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Alaia:

Sinceramente no esperaba caerles bien a los padres del señor Wesley, pues cuando él aclaró el hecho de que trataban de emparejarlo con alguien más.. Simplemente creí que si o si debería ser la persona que ellos escogieron para él, pero al parecer no era lo que pensaba.

Luego de la vergüenza pasada en la noche gracias a las palabras del señor Sahun Wesley, puedo decir que mi nueva vida estaba agradandome.

Ya no tenía que despertar temprano por la mañana debido a un balde de agua fría lanzado por Robert o a los terribles dolores de cabeza que me daba luego de que me sacara de la comodidad de la cama Halándome el cabello, siento que ahora todo es y será distinto, aunque solo dure 3 años.

Desperté agitada al no escuchar la alarma, pues pese a que mi subconsciente supiera que ya no vivía en aquel lugar.. Mi mente lo olvidó por un momento y desperté agitada, con grandes ganas de llorar debido a la cruel vida que ese sujeto me hizo vivir.

- Veo que ya despertaste.- una voz fría me asustó, por lo que busqué en la habitación aquella voz hasta dar con el rostro del señor Sahun. - Estaba por despertarte al ver como temblabas pero creí que sería una mala idea y opté por sentarme a esperar a que despertarás.

-Yo.. ¿Como entró? Recuerdo haber puesto seguro en la noche. - respondí avergonzada, pues esa era la única manera de evitar que Robert entrara muy temprano para lastimarme.

- Es mi casa, tengo copias de llaves. - respondió con obviedad y asentí para luego ver las sabanas que cubrían mis pies. - ¿Porque pones seguro en la puerta? Aquí nadie puede entrar a menos que le des permiso.

- No te di permiso de entrar.- respondí volviendo mi mirada a él.

- Todos deben de esperar fuera hasta que les des el pase, todos menos yo. - respondió él, para luego ponerse de pie. - Ahora contesta mi pregunta.

- Luego de ser despertada cada mañana con brusquedad o heridas inmediatas debido a que Robert entraba en mi habitación.. Sentí que el seguro en la puerta podría mantenerme segura, lejos de su alcance si quiera hasta que me levantara y me despejara por completo, luego de eso ya no importaría si tenía que ser golpeada. - conté, viendo con dolor mis manos, como si aún dolieran como aquella vez cuando las colocó en el borde de la puerta por primera vez y luego cerró con fuerza para que supiera que no debía poner seguro, algo que me importó poco, pues seguí haciéndolo pese a el dolor.

- ¿Porque tienes esas cicatrices? - preguntó y volví mi mirada a él, notando como veía mis manos.

- Éste fué el recuerdo que me dejó por haberle puesto seguro a la puerta de mi habitación. - respondí sonriendo con amargura. - Creo que jamás le simpatice.

- ¿Y hasta ahora lo crees? - preguntó con molestia, sentándose a mi lado y tomando mis manos. - de seguro te habrá quebrado algunos dedos.

- Sólo pequeñas fracturas. - respondí sonrojada al sentir sus suaves caricias en mis manos.

- Alaia, ya no tienes porque temer, aquí nadie puede hacerte daño y quien intente si quiera pensar en esa idea.. Se las tendrá que ver conmigo primero. - lleva mis manos hasta sus labios y las besa a ambas, como si tratara de borrar esas cicatrices. - Le haré pagar caro por esto. - añadió, para luego soltarme y ponerse de pie.- En fin, date un baño y baja a desayunar, en cuanto termines iremos a la casa de campo para presentarte el resto de la familia. - agregó y asentí haciendo a un lado las sabanas para luego ponerme de pie y ver su tonificado cuerpo dirigirse a la puerta. - por cierto..- añadió volteandose a verme. -  De seguro no podré estar todo el tiempo sobre ti así que.. Mantente alejada de Marcus y Victor. - dicho eso, salió sin darme tiempo a preguntarle sobre esas dos personas.

Ya qué, si quiero estar bien tendré que obedecerle, de otra manera sé que tendré que pagar caro las consecuencias.

Dejando mis pensamientos a un lado, me dediqué a observar el bello cuarto de descanso que Sahun hizo preparar para mí y sonreí, es realmente hermoso aparte de que tiene una vista espectacular a el jardín de la casa, el cual a simple vista parece descuidado.

