Emociones a flor de piel.

Palacio del Archiduque Imperial.

¿Cómo se siente tu corazón al estar de nuevo en Inglaterra? A mí me contenta que hayas aceptado volver. –fue lo que Leslie le dijo a Gigi, mientras conversaban tranquilamente.

-Yo también estoy muy contenta de haber regresado a mi país. Sin embargo… yo… No se preocupe. -dijo Gigi y prefirió callar.

Sin embargo, ¿Qué? Mi niña preciosa, confía en mí, por favor. Ten la confianza de decirme con toda libertad cómo te sientes en este momento. Créeme que sí estoy aquí no es para juzgarte, sino para ayudarte a sentirte bien. –le respondió Leslie tomándole suavemente las manos.

Muchas gracias, Milady. Estoy bien, pero me siento muy confundida. Yo amo a Adler, pero aún tengo miedo de cómo reaccionaría él, si de nuevo ponen en duda mi amor y mi lealtad. Sé que está muy arrepentido por todo lo que me hizo, pues ahora soy consciente de que ambos fuimos víctimas de una cruel traición, lo que no significa que yo justifique como actuó conmigo. Sin embargo, en cierto modo lo entiendo. Todo me incriminaba, las pruebas de mi supuesta infidelidad eran muy contundentes. ¿Cómo podía confiar él en mí inocencia? Además, él se sentía burlado y traicionado y eso lo entiendo, pero, ahora tengo miedo de que vuelva a ocurrir lo mismo. –le dijo Gigi con sinceridad.

Tu miedo y tu desconfianza son totalmente razonables, pero te aseguro que Adler está dispuesto hacer todo lo que sea necesario para que lo perdones completamente, y para que vuelvas a confiar en él. Así que por favor, dale la oportunidad de demostrártelo. –le dijo Leslie con absoluta comprensión.

Y, ¿Usted cree que Adler me sigue queriendo de igual forma que antes, a pesar de lo que me pasó hace un año? Porque veo que, aunque él sí me quiere como me ha dicho en innumerables ocasiones, siente mucha compasión por todo lo que me ocurrió. No quiero que se sienta obligado a estar conmigo, sólo porque se siente culpable por el abuso que sufrí. No quiero que Adler esté conmigo sólo porque siente lástima por mí, porque si es así, aunque me duela el corazón, me alejaré de él en cuanto me recupere. –le dijo Gigi.

Cariño, si bien es cierto que, en cierto modo, mi hijo si se siente responsable por lo que te pasó, debido a que él fue el que ordenó tu exilio hace dos años, él te ama íntegramente. De hecho, te diré algo que mi hijo me confesó hace dos meses: él planeaba visitarte en Escocia, pues se puso al frente de una minuciosa investigación poco después de tu exilio, sobre las falsas acusaciones que lanzaron en tu contra. En los últimos seis meses, él se llegó a cuestionar la veracidad de dichas acusaciones.

Milady, ¿Usted cree que ahora los miembros de la corte aceptarían que uno de sus miembros más distinguidos y destacados, como lo es el Duque de Wellington, se involucre sentimentalmente de nuevo conmigo? ¿Usted cree que la Corte y el parlamento me aceptarán, bajo estas nuevas circunstancias? –le preguntó Gigi.

Cariño, tú aún cuentas con el afecto y la aceptación de muchos miembros de la corte, de los Archiduques Imperiales, del Rey y la Reina, y sobre todo, cuentas con el amor y la devoción del mismo Duque de Wellington. No por obligación o porque se sienta culpable, ya que si Adler te ama con total devoción, es porque para él, tú sigues siendo el ser más inocente, más puro y limpio que existe. Adler siente un profundo y auténtico amor por ti mi niña, incluso sin importarle tus presentes circunstancias. –le dijo Leslie con cariño.

Y, ¿Usted cree que yo todavía merezco que un hombre me ame de ese modo y me considere un ser puro y limpio? ¿Aún después de haber sido… violada? –fueron las preguntas de Gigi.

Desde luego que sí, Giorgiana. Lo que te voy a decir a continuación, ha permanecido como un gran secreto de familia durante mucho tiempo. Yo entiendo muy bien cómo te estás sintiendo en estos momentos, porque cuando yo tenía 17 años, yo… yo también fuí violada, por el consejero principal de mi padre, el Emperador de Hungría. Fue el tiempo más oscuro de mi vida, pues yo creí que moriría de tanto dolor. –le dijo Leslie con los ojos llenos de lágrimas.

¡Alteza! Usted también fue… ¡No puede ser! De verdad, lo lamento mucho, mi intención no fue abrirle dolorosas heridas, se lo aseguro. Perdóneme, por favor. –dijo Gigi con asombro y dolor.

