capítulo 18

Luego de unos rigurosos chequeos y unas semanas a que mi cuerpo se recuperara, me habían dado el alta. Me encontré con la madre de John, para mi sorpresa era la empleada que trabajaba en la cocina de casa. Yo fingí no tener recuerdos porque no sabía nada sobre el dueño del cuerpo.

Enseguida que salí del hospital, la madre de John y yo nos embarcamos en un taxi, que tenía mucho olor a cigarrillo. Mientras el taxi marchaba hacia el destino que yo desconocía, ella me habló en la trayectoria, tras sus palabras noté claramente la angustia. Me contó un poco de su pasado y como se separó de su hijo tras una mala jugada del destino, y una mala elección que ella realizó, hasta que el día de hoy se arrepiente, pero estaba agradecida que el destino nos juntara nuevamente.

Es extraño, cuando escuchaba su declaración yo empecé a entrar en razón y extrañé por unos segundos a mi madre, ella debería estar sufriendo por mi falta, en ese momento de tanta desesperación no lo pensé mucho, pero ella era buena conmigo, a su manera. Fui un poco imprudente con mis pensamientos.

Al llegar a nuestro destino noto que estábamos en un barrio pobre, la vivienda era muy pequeñas. Yo proseguí a seguir a esa mujer, ella me guio todo el camino hasta la entrada de una casa, abrió aquella puerta roja de madera, la cual estaba un poco deteriorada, tras ella noté un espacio reducido, la entrada solo tenía un sillón verde ubicado hacia la izquierda, también se veía bastante viejo.

-Vamos entra, no te quedes ahí, parado, mirando, siéntete cómodo, como en tu propia casa. -

- Sí, gracias- ingresé cuidadosamente hacia el interior, este cuerpo era más alto de lo que acostumbraba, tanto que mi cabeza casi toca el marco superior de la puerta, tuve que inclinarme un poco para pasar bien si toparme con él.

- Lo siento, pero creo que deberíamos salir a comprar algunos víveres, me estoy quedando con pocos alimentos en la alacena, no sabía que hoy te darían el alta, si no hubiera comprado de antemano. -

-No te preocupes por eso. -

Acompañé a la señora hasta un mercado que quedaba bastante lejos a comprar lo que necesitaba, tras mi recorrido por la calle, sin querer mi cuerpo choca con el hombro de una chica pequeña, no le vi la cara, como ahora soy más fuerte creí que le hice daño, por pena no quise mirar hacia atrás, me avergoncé mucho, solo apuré mis pasos e intenté ser más cuidadoso al respeto.

El día transcurrió normal, ayudé a la señora a traer las compras, realmente cargue muchas bolsas sin esfuerzo alguno, este cuerpo es increíble, lo malo es que me daba mucha hambre y tenía que comer mucho para poder saciarme.

Todas las mañanas que me levantaba tenía una reacción extraña en mi cuerpo, en la extremidad extra que tienen los hombres, las primeras veces me exalté, pero luego me fui acostumbrando. Cada vez que me lavaba la cara y me veía al espejo, veía mi rostro nuevo al cual no podía acostumbrarme, mi reflejo me tomaba por sorpresa cuando me distraía y no era muy consiente de ello, también me causaba lástima pensar que el dueño de este cuerpo haya muerto, se veía tan joven.

La madre de John se despedía todas las mañanas de mí, ella tenía que entrar a trabajar y hasta la tarde no regresaba.

Los días pasaban y la rutina se repetía….

-Ya es hora de irme, dejé alimentos en el refrigerador, nos vemos luego-

-Nos vemos- realmente es un poco vergonzoso tener que vivir con alguien que no conozco bien, y hacerme pasar por su verdadero hijo, pero tengo que admitir que es una madre genial, ella realmente se preocupa por él. “Extraño mucho a mamá”

Tras unas horas a sola me aburrí un poco, me puse a buscar entre las pertenencias de John, las que cargaba durante el accidente, encontré una billetera con un recibo, el cual tenía su dirección. Me dio un poco de curiosidad y quise aproximarme hasta el lugar, de todas maneras, no estaba muy lejos de aquí, y hasta la tarde la madre de John no regresaría.

