Mida sus palabras, Duque de Windsor, pues yo no pienso consentir que insulte a nuestros invitados en mi propia casa. –dijo el Archiduque Imperial.
Le exijo que se disculpe inmediatamente con los Cavendish y en especial, con Giorgiana, o de lo contrario, me olvidaré de que usted es mi tío y le enseñaré a respetar a una dama. –afirmó Adler, muy molesto por la actitud de Scott.
¿Una dama? Pero es que esta plebeya no es una dama, esta mujercita sólo quiere engatusarte para traicionarte de nuevo. –espetó Giselle, tomando la palabra. “Además, tú no debes defenderla tanto. Al fin y al cabo, ella sólo es tu ex esposa, mientras que yo soy tu prometida.” –Al escucharla Gigi miró a Adler fijamente muy desconcertada.
¿Qué? ¿Ustedes… se van a casar? –le preguntó Gigi en un susurro.
Por supuesto que no, Gigi. No creas en sus palabras, yo jamás me casaré con esa mujer ni con ninguna otra. –le dijo Adler, de forma enérgica.
Tú sí te casarás conmigo, mi padre me aseguró que así sería. Él me lo prometió y por eso, tú tienes que hacerlo, tienes que obedecerle. –le dijo Giselle a Adler.
Y, desde luego que así será. Adler se casará contigo, eso ya está decidido. –la secundó Scott de forma altanera.
¿Eso está decidido? Dime algo, ¿Quién te dio la autoridad para decidir sobre mi vida y ordenarme que hacer? –le preguntó Adler muy furioso. “Ni mi padre, quien tiene una autoridad muy superior a la tuya en la Corte y en mi vida, por ser el Archiduque Imperial, me ha impuesto que me case por conveniencia. Entonces, si él no me obliga a contraer matrimonio a menos de que yo así lo quiera, ¿Qué te hace pensar que tú si puedes decidir sobre mi vida personal y amorosa? –añadió Adler molesto.
No me malinterpretes Adler, yo no estoy decidiendo por ti, pero ¿Cuál sería la otra opción? ¿Casarte de nuevo con una mujer que te traicionó? –le preguntó con fingida preocupación.
Giorgiana nunca me traicionó, ni me fue infiel y hoy mismo lo daré a conocer en todo el país. De esta manera, toda Europa sabrá que Giorgiana es inocente, de eso me encargaré personalmente. Por lo que, si yo me vuelvo a casar con ella o no, es algo que sólo nos incumbe a ella y a mí, no a ti. –le dijo Adler a Scott, sorprendiéndolo.
¡Tú no puedes casarte de nuevo con esta plebeya! ¿No entiendes que yo te amo y deseo ser tu esposa, para darte los hijos que ella nunca te dio? ¿Cómo puedes siquiera considerar volver a casarte con una mujer que, en tres años de matrimonio, lo único que demostró fue su incapacidad de proporcionarle un heredero al Ducado de Wellington, su única responsabilidad y obligación como Duquesa? En cambio, yo estoy dispuesta a darte todo los herederos que quieras. –le dijo Giselle a Adler, causándole un gran dolor a Gigi, pues desde el inicio de su matrimonio con Adler, ella quiso darle un hijo, un heredero al Ducado. Sin embargo, en tres años de matrimonio, ella no pudo quedar embarazada, hecho que le causaba mucha tristeza y angustia, al pensar que su esposo dejaría de amarla por no darle hijos. Angustia que él se encargaba siempre de disipar, asegurándole que nunca dejaría de amarla, ya que ella cumplía de forma plena la única responsabilidad que a él le importaba que ella cumpliese. Y, ésta era la de amarlo, respetarlo y cuidarlo, como ella prometió cuando se casaron.
Escúchame bien, Giselle, para ver si lo entiendes de una vez por todas. Yo no me voy a casar contigo ni ahora ni nunca, porque no te amo, por muy dispuesta que estés a darme herederos para el Ducado. Y, antes de que me preguntes el por qué, te lo voy a decir para que por fin lo asimiles. A mí no me interesa compartir mi vida con una mujer tan frívola, mimada y caprichosa como tú, una mujer que se divierte humillando a las personas por no ser Nobles, como si el ser aristócrata nos convirtiese en seres superiores, merecedores de la veneración de quienes no lo son. Además, reconócelo, tú estás más enamorada de la idea de ser la Duquesa de Wellington, con todo el dinero y el poder que este título conlleva, que de mí como hombre, por lo que te pregunto, ¿Crees tú que yo podría estar con una mujer tan superficial? Por otra parte, si yo me caso de nuevo con Giorgiana y ella no logra embarazarse, yo soy capaz de adoptar a los niños que sean necesarios y convertirlos en mis legítimos herederos al Ducado. Pero, te repito, no me voy a casar contigo, ni ahora ni nunca. ¿Fui claro? –le dijo Adler a Giselle, enfureciéndola al extremo.
