No sé qué le sucede a Andrew, él nunca me había tratado de ese modo; y Brooke, ¿Escuchaste sus palabras llenas de tanto odio? Aún me cuesta entender que su repudio hacia Giorgiana sea motivado por el hecho de que ella sea una plebeya. Por Dios, Eric, ya no estamos en la edad media, para que nuestros hijos se sientan superiores solo por pertenecer a la Nobleza, es algo que aún no asimilo. –dijo Leslie entristecida.
Cálmate cariño, por favor. Andrew y Brooke tienen que entender que el ser aristócratas no nos hace mejores que los más desfavorecidos, sino todo lo contrario. Nos da herramientas para poder ayudarlos a progresar. –le dijo Eric a su esposa.
De los cinco hijos que tenemos, ellos dos siempre han sido los más caprichosos, pero nunca pensé que pudiesen llegar al extremo que llegaron. Todavía me resisto a la idea que Brooke y Andrew tengan un corazón tan oscuro, mi amor. No quiero creer que mis hijos tengan malos sentimientos. –le dijo Leslie.
Tampoco yo quiero creer que eso sea así, por lo que espero que, con el castigo que les impuse, aprendan la lección. Pero, sobre todo, que aprendan a no denigrar ni humillar a las personas humildes, ni a tratarlas como seres que no merecen respeto alguno por no poseer dinero. Por lo tanto, tú y yo tenemos que defender los derechos e intereses de Giorgiana, especialmente ahora que sabemos lo que le ocurrió a ella hace un año. No podemos dejarla a merced de quienes quieran humillarla y maltratarla, aunque sean nuestros propios hijos. –le dijo Eric Remington.
Tienes razón, amor. Debemos ayudar a Adler a proteger a Giorgiana, pues me temo que tanto Andrew como Brooke han adquirido la manera de pensar de su tío Scott. –dijo Leslie con pesar.
Yo también pienso lo mismo, por lo que creo que tendré una seria conversación con mi hermano al respecto. Ahora, ¿Qué te parece si, para calmar nuestros ánimos, damos un paseo solos tú y yo? –le dijo Eric, su esposo.
¿Me está invitando a una cita, Milord? –le preguntó su esposa de forma juguetona. “Hace tanto tiempo que no salimos solos tú y yo.”
Después de 30 años de feliz y cálido matrimonio y de tener cinco hijos en mi haber, ¿No le parece Milady, que tengo todo el derecho de pedirle una cita a la mujer que amo y que amaré el resto de mi vida? Además, nos merecemos un paseo en total privacidad, ¿No lo cree? –y diciéndole esto, Eric le dio a su esposa un beso largo y profundo lleno de pasión; luego, ambos salieron del Palacio tomados de la mano entre risas pícaras.
Highlands, Escocia.
Me dijeron que aquí podía encontrarte. –le dijo Adler a Gigi, al llegar al lugar donde ella estuvo el día anterior con Kylie.
Este lugar me ha ayudado a permanecer en calma en estos dos años. –le dijo Gigi, mirando las flores.
Este lugar transmite paz y tranquilidad. Pero dime algo, ¿Sientes miedo en este momento? –le preguntó él, posicionándose frente a ella.
Sí, siento mucho miedo. Miedo de la reacción de los nobles cuando regrese Inglaterra, miedo a enfrentarme de nuevo a la misma sociedad vacía y elitista, que sólo se rige por las apariencias y el poder. Quizás si yo fuese la que fui antes, podría hacerle frente como muchas veces lo hice, pero ya no tengo las fuerzas suficientes para seguir luchando. –le dijo ella, mirándolo con los ojos cristalizados.
Escúchame, tal vez en este momento sientas que no tienes las fuerzas suficientes para continuar, pero estoy convencido de que en cuanto te recuperes tanto física como emocionalmente, volverás a ser la misma mujer de antes, con la misma seguridad y el mismo temple de antes. ¿Sabes por qué? Porque esa mujer está dentro de ti, escondida entre tanta fragilidad y temor. Sin embargo, te aseguro que esa mujer muy pronto saldrá y se mostrará ante el mundo, de una manera esplendorosa y mucho más guerrera y férrea que antes. Pero, mientras eso ocurre, no voy a permitir que nadie, sin importar quien sea, quiera lastimarte, pues mi intención es ser ese amigo que te acompañe en cada paso que des de ahora en adelante… claro, si tú me lo permites. –le dijo el Duque.
