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Sahun:

No podía ser, ¡justo en este momento tenían que venir a arruinar mis planes! Pero esta claro que eso no será así, ya mismo resolveré este inconveniente.

- Fran, dirigete a casa del juez Scoot. - dije a mi asistente quien solo asintió sin preguntar nada y luego voltee mi mirada a Alaia. - Espero que hayas traído contigo toda la documentación que necesitaremos para el matrimonio.

- La mentablemente no. - respondió ella viéndome con pena.

- ¿Es que acaso sales indocumentada a la calle? - pregunté con molestia viendo como su hermoso rostro se sonrojaba.

- No es eso.- respondió bajando la cabeza.- Mi tarjeta de identidad siempre va conmigo pero.. No creo que salir con un certificado de nacimiento sea algo que las personas hacen con normalidad.- agregó y me sorprendí. (En ese punto tenía razón, pues ni siquiera yo traía conmigo dicho papel.)

- Tiene razón en ello, pero supongo que en su casa ha de tenerlo a mano.- agregué y ella asintió con culpa por lo que suspire y mire a Fran quien sonrió y cambio el rumbo de nuestro viaje.

Media hora mas tarde me encontraba en la mansión de los Wiscond observando como Robert (quien acababa de llegar) me observaba con curiosidad mientras su hija buscaba dentro de su cuarto dicha partida de nacimiento.

- ¿Hay algo que desee? - pregunté con molestia al hombre quien sonrió y asintió.

- Señor Wesley, sabe como nadie que mi respeto hacia su persona es muy grande.- comentó.- Pero aún así.. No tengo entendido aun que pretende con mi hija y porque razón se la quiere llevar a la fuerza, usted me debe una explicación.

- Tiene usted toda la razón y creo que aclarando este punto ahora nos evitará un encuentro mañana.- respondí para luego acomodarme sobre el sofá.- ¿Cuanto quiere para poder casarme con su hermosa hija?

- ¿Esta usted tratando de comprarme a mi hija?

- ¿No era usted quien quería venderla desde un principio? - pregunté ozcamente y lo veo sonreír.

- Se confunde. - respondió.- si bien quiero que mi hija se case con usted pero.. Eso no quiere decir que quiero dejar de verla, después de todo es mi deber como padre permanecer en su vida y..

- Ni yo tengo deseos de tenerlo como familia, ni ella lo echará de menos. - interrumpí para luego ponerme de pie.- Diga ahora cuanto dinero quiere por ella y ya luego no tendrá que volver a vernos.

- Pero..

- Solo tiene 5 minutos para pensar la suma, si no lo resuelve.. Saldré de esta casa con esa mujer y sin poner un solo peso.- sentencie dejándolo completamente en silencio mientras veía mi reloj.

Se cuales son sus intenciones y creo que finalizando con dinero todo.. Tanto yo como su hija nos libraremos de este sujeto cuanto antes, porque al solo verlo a los ojos puedo saber que su interés no esta en el bienestar de su hija sino en mi cuenta bancaria.

- Han pasado 4 minutos.- añadí luego de un largo silenció. - Y ella no tardara en bajar.

- Muy bien, usted gana.- Respondió poniéndose de pié también. - Quiero..

- Espere.- lo detuve y voltee mi mirada a Fran.- Enciende la grabadora porque no nos iremos de aquí sin una prueba. - Él asiente y luego de que la grabadora sea encendida.. Volví mi mirada a el desesperado hombre. - Continue.

- Quiero la suma de 500 Millones para entregarle a mi hija. - Contestó y Sonreí sin poder creer cuanta razón tenía.

- ¿Cree que su hija vale 500 millones? - pregunté viendo la desesperación en el rostro del hombre.- Muy bien, con tal de que nos deje a ambos en paz.. Le daré lo que me pide, pero sepa desde ya que no podrá acercarse jamás a ella y si llegara a cruzarla por la calle y se atreve a hablarle o tratar de acercarse.. Lo demandaré.

- Tenemos un trato. - finalizó y asentí satisfecho.

Mientras Fran firmaba el cheque mi mirada quedo sobre la mujer que veía el piso con tristeza, quizás y pensaba que estaba tratando de negociar con su padre para comprarla como si fuera una esclava pero lo que en realidad estaba buscando con todo esto.. Era una forma de liberarla para siempre de este sujeto.

- Alaia, puedes recoger tus cosas.- dijo Robert mientras veía el cheque con una gran sonrisa en su rostro.- Ahora eres propiedad de el joven Wesley. - ella solo asintió con tristeza para luego girar, pero la detuve.