No te preocupes, mi niña. Tú no me has hecho nada malo, pero creo que es necesario que conozcas mi historia, para que te des cuenta que es posible volver a ser feliz y hasta volver amar después de un abuso sexual. Como te dije antes, yo tenía 17 años, era una jovencita muy feliz y extrovertida, estaba a punto de ser presentada en sociedad, pero, lamentablemente yo era una joven muy inocente e ingenua, nunca veía la maldad en nadie. Cierto día, el consejero de mi padre me dijo que papá quería verme en el invernadero trasero del castillo Imperial, un lugar muy alejado del castillo. Yo acepté ir con él al lugar indicado, porque creí que papá quería que lo ayudara a darle una sorpresa a mamá, por motivo de su vigésimo aniversario de bodas. Eso me había dicho él y yo le creí; ¡Y como no creerle! Era la mano derecha del Emperador de Hungría, un hombre que tenía toda la confianza de mi familia, incluyendo la mía. Cuando llegamos al lugar, mi padre no estaba allí e inmediatamente, este hombre comenzó a decirme que yo era una mujer muy hermosa e intentó tocarme la mejilla. Cuando yo lo rechacé, el intentó besarme a la fuerza, cuando lo volví a rechazar abofeteándolo por su irrespetuoso comportamiento hacia una Princesa imperial, él me devolvió el golpe, me arrojó al suelo y finalmente… ese desalmado… me forzó a tener relaciones sexuales con él. Yo era virgen y eso fue para mí como estar muerta en vida. –dijo Leslie con honestidad.

¡Dios mío! Eso fue horrible. ¿Cómo pudo hacerle eso, alguien en quien confiaban tanto? Y, ¿Qué pasó con el hombre que la ultrajó? ¿Logró escapar? –le preguntó a Gigi horrorizada.

Afortunadamente, mis gritos alertaron a los jardineros que, rápidamente, llegaron al invernadero y sometieron al agresor, permitiéndome escapar hacia el castillo donde estaba papá. Él, al verme con el vestido rasgado y el rostro golpeado, me preguntó con furia que había pasado. Cuando le dije lo que había ocurrido, mi padre se enfureció tanto que tomó su espada, me agarró de la mano y me llevó de nuevo al invernadero. Allí, los hombres habían golpeado al violador y lo tenían fuertemente atado. Cuando papá lo vio, le gritó que pagaría con su vida el haber lastimado a su mayor tesoro, y diciéndole esto, él mismo le atravesó el corazón con la espada, ejecutándolo en el acto. Luego de que se llevaran el cadáver de el que había sido su hombre de más confianza, papá sólo me abrazó, y llorando, me dijo que todo estaría bien, que nadie me volvería hacer daño, que yo lo superaría y volvería a ser feliz, aunque me llevara un largo tiempo serlo de nuevo. Dos años después de esto, conocí a Eric Remington y, poco a poco, gracias al cariño, a la comprensión y sobre todo, a la gran paciencia que él me demostró, volví a sonreír y me enamoré de él. –fue la respuesta de Leslie.

Y, ¿Usted cree que yo algún día dejaré de sentir este miedo tan paralizante, que vive dentro de mí ahora? –le preguntó Gigi.

Te diré lo que mi padre me dijo un día: si tú te das la oportunidad de sanar, poco a poco recuperaras tu felicidad y tu estabilidad emocional. Por lo tanto, si te das la oportunidad de sanar, yo te aseguro que, muy pronto, el miedo se irá de ti para siempre. –le respondió Leslie, abrazándola con cariño.

Muchas gracias, Alteza Imperial. En este momento siento como si dentro de mí, al fin se cayera esta pesada carga que llevaba conmigo desde hacía un año. Se lo agradezco tanto mi señora; ahora siento que en mi corazón han renacido la esperanza y la paz; y todo gracias a usted. –le dijo Gigi correspondiendo al abrazo.

Quiero que sepas que siempre contarás conmigo, mi niña. Es más, ¿Qué te parece si luego de que te recuperes de la neumonía, tanto tú como tus hermanas se convierten en mis damas principales? Me encantaría que volvieras a la Corte, con nuestro apoyo y protección. –le propuso la Archiduquesa.

Yo… yo… no sé qué decir, supongo que gracias por tan grande honor. La verdad es que sí, si me gustaría ser su dama, mi señora. –le dijo Gigi, evidentemente emocionada y contenta.

De repente, se abrió la puerta y Adler y Eric, entraron con rostros sombríos, dejándolas extrañadas por la intempestiva entrada. Acto seguido, el Archiduque respiró hondo y dijo finalmente:

El Rey acaba de enviar al exilio en un internado de Francia a Giselle, mandó a buscar a mamá y a papá en Austria y… y puso bajo arresto a Scott en la torre, a su vez que le quitó el Ducado de Windsor.

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