Volví mi mirada a el interior de la habitación y caminé en dirección a el guarda ropas, donde nuevamente me sorprendo y sonrió ampliamente al notar todas las hermosas prendas que había guardadas.

Corrí a el cajón de los zapatos y al igual había innumerables pares que esperaban ser utilizados por su nueva dueña.

Sonreí como una tonta y tomé lo que más llamó mi atención, para luego dirigirme al cuarto de baño y tomar una deliciosa ducha. Al salir de este, sequé mi cabello y luego me vestí con lo que había escogido para luego sentarme frente al espejo y arreglarme para la ocasión.

Si bien tenía a mi disposición todo tipo de maquillajes, solo opté por aplicar un poco de delineador para hacer resaltar mi mirada y un poco de color claro en mis labios, jamás fuí de utilizar demasiado maquillaje y gracias a eso podía contar con una piel bastante cuidada.

Busqué en el primer cajón un cepillo para el cabello y por simple curiosidad abrí los dos que quedaban, mis ojos se abrieron más de la cuenta al encontrar en estos todo tipo de joyería.

- Guau.. Son todas preciosas.- comenté mientras las acariciaba, sin embargo no pensaba usar nada de eso, me era suficiente con llevar el collar y los aretes que mi madre me regaló un tiempo antes de morir.

Dejando todo en su lugar y ya lista para salir, tomé mi antigua cartera y salí de la habitación dirigiéndome a el comedor de la casa (el cual Sahun se tomó el tiempo de mostrarme en la noche) para poder desayunar junto a mi ahora esposo, aunque.. Él no estaba aquí.

- Joven señora, buenos días. - escuché decir a Tía Amanda.

- Buenos días tía a manda, por favor solo llámame Alaia.

- Te diré mi niña, suena mejor. - contestó tía Amanda y sonreí asintiendo.- ¿Que deseas beber ? ¿Té, Café o chocolate? - (¿Chocolate? Desde que tengo uso de razón jamás he podido si quiera en pensar beber chocolate como desayuno, era la primera vez que oía a alguien ofrecerlo.)

- ¿Chocolate? - pregunté viéndola con sorpresa y ella asintió. - Yo.. Jamás he probado eso antes. - dije bajando mi mirada avergonzada.

- Entonces le traeré para que lo pruebe, el joven Sahun suele tomarlo luego de la cena o en la madrugada. - respondió con amabilidad y asentí viéndola salir con una sonrisa en su rostro.

Si bien no sabía a que sabores me enfrentaría, estaría dispuesta a decir que todo estaba delicioso, pues viviendo de prestado uno no puede quejarse de nada.

Solo debí haber pedido café.

Bajé mi mirada a la mesa y pude notar que había todo tipo de bocadillos, rebanadas de pastel y demás. ( El señor Wesley parece un fanático de las cosas dulces.)

- Aquí tienes mi niña, espero que sea de tu agrado. - dijo tía Amanda mientras colocaba frente a mi una gran taza, de la cual salía un agradable olor que te hacía babear.

- Gracias tía Amanda.

- Por nada corazón. -respondió con una dulce sonrisa. - Por cierto, deberías de probar alguno de los bocadillos, no se suelen cocinar a menudo en esta casa pero.. el joven Sahun dijo que quizás a ti te gustaría comer alguno y pidió que prepararemos todos estos, ya que no sabía cuál te gustaría. - Añadió dejándome sorprendida y solo asentí. (Él.. hizo que prepararan todo esto para mi.)

Mientras ella acomodaba una que otra cosa, yo tomé aquella taza y la llevé hasta mis labios para luego probar la delicia más grande del planeta. ¡Esto realmente sabía delicioso!

- Tía Amanda yo.. No te agradecí por ayudarme en la noche con señora Carolina, realmente estoy muy agradecida por ello. - dije mientras veía el contenido delicioso de la taza.

- No tienes que agradecer por ello, al contrario.. Yo estoy agradecida contigo por aceptar ayudar a mi niño Sahun. - respondió ella y la ví. - Sinceramente tampoco estaba de acuerdo con el mayor Wesley. La mujer con la cual quería casar a mi niño realmente es una mujer malvada, Dios quiera que nunca se le cruce en el camino. - respondió con tristeza y la ví por un momento, estaba a punto de preguntarle por ello pero entonces la escalofriante voz de Sahun apareció detrás de mi.