- Mi futura esposa no necesita llevarse nada de aquí, señor Wiscond, yo le daré todo lo que necesite de ahora en más y no vuelva a referirse de esa manera, porque si bien le he dado dinero por ella.. Eso no quiere decir que sea un objeto que puede comprarse en cualquier lugar.

Una vez arreglamos todo, me dirigí a su encuentro tomándola por la mano, la saqué de esa casa y nos pucimos en marcha rumbo a casa del juez Scoot.

- No es lo que piensas. - dije mientras veía al frente.

- No he dicho nada señor...

- Cierra la boca.- la interrumpí. - No es necesario oírte decir algo para saber lo que pasa por tu cabeza. - continúe. - Se bien que te sentiste como un objeto siendo comprado en una tienda pero lo cierto es que no es así.

- Nunca creí eso, pues nunca compraría un objeto sumamente caro.- respondió con desánimo. - Creo que usted prefiere mejores cosas y 500 millones son demasiados para el valor que puedo llegar a tener. - volteé mi mirada a ella notando la triste sonrisa en su rostro.- Un objeto por mas llamativo que sea.. Debe de verse intacto, sin embargo por más de que por fuera parezca un diamante pulido.. Las cicatrices que me acompañan me hacen saber que mi cotización seria aun mas baja de la que alguien podría ofrecer. - vuelve su mirada a mi.- No tendría que haber pagado tanto.

- Que tonterías dices.- respondí con molestia.- Una persona por mas dañada que esté, no tiene precio alguno y lo que su padre acaba de hacer es lo más bajo que pude haber visto en toda mi vida.

- No comprendo.

- Su padre me a pedido una miseria de dinero a cambio de entregarmela. - contesté volviendo mi mirada al frente.- Al principio pensé que estaba equivocándome y que su padre acababa de tomar conciencia al saber que ninguna suma sería suficientemente grande como para comprar un tesoro como usted pero.. Terminé equivocándome, él ni siquiera sabe cuanto a perdido. - volteo a verla notando un brillo de esperanza en sus ojos.- No me mal entienda, usted es solo un beneficio para mí pero creo que haber terminado toda relación con su padre la librará de un problema mayor cuando nuestro matrimonio se termine. - Ella asintió volviendo su mirada al frente.

- Creo que no me bastará la vida para agradecerle su generoso acto, pero sepa que lo ayudaré en todo lo que me pida y no seré una carga para usted, en cuanto los 3 años se cumplan.. Me marcharé dejandolo ser feliz. - añadió y la observé por un momento; sin embargo no agregue nada más. - Por cierto, ¿no tiene que ir por sus papeles?

- El juez ya los tiene y está esperándonos. - respondí de forma cortante para luego volver a mi amado silencio.

...

Una hora después estábamos firmando aquel acta matrimonial y mi sorpresa fué mayor de la que me esperaba.

- ¿Porque tu acta solo lleva el nombre de "Alaia Montero"? - pregunté con molestia. - ¿Acaso no eres tú la primera señorita Wiscond?

- Adoptivamente lo soy, aunque jamás e dicho que soy hija legítima de Wiscond. - respondió viéndome.- Él era solo mi padrastro. - abrí mi boca sorprendido para luego asentir, me satisfacía aún más el hecho de saber que ella no era tan cercana a ese sujeto y en parte ahora podía comprender el porque de sus malos tratos.

- Me alegra que lo dejaras claro a tiempo, de no haber sabido jamás de esto durante los próximos tres años de matrimonio, me molestaría bastante. - respondí con indiferencia para luego tomar la libreta matrimonial que claramente tenía la fecha de un mes atrás.

Volteo mi mirada a Alaia y noto la pregunta en sus ojos.

- Debo de adelantarte que mis padres están llegando y no puedo permitir que nuestra libreta matrimonial tenga justo la fecha en la cual nos casamos, debe de tener un tiempo antes, solo de esa forma no nos molestarán. - Respondí y ella sorprendida asintió.

Luego de pagar los honorarios del juez, tome su mano y salimos del lugar para volver a montarnos en mi carro y dirigirnos a mi hogar y a su nuevo hogar.

- Usted dijo que sus padres no deberían de sospechar que acabamos de casarnos pero me temo que eso será inevitable. - comentó y la vi con mi ceño fruncido. (¿Acaso ella pensaba decirles la verdad? )- No tengo ni siquiera una muda de ropa en su casa como para haber estado un mes antes allí y aparte de ello.. No creo que usted este cómodo durmiendo en una misma habitación conmigo.