Cada una de tus palabras alivian mi corazón, es por eso, que aunque quisiera, ya no podría alejarme. Por otra parte, sé que te diste cuenta en el saloncito que no me eres indiferente, pero yo no… –dijo ella, pero fue interrumpida.
Por favor, no digas nada. Recuerda que ya hemos acordado en no hablar de este tema hasta que estuvieses lista para hacerlo y hasta que confíes de nuevo en mí, pues aunque no te niego que me hizo inmensamente feliz sentir que no te soy indiferente, soy consciente de que ambos tenemos un largo camino que recorrer. Tú, para qué sanes tus heridas completamente y yo, para ganarme de nuevo tu amor y tu corazón. Sólo así podremos hablar sobre lo que sentimos, sin ningún tipo de ataduras. ¿Está bien? –le dijo él y Gigi asintió aliviada. “Entonces, dicho esto, es hora de partir. Todos nos esperan y tranquila, todo estará bien a partir de hoy. –y ambos fueron rumbo al carruaje que los llevaría de regreso a Inglaterra. Durante todo el camino, Kylie fue consciente del nerviosismo de su hermana, tanto por su regreso a Londres, como por las discretas miradas que el Duque de Wellington le dedicaba, las cuales sólo eran el reflejo, de lo que él sentía por ella.
Palacio del Duque de Windsor, Inglaterra.
¿Cómo que Adler se fue a Escocia a traer de vuelta a la plebeya que fue su esposa? ¿Por qué no me lo dijeron antes, sobrinos? Se supone que ustedes deben informarme de todo lo que ocurre en la familia. –dijo Scott Remington tío de Adler, muy molesto.
Tío, nosotros acabamos de saberlo y, en cuanto le expresé a mamá mi descontento por tal decisión, lo único que conseguí fue una bofetada de ella y que padre nos negara la asistencia a la gala del Marqués de Florencia. –le dijo Andrew a su tío, ocultándole los verdaderos motivos para tales reprimendas.
En eso te equivocas hermanito, porque aunque me cueste admitirlo, si ambos recibimos ese castigo, fue porque lo merecíamos. Sobre todo, tú, pues le gritaste a madre y cuestionaste su autoridad en el Palacio, eso fue tan reprochable de tu parte que creí que papá te retaría a duelo. –le reprochó Brooke.
¡Andrew Remington! Agradece que tu padre fue suave contigo a este respecto, porque si yo hubiese estado en su lugar, el castigo que te habría impuesto hubiese sido mucho más severo. Yo te hubiese molido a golpes por haberle faltado el respeto a una mujer tan maravillosa como tu madre. Entiendan algo, en estos momentos tenemos que actuar con inteligencia y no dominados por las emociones, ya que no voy a tolerar de nuevo ese comportamiento. Su madre es sagrada, ¿Entienden? –les dijo Scott a sus sobrinos y agregó: Y quien la vuelva a irrespetar, se la tendrá que ver conmigo.
¡Padre, dime que no es cierto! Dime que Adler no fue a Escocia a traer de vuelta a esa sucia plebeya. –dijo de repente la voz de Giselle Remington, hija de Scott, quien había entrado al lugar de forma impetuosa.
Al ver que su padre no respondía, Giselle gritó furiosa:
ELLA NO PUEDE REGRESAR PADRE, TÚ ME PROMETISTE QUE YO ME CASARÍA CON ADLER Y QUE SERÍA LA DUQUESA DE WELLINGTON. Y, ¿AHORA, ÉL TRAERA DE VUELTA A LA CRIADORA DE CABALLOS? ¡ESO NO PUEDE SER!
