capítulo 7

Como mi suerte es escasa, mi tranquilidad terminó, una gran sombra se me acercó y cuando levanté mi cabeza para ver quién era el que atajaba la cálida luz del sol, me di cuenta de que era el gorila quien interrumpió mi paz, era obvio que las cosas no se iban a quedar sumisas.

Pude observar un par de personas más que se acercaban junto a él. “Supongo que su ego quedo dañado y vino por la revancha, por donde lo mire salir ileso, de esto es difícil.”

-No te moleste de escapar, Si quieres puedes ponerte de rodillas y suplicarme, que no te haga daño, después de todo eres mi novia. Puedo ser un poco flexible contigo, si te arrepientes de todo el problema causado esta mañana. –

 Su mirada pervertida no dejaba de molestarme, yo observé hacia todos lados para escoger sabiamente por cuál lugar escabullirme, pero inevitablemente había mucho público. Esto es un dolor de cabeza, creo que  los problemas siempre me están buscando, no importa cuántas veces cambien de cuerpo siempre estaré metido en malas circunstancias. Seguí sentado y me mantuve tranquilo mientras se me ocurría la forma de salir de esta.

-¿Seguro que tú no eres el que tiene miedo? -

- ¿Qué? -

- Solo mira cuanta gente has traído contigo para intimidarme, demuestra claramente quien está con miedo. -

- ¡Qué tontería!, ¿hablas en serio?, yo puedo encargarme de ti sin ayuda de nadie. -

“Mordió el anzuelo, lo tengo donde quería y si mantengo mi actitud arrogante lo haré enojar aún más. ”

 Me levanté del banco, di cortos pasos para ponerme más cerca, así doy una impresión más desafiante.

-No sé si estás alardeando. -

Son una escoria aquellos que se aprovechan de los más débiles, no merecen piedad. El tipo estaba tan enojado que me atacó sin dudarlo, actuó tan imprudente tirando un puño directo a mi cara, era demasiado lento, levanté mi pierna fuertemente y alto llegando a golpear en la barbilla de ese cretino, él calló fácilmente, no pensé que lo derrotaría tan fácil con este débil cuerpo, hasta es vergonzoso…

Gracias a ello me he ganado toda la atención de los testigos. Estaba en gran aprieto.

Me alejé corriendo de la montonera de gente, antes que entre todos me patearan el trasero. Mientras me escabullía me choqué con un sujeto, a levantar mi mirada me di cuenta de que va a mi clase y se sienta delante de mí.

-Mira por dónde vas. -

-Lo siento, traigo prisa. -

-Ten más cuidado, la próxima vez. -

Este chico tiene una cara muy antipática, habló de una manera muy detestable, parecía llamarle la atención los sucesos que sucedían atrás de mi espalda, estaba el gorila en el suelo aun y la gente a su alrededor, los sucesos que yo cree. Él se acercó a observar y yo proseguí a escapar. Entré hasta el pasillo donde había más profesores, los chicos no armarían tanto problema en presencia de docentes.

Luego de un frustrante día y estar corriendo por todo lado escabulléndome, otros problemas me encontraron.

Una chica morocha alta de hombros anchos parecía un albañil con senos, me pechó contra una pared y me quede desconcertado, pensando el motivo de su actuar.

-Te advierto que tengas cuidado de no entrometerte en el camino de Helen. -

“¿Qué clase de argumento infantil es este?”

-No recuerdo de estar metiéndome en su camino, ¿esto es un tipo de amenaza? -

-Digamos que lo es, solo quiero asegurarme que respete tu lugar. -

-Ya veo, aprovechas tus atributos físicos para atormentar gente más pequeña que tú. -

-Hablas demasiado, deberías aprender lo que es peligroso, eres tan imprudente como un niño pequeño cuando sus acciones son hechas sin usar la razón. -

El albañil con seno estaba acompañado de una chica a su lado, rubia, de estatura baja y delgada, se reía macabramente mientras contemplaba los acontecimientos, masticaba un chicle de manera repugnante. A  una distancia corta noté la presencia de Helen, estaba mirándome como un rey miraría a un plebeyo, creo que encontré unos enemigos muy potenciales. El timbre toca y creo que me salva de un problema grande, las chicas que querían atormentarme se retiraron.

“A esto, si se le puede llamar, ‘salvado por la campana.’”

-Esta vez la dejaré pasar, pero te aconsejo tu buena suerte no durará toda la vida.-

Estoy acostumbrado a estar con más mala suerte que con buena, no me extrañarían en absoluto que las circunstancias sean perjudiciales. Al entrar a clases noté que mi mochila ya no estaba, inmediatamente la busqué, pero no estaba dentro del salón, tomé la primera clase sin hacer absolutamente ningún apunte. Llegó el momento de la rotación de profesores, en este momento Sergio el profesor de química dicta las clases, como todo profesor exigente se dio cuenta de que no estaba escribiendo.

-¿Luna por qué no estás tomando apunte de lo que dicto?-

-Disculpé profesor, no encontré mi cuaderno. -

-Sal de mi clase. -

-Está bien. –

“Que bueno, más recreo.”

Mientras salía por regaños del profesor, algunas risas que apenas eran audibles surgieron.

Decidí ir al patio esperando a que la última hora pasara para poder retirarme, encontré mi mochila tirada entre los arbustos, estaban mis cuadernos, rotos, Rallados y mojados, no sé qué clase de broma sea esta, pero no me afectó en lo absoluto.

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