- En primera, si sigues tratandome de " usted" está muy claro que sospecharan, en segunda.. Hay ropa suficiente para ti en mi casa, porque ya me he anticipado a todo y por último, no veo la necesidad de compartir la habitación. - respondí y ella suspiro.

- Muy bien, sus dos primeros puntos me quedaron claros pero.. Si sus padres piensan pasar la noche en su casa me temo que es motivo suficiente de sospecha. - voltea su mirada a la ventanilla. - si estamos casados, ¿Porque no compartimos la habitación? - me sorprendí ante sus palabras. (¿Acaso no le quedaron claros los puntos por los cuales nos casamos? ) - Para mi estaría más que bien el no compartir habitación ¿pero para sus padres? ¿En verdad cree que no sospecharan? - así que por ahí venía la cosa, pues la verdad no pensé en ello.

- Bien, creo que durante su estadía compartiremos habitación pero en cuanto ellos se marchen, usted tendrá su propia habitación y se mantendrá alejada de la mía ¿De acuerdo? - ella volteo a verme y abrió su boca para responder pero rápidamente la cerró y luego asintió.

Dejando por fin todos los puntos claros, continuamos el camino sin mencionar más nada hasta que después de media hora llegamos a mi humilde hogar.

- Bienvenida a casa, Alaia. - su cara de asombro al ver el lugar en el cual viviría, sería la fotografía mejor guardada que tendré para siempre en mi memoria.

- ¿Casa? Esto parece más un castillo que una casa.

- Es solo una humilde morada en la cual vivirá 3 años, aunque no me importaría dársela en el divorcio. - respondí levantando mis hombros y viendo su cara aún más asombrada. ( Pobre mujer, a pesar de que Robert ha tenido bastante dinero.. Puedo asegurar a que jamás le ha comprado si quiera un par de aretes por puro cariño.) - Por cierto. - metí la mano en el bolsillo de mi saco y saqué tres anillos, el del supuesto compromiso y los dos de boda. Luego de colocar los dos en su dedo, le extendí el mío notando la confusión en sus ojos. - Hagamos algo real y sea usted quien coloque mi anillo. - ella entendió el punto y asintió colocando el anillo para luego verme y rápidamente acariciar mi mejilla, algo que me sorprendió.- ¿que está..?

- Cariño, creo que olvidaste mencionar que hoy teníamos visitas.- comentó y frunci mi ceño con confusión para luego girar y ver a mis padres a solo unos pasos de nosotros.

- Oh.. Yo, quería darte la sorpresa.- respondí sonriéndole para luego tomar su mano y caminar en dirección a mis padres. - Madre, padre, sean bienvenidos.

- ¡Eres un..! - dijo mi padre he intentó levantar su mano contra mi pero fué detenido por mi madre, quien rápidamente lo reprendió con la mirada. - ¡Debió de si quiera invitarnos a la ceremonia de compromiso! - gritó molesto y Sonreí.

- Deja de comportarte como un infante.- lo reprendió mi madre para luego voltear a vernos y sonreirle con dulzura a Alaia. - Es la clase de nuera que me esperaba, hermosa como mi hijo, ¡de seguro mis nietos serán preciosos! - añadió con un brillo en sus ojos mientras Alaia sonreía con pena.

- Digamos que por el momento estamos bien sin hijos.- comenté para luego llevar la mano de la mujer a mis labios y dejar un tierno beso en ella. - ¿ No es así, cielo? - ella asintió para luego volver su mirada a mis padres.- Les presento a mi hermosa esposa, Alaia Montero de Wesley.

- Un gusto conocerlos por fin, señores Wesley.

- ¡Oh Dios! Que muchacha mas educada, el gusto es todo nuestro tesoro. - respondió mi madre para luego caminar a ella y abrazarla dirigiéndola luego dentro de la casa.

Volteé mi mirada a mi padre encontrando a ese hombre frío de siempre quien me veía de forma amenazante, se porque estaba aquí y estaba preparado para escuchar sus quejas otra vez, aunque no quisiera.

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Comments

Elvira Fretes

Elvira Fretes

buena actriz Alaia, y comienza el juego

2024-05-15

2

Irma Rocha Cruz

Irma Rocha Cruz

jajajaja.... qué excelente actuación de Alaia.......

2024-04-15

1

Irma Rocha Cruz

Irma Rocha Cruz

imagino su humilde hogar... mansión de poca madre.... habitaciones de invitados...etc . etc ...

2024-04-15

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