Ante todo, deja de gritar, mi niña, que papá no puede pensar con tanto escándalo. Ahora, no te preocupes por eso mi amor. Te prometí que esa dama de establo no volvería a ser parte de la Nobleza y así será. Ya verás que, cuando me deshaga de ésa piedra en tu camino, sólo tú serás la próxima Duquesa de Wellington. Te doy mi palabra. –le dijo el Duque a su hija y besó su frente. “Ahora retírense, necesito pensar cuál será nuestro próximo movimiento.” –y diciéndoles esto, los tres jóvenes salieron del salón, dejando al Duque solo con sus pensamientos:
“Estúpido Adler, veo que quieres mezclarte de nuevo con esa gentuza, pero de mi cuenta corre que tu damita de establo no vuelva a la Corte inglesa, tu futura esposa será mi Giselle, eso te lo juro. Y tal vez cuando seas mi yerno, pueda lograr que la Archiduquesa me mire con otros ojos, aunque sea la esposa de mi querido hermanito. Eso no me importará en absoluto, si me convierto en su amante, o mejor aún, si logro quitársela al Archuduque Imperial.”
Al día siguiente, los carruajes que transportaban a Gigi y a su familia, entraban en Inglaterra, al mismo tiempo que los nervios de Gigi aumentaron de forma tal, que Adler, que estaba sentado frente a ella, pudo percibir su estado emocional. También lo percibió su hermana Kylie, por lo que ambos decidieron individualmente distraerla un poco entablando una ligera conversación y si era posible, hacerla reír.
Excelencia, ¿Sabía usted que Gigi desea ser diseñadora de modas y tener su propio atelier? –dijo Kylie, sacando a Gigi de sus pensamientos.
No lo sabía, Gigi, ¿Me hablarías un poco más sobre ese deseo que tienes? –le dijo Adler.
Bueno… tú sabes que siempre me ha gustado el diseño de vestidos para damas y de trajes para caballeros, y puesto que en algo tengo que ocuparme ahora que regrese al país, quiero confeccionar vestidos para las Ladies de alta sociedad, así como trajes para los Lords más distinguidos. –dijo Gigi emocionada.
Pues, déjeme decirle Milady, que acaba de conseguir su primer cliente, ya que para mí será un privilegio vestir uno de tus diseños y créeme, alardeare de ello. –dijo el Duque de Wellington, haciendo reír a ambas mujeres.
A los pocos minutos, el cochero anunció el arribo del carruaje al palacio de los Archiduques Imperiales, hecho que llenó a Gigi de angustia, por lo que Adler le susurró:
No temas Gigi, yo no me separaré de ti, ¿De acuerdo? –y al decirle esto, Adler le dirigió una cálida sonrisa, que ella le correspondió, mientras Kylie abrazaba con suavidad a su hermana.
En cuanto los Cavendish salieron de los carruajes, vieron que todos los Remington los estaban esperando en la entrada del Palacio, lo que fue una grata sorpresa para ellos.
Sean bienvenidos a este hogar, que a partir de hoy, también es el de ustedes. –dijo Eric Remington, estrechando la mano del señor Cavendish.
Para nosotros es un honor estar aquí, Alteza. Muchas gracias por recibirnos en su hogar. –respondió el patriarca de la familia Cavendish y toda la familia, hizo una correcta reverencia.
Querida hija, bienvenida a este hogar, que también es el tuyo desde hoy. –le dijo Leslie a Gigi abrazándola con ternura.
Pero, antes de que Giorgiana pudiese contestar, se escuchó una voz decir…
¡Vaya! Pero, ¿Qué tenemos aquí? ¿Desde cuándo este hogar aristócrata se convirtió en un refugio de plebeyos desterrados? ¿Acaso esta es otra de las obras de caridad de la familia del Archiduque Imperial?
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Comments
Ali Aguirre
lo que le hizo el duque a Gigi con tanta humillación ,no lo hubiera perdonado después de tanto dolor 😡
2024-04-17
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Ros Alex Arias
disculpa autora pero no soporto está trama ya lo va a aceptar lo que sería es vengarse con otro de verdad
2022-09-29
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