señora Teresa".

"Sí... Linda tiene razón, señor, ¿por qué Teresa incluiría este punto cuando no tenemos hijos?"

"Mmm, creo que esto es solo una especificación. Entonces, creo que el señor Alexander no necesita preocuparse demasiado por eso".

Alexander simplemente frunció el ceño resignado. El hombre apoyó su cuerpo en el respaldo del sofá detrás de él.

¿Teresa aceptó el divorcio sin pedir nada a cambio, incluso pagando sus deudas?

Alexander estaba confundido, como si no pudiera creer todo esto. De repente, su corazón fue atacado por la ansiedad. Inquieto, confundido, afligido.

¿No era esto lo que él esperaba? Pero todo se sentía extraño. ¿No es Teresa quien estuvo dispuesta a casarse con él por su riqueza?

¿O esto es solo un juego?

No es posible, fue él quien presentó la demanda de divorcio para Teresa. Mientras que su esposa solo presentó algunas solicitudes que podrían considerarse muy ligeras.

Alexander de repente abrió su teléfono inteligente, olvidando la presencia de Ernesto y Linda frente a él. Quería contactar a Teresa.

Pero, ¿por qué? Su mente preguntaba.

Después de encontrar el chat de la mujer, sus dedos parecían querer presionar el botón "Llamar", pero su lógica decía que no.

En medio de su confusión, Darren lo llamó.

Alexander respondió de inmediato a la llamada.

"Sí, habla"

"......"

"¿Qué?"

"....."

"De acuerdo, voy para allá ahora"

Alexander cortó la llamada. Luego, se dio cuenta de que todavía había Linda y Ernesto allí, mirándolo con dos expresiones diferentes. Ernesto estaba un poco incómodo, mientras que Linda parecía muy molesta.

"Hem... lo siento, señor, perdí un poco el enfoque. Gracias por su tiempo, tengo que ir a algún lugar".

"Señor, aquí tiene una copia de la demanda de divorcio, puede estudiarla cuando tenga tiempo libre más tarde. Si no hay nada más, me retiro."

El señor Ernesto se despidió rápidamente y desapareció de la vista de Alexander y Linda.

"¿Me dejarás aquí?"

"No, ven conmigo."

"¿A dónde vamos?"

"Solo ven, Darren dijo que hay algo muy importante."

"¡De acuerdo!"

Alexander llevó consigo a Linda y se apresuraron hacia donde Darren les pidió que fueran...

Continuará.

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