Tras llegar al sitio que tenía el recibo, noté que era un barrio muy decadente, me aproximé y me encontré con el departamento en el cual él vivía. Estando frente la puerta recuerdo que en las pertenencias no poseía ninguna llave conmigo.

“Si no tenía llave con él, a lo mejor la escondía en algún lado” Revisé en las partes más obvias, primero debajo de unas macetas que estaban en una pequeña repisa, no encontré nada, luego miré que en la entrada había un tapete, me aproximo a levantar el tapete para mirar debajo de él “No creo que esté aquí, es un sitio poco probable”

 Para mi sorpresa la llave estaba ahí “no se esforzó nada en ocultarla… bien, supongo que él era muy despreocupado. ”

Tomo la llave y abro la puerta, tras mirar un poco el interior del departamento me decepcioné, había una pequeña ventana, la cual no tenía cortina, con la luz que entraba del sol, por ella se notaba todo el polvo flotando en el aire, estaba todo muy sucio y lleno de humedad.

-Está bastante sucio, hace mucho que no se ventila. -

Sabía que lo más sabio era arreglarlo un poco, de todas maneras, no pienso vivir por siempre con la madre de este hombre.

La energía llegó a mí, mientras remangaba mis mangas avancé hacia dentro del lugar. -

Toqué el interruptor de la luz, me di cuenta de que no funcionaba. “No importa, mientras entre la luz del exterior es suficiente. ”

En una hora limpiando ya había acumulado unas cuantas bolsas de basura, limpié hasta el último rincón, el contenedor estaba bajando las escaleras, realmente me pareció tedioso tener que llevar todas las bolsas hasta abajo, creí que no la tendría fácil, pero para mi fortuna este cuerpo me dio una sorpresa, no solo pude cargar muchas bolsas a la vez, sino que también no sentí fatiga en ningún momento cuando las cargaba y caminaba con ellas, esto es increíble.

–Que bueno es ser hombre en momentos como estos, ser fuerte tiene sus ventajas. -

Luego de tirar la basura al contenedor regresé al departamento para sacar la última bolsa de basura que me quedaba, me encontré con una enorme y aterradora cucaracha mutante, realmente me dio mucho miedo que grité.

 -¡kyaa!-

 Lo primero que vi fue una silla y me subí sobre ella, el trapo que tenía en mi mano sé lo aventé sin pensarlo, pero fue a parar muy lejos de mi objetivo, entonces me saqué una de mis chanclas, le tiré con todas mis fuerzas.

“Dicen que las mujeres tienen buena puntería usando chanclas, espero que mi mujer interior surja ahora… no sé si esto funcione en un cuerpo de hombre, pero esperemos que si. ”

Cuando tiré mi chancla mi puntería me volvió a fallar, no sé cómo, pero quedo insertada en la pared, le apliqué tanta fuerza que rompió la pared.

 –No puedo creer que termine rompiendo una pared con una simple chancla, la fuerza de este cuerpo no es broma. -

Me saqué la otra chancla y recé a diosa madre reina de las chanclas, la cuales todas las madres le rezan para bendecirlas con la puntería necesaria para educar a sus hijos. Necesito ser certera, ya que no me quedaban más objetos que lanzarle.

-Es ahora o nunca, debería hacer una pose de mujer para que surja suerte en mi lanzamiento. -

Alguien que vivía al lado del departamento se aproximó con pasos muy ruidosos, era una mujer con unos tacones muy altos, ella pasaba por el frente de la puerta, la cual estaba abierta, realmente pudo ver todo lo que pasaba adentro. Como yo siendo un gran hombre estaba sobre una silla sujetando una chancla con una pose afeminada.

El choque de miradas fue vergonzoso, la mujer suspiró mientras ignoró la situación y siguió caminando y entres murmuro habló – Hagamos como que no vimos esto. -

Realmente quería vengarme de la cucaracha, tras toda la vergüenza que me acababa de causar, apenas le aventé mi chancla, la cucaracha salió corriendo hacia afuera, ahuyentada por el estruendo que esta causó al chocar con el piso.

-Uff, menos mal… casi me da una taquicardia, odio los insectos. –

Me bajé de la silla con mis pies temblorosos, realmente debo alegar que fue un digno oponente, para nuestro próximo encuentro no perderé.

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