- Alaia, quiero que tengas esta tarjeta para que puedas comprar lo necesario, no hay problemas con los gastos, es una tarjeta sin límites. - dijo él, mientras colocaba en la mesa dicha tarjeta. - Y a partir de la próxima semana tendrás que incorporarte en la empresa para que seas quien maneje el asunto del nuevo proyecto, no puedo permitirme fallar o tendré serios problemas con mi abuelo. - añadió y asentí.

- Acepto gustosamente unirme a su empresa ya que eso me beneficiará para hacer mi pasantía pero.. No necesito la tarjeta. - respondí devolviendosela. - ya es bastante el que me de un hogar y comida, no quiero que tenga que gastar más de lo necesario, no voy a abusar de su hospitalidad.

- Alaia, no estoy preguntándote, estoy diciendo que la tomes y punto.- contestó molesto y negué. - Bien, ¿que pasará cuando tu periodo llegue y no tengas para comprar lo necesario? ¿O si por casualidad tu móvil se rompe y necesitas reponerlo? - Preguntó y bajé mi mirada avergonzada.

- Se supone que usted me dará un empleo y no creo que me haga ir de gratis. - respondí, escuchando un suspiro pesado de su parte. - Me conformaré con un salario mínimo pero quiero ganarmelo, no que me lo regale solo por un favor.

- Eres mi esposa ahora, todo lo que poseo te pertenece prácticamente. - respondió y me puse de pie inmediatamente viéndolo con seriedad.

- No. Lo suyo es suyo, no mío y solo soy su esposa a beneficio de ambos, no puedo simplemente permitir que diga eso.

- A beneficio o no has firmado un acta matrimonial en la cual dice que eres mi esposa, por lo tanto tienes derecho a utilizar todo lo que se te de la gana. - respondió mientras me observaba de pies a cabeza. - eso incluye las joyas que he comprado para ti.

- Estoy bien así, no necesito nada más y con respecto a las joyas.. Agradezco el acto pero llevo conmigo este collar a donde quiera que vaya y no pienso quitármelo ni siquiera por la joya más cara del mundo. - respondí para luego suspirar. - Solo deme la satisfacción de poder obtener mis cosas por méritos propios, no quiero depender de usted.

- Pero eres mi esposa y..

- Su madre me ha dicho que peleara con usted para que me diera un sueldo y eso es lo que haré, no quiero su tarjeta ni nada regalado, solo quiero que me pague por mi trabajo. - sentencie y él me observo por un momento para luego asentir.

- Como quiera. - respondió molesto para luego tomar su tarjeta y salir del comedor a grandes pasos.

Suspire y volví mi mirada a Tia Amanda quien me veía con una sonrisa.

- Se molestó ¿verdad?

- Eres la primera mujer en rechazarle algo a mi niño, pero no creo que tu actitud lo moleste, simplemente quizás le cueste entender como es posible que exista una mujer capaz de negarse a una tarjeta de crédito sin límite alguno. - respondió sonriendo y volví a sentarme.

- Creo que sería demasiado pedir si la acepto, es demasiado lo que está haciendo por mí.

- Es aún más lo que tú haces por él y si tiene el deseo de complacerte es para agradecer tu enorme ayuda. - añadió y baje mi mirada pensativa.

- Creo que ésta será una lucha constante por ver quien le debe más a quien. - comenté, haciendo una mueca de disgusto y escuché una tierna risa por parte de tia Amanda.

- Lo gracioso Será cuando ambos se enamoren de verdad, allí si que pelearán como locos pero buscaran la forma de mantenerse juntos. - comentó y sentí mi rostro arder ante sus palabras.

- Que cosas dices tía, Sahun y yo solo estaremos casados por tres años. - contesté mientras tocaba mis mejillas. - Ni él siente nada por mí, ni yo por él y ambos tenemos en claro que ninguno de los dos quiere enamorarse.

Finalizado eso, ví a la mujer negar con una sonrisa para luego salir sin agregar nada más.

Sahun solo es mi héroe y.. Estoy muy agradecida con él.

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Comments

Graciela Saiz

Graciela Saiz

los dos se niegan, pero terminarán enamorados hasta los huesos 🫣

2024-09-29

0

Elvira Fretes

Elvira Fretes

mmm Alaia que, equivocada estás, los dos se gustan y están cerca del amor. Espero que esa víbora no llegue a estropear está relación.

2024-05-15

1

Irma Rocha Cruz

Irma Rocha Cruz

no chiquita...ya te estás enamorando de él...

2024-04-15

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