Capítulo 1

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Mi vida era como cualquier chica otra a mi edad, aunque a veces tenía mis altas y bajas como si fuera una montaña rusa.

Hacía poco había cumplido veintiuno años y estaba estudiando en unas de las mejores universidades del país.

Mis padres se divorciaron hace dos años porque ya no se soportaban se la pasaban todo el día peleando como si fueran adolescentes, ósea como yo.

Si, me consideraba aun una adolescente porque apenas estaba comenzando a vivir la vida y sentir lo que todo un joven debería de sentir.

Él caso es que era una chica estudiosa, pero también me gustaba demasiado la fiesta, no me perdía ninguna sola fiesta que se hacía casi todos los findes de semana.

Vivía con mi padre, fue una decisión algo difícil para mí ya que yo quería a mis dos padres por igual, pero tengo que admitir que tenía una mejor relación con mi padre.

Mi madre se la pasaba viajando por su trabajo ya que se dedicaba a los negocios, la veía poco pero cuando ella volvía venía cargada de regalos como si intentara llenar ese vacío que había entre madre e hija.

Bueno yo no lo consideraba vacío cien por cien, pero mi madre lo veía así.

Me encontraba en la universidad en la clase de matemáticas faltaba solo dos minutos para que sonara la campana finalizando la clase.

Observo mi móvil contando los segundos que quedaban ya que siempre en esta clase me aburría bastante.

Siento que algo me golpea el brazo, ladeo mi cabeza viendo a una de mis mejores amigas agitar su mano para después señalar mi mesa avisándome del pequeño papel echo bola que me había tirado.

Alzo mi ceja negándola con mi cabeza para después coger el papel abriéndolo viendo lo que había escrito con boli.

"Esta noche hay una gran fiesta en la casa de los Rodríguez tienen piscina así que te recomiendo que te pongas guapa y no te olvides de ponerte un sexy bikini"

Levanto mi cabeza mirándola de nuevo haciéndola una seña con mi mano diciéndole que sí.

Justo la campana suena y al segundo todo el mundo se levanta de sus sillas saliendo de la clase a una gran velocidad.

Se notaba bastante que hoy era viernes...

-¿Tu padre está en casa Alice? - me pregunta mi mejor amiga Alaska cuando se acerca.

-No, llega a las seis de trabajar, ¿Por qué? - ella sonríe traviesa.

-Perfecto, lo suficiente para que te ayude a elegir la ropa y el bikini perfecto de esta noche – me contesta sin despegar esa gran sonrisa de su rostro.

Suelto un quejido de dolor cuando alguien fuertemente choca su hombro con él mío, miro en esa dirección viendo una espalda ancha que seguía caminando como si nada.

-¡EH TU! Imbécil a ver si miramos por donde vamos la próxima vez – le reprendo sin poder ver bien de quien se trataba.

Miro de nuevo a Alaska dándome cuenta que se había quedado petrificada o más bien anonadada.

Paso mi mano agitándola por delante de su cara haciendo que saliera de su mundo.

-¿Ahora a ti que mosca te ha picado? - la pregunto alzando mi ceja cogiendo mi mochila para llevarla a mi espalda.

-Oh dios mío... - suelta agitada haciendo que la mirase aún más extrañada que antes. - Era Jackson – comienzo a caminar saliendo de la clase.

-¿Ese no es el que está en el equipo de futbol americano? - la pregunto sin recordarlo muy bien.

-Exacto Alice esta super bueno además de ser lo más populares y malotes – ruedo los ojos cuando la escucho.

Esta universidad era algo extraña ya que no era como las demás ya que aparte de estudiar si jugabas a algún deporte como el futbol americano tenías la beca más asegurada.

-Él típico tío que se enrolla con todas las animadoras del equipo para hacerse el machito – la contesto saliendo al patio donde estaban comenzando a entrenar justamente él equipo del tal Jackson.

Alaska me coge de mi brazo apretándolo cuando Jackson sale de los vestuarios vestido para entrenar con los demás.

Meto la mano en mi bolsillo derecho sacando un pañuelo poniéndolo debajo de la barbilla de Alaska.

-Toma que se te cae la baba – la digo riéndome de ella al verla tan embobada.

Ella sale del trance dándome en la mano haciendo que se cayera al suelo el pañuelo.

-Vámonos anda tenemos cosas que hacer – me coge de la mano caminando hasta la salida.

Cuando salimos nos encontramos con Valeria y Lucia nuestras mejores amigas, éramos un grupo muy unidos ya que siempre salíamos juntas a todos lados.

-¡CHICAS! - grita emocionada Alaska. - ¡Esta noche nos divertiremos! - Valeria y Lucia se ríen de Alaska.

-¿Vas a ir? - me pregunta Lucia a mí.

-Claro que si, ya saben que si van vosotras yo no me lo pierdo por nada del mundo - la contestó con una gran sonrisa.

Caminamos juntas parándonos cada vez que llegábamos a la casa de cada una hasta que me volví a quedar sola con Alaska llegando seis minutos después a mi casa.

Soltamos las carteras en el sofá subiendo rápido las escaleras hasta llegar a mi cuarto.

Alaska abre mi armario comenzando a observar toda mi ropa y los vestidos que estaban colgados en los percheros.

-¿Tú crees que yo le gusto a Diego? - me pregunta cuando me siento en mi cama dejándome caer.

-¿Esa pregunta Alaska? Os he visto muy pegados últimamente en los pasillos antes de clase así que supongo que si – la contesto, sincera.

No era la mejor amiga dando consejos amorosos sinceramente, ya que yo no es que hubiera tenido las mejores relaciones con chicos.

Solo había tenido una relación seria que duro un año y medio desde esa relación no he tenido ninguna más y ya han pasado dos años desde eso.

Ni si quiera he buscado el amor como dicen, solo me he limitado a pasármela bien desde que me rompieron el corazón cuando me lo encontré acostándose con una chica que iba a mi antiguo instituto.

-Tengo algo importante que contarte – me alzo apoyando ambas manos en el colchón dispuesta a escucharla.

-¿Qué? - la animo a que me cuente.

Ella me mira con una gran sonrisa y no voy a negar que esa sonrisita que me daba algo de miedo.

-Ayer quede con Diego en su casa – abro mis ojos de sobremanera.

-Pero que mala bien que te lo tenías calladito eso... - la regaño sonriendo.

-Lo mejor paso después de empezar a ver una película en Netflix – me mira picarona.

-Ah no, mejor no quiero saber siempre dicen que cuando ves con un chico películas en Netflix acaba pasando de todo menos que terminen viendo la película – ella suelta una gran carcajada confirmándome mis pensamientos.

-Por eso te preguntaba si tú ves que le gusto porque en su casa fue super bueno conmigo – me levanto acercándome a mi armario para sacar una caja negra grande que estaba llena de bikinis.

-Bien por ti comételo hasta que puedas – ella me mira como si se hubiera ofendido.

-Pero como eres Alice, sin duda necesitas un lio, aunque sea por un tiempo – niego rápido con mi cabeza.

-Tengo bastante con un lio de una noche y nada más lo que menos necesito ahora son problemas amorosos que compliquen más mi vida – abro la caja sacando diferentes bikinis dejándolos en la cama. - Dejemos el tema del amor aparte y concentrémonos en elegir bikini para las dos ya que estás aquí - ella los observa cogiéndolos.

-Este te lo compraste hace dos semanas y todavía no te lo has puesto – niego con mi cabeza.

-Porque no voy mucho a las piscinas – la digo sincera.

-Te quedaría genial pruébatelo te daré mi opinión rapidito – camino hasta mi baño no sin antes quitárselo de las manos.