ENTONCES, SI NO TE CASAS CONMIGO, NO TE VOY A PERMITIR QUE TE CASES CON NINGUNA OTRA, Y MENOS CON ESTA DAMA DE ESTABLO, QUE NO ME LLEGA NI A LOS TALONES. –le gritó Giselle a Adler y, acercándose a Gigi, la abofeteó mientras le decía:
Yo seré la próxima Duquesa de Wellington, así que aléjate de Adler, o te arrepentirás, pordiosera. –esta bofetada y las palabras dichas por Giselle posteriormente, dejaron estupefactos a todos los presentes. Sin embargo, el asombro de ellos aumentó a un grado mucho mayor, cuando vieron como Gigi respondió a tal golpe, con un puñetazo tan fuerte que hizo caer a Giselle al suelo con la boca sangrando.
En tu vida se te ocurra volver a tocarme, ¿Me oyes? Porque si tú me vuelves a poner una mano encima, yo te saco los ojos y te mato, ¿Me entendiste? Ya yo no soy la misma mujer a la que todos humillaban por no ser aristócrata y es por eso, que no voy a permitir que nadie me vuelva a lastimar. ¡Nadie! –le dijo Gigi a Giselle, demasiado molesta y sin poder contenerse.
¡Eres una estúpida! Pero, ahora mismo te haré pagar por tal insolencia, escoria. –le gritó Giselle e iba a abalanzársele, pero Jane Remington, hermana de Adler, se cruzó en su camino impidiéndoselo y tomándola fuertemente por la muñeca, hasta el punto de lastimarla.
Ni lo intentes, porque si le tocas un solo cabello a Giorgiana, seré yo la que te enseñe lo que es el respeto, primita. -le dijo Jane, enfurecida.
¡Suéltame Jane, me estás lastimando! –le dijo Giselle lloriqueando, a lo que Jane la soltó con brusquedad.
Giselle, vuelves hacerle daño a mi protegida, y tu próximo hogar será la torre de Londres, donde estarás como prisionera. Y si tu padre no está de acuerdo, también puede acompañarte, como otro prisionero más. Ya estoy verdaderamente harto de ambos y de su actitud. –sentenció Adler hacia Scott y Giselle, silenciándolos abruptamente por un momento.
No puedo creer que mi propia familia me dé la espalda para ponerse de parte de esta ramera, que sólo volverá engañarlos y traicionarlos, como la sucia rata de alcantarilla que es. –estalló Scott, hablando con mucho desprecio.
Scott Remington, Duque de Windsor, le ordeno abandonar de inmediato el Palacio Imperial. A partir de ahora, tanto su presencia como la de su hija no serán permitidas, ni en mi propiedad principal ni en ninguna otra; y por otra parte, durante 30 días Duque de Winsord será suspendido de sus funciones en el parlamento británico. Si llego a saber que has propiciado algún rumor malicioso en contra de la familia Cavendish, me encargaré de ponerte bajo arresto, tanto a ti como a la malcriada de tu hija. ¿Entendido? –le dijo Eric a su hermano con determinación.
¡Esto no se quedará así, Eric! Mañana mismo hablaré de este asunto con nuestro hermano el Rey. No toleraré este trato, ni de tu parte ni de parte de tus hijos, y mucho menos que abuses de tu autoridad como Archiduque, al suspenderme del parlamento durante un mes. –dijo Scott, furibundo.
Me parece perfecto, mañana a las nueve de la mañana responderás por todos estos actos ante nuestro hermano. Pero créeme, no serás tan beneficiado en esta reunión como crees, porque, ¿Cómo crees que reaccionará Richard cuando le diga cuál ha sido tu comportamiento hoy? ¿Crees que se pondrá de tu parte? –le dijo Eric, furioso.
Scott Remington, te daré un consejo que suene a advertencia: toma a tu hija y sal inmediatamente del Palacio. De lo contrario, ordenaré a los gendarmes que los saquen a la fuerza. Y, a quién no le guste esta decisión, puede irse con ellos, pero sin derecho a regresar. –le dijo Leslie a su cuñado tomándolo por sorpresa, por lo que él, luego de mirar fijamente a Leslie por un instante, no tuvo más remedio que irse con su hija, la cual estaba enardecida de cólera y gritando sin control.
Tras un largo silenció, Adler se dirigió a Gigi:
¿Estás bien? Giorgiana, no tengo palabras para expresar lo mucho que lamento todo lo que pasó. –le dijo, acercándose a ella.
No fue tu culpa. Pero, será mejor que mi familia y yo nos vayamos, no fue buena idea venir aquí. ¿Te das cuenta de lo que ocasionó mi regreso? Nunca debí dejarme convencer por ti. –le dijo Gigi muy afligida a Adler y él la abrazó con fuerza.
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Comments
enith yojana garcia martinez
Jum, le faltó darle más duro a esos dos,
2022-09-19
1
Paola Martiz
eso así se hace gigi dale otra a la perra esa 👏👏💃💃😈
2022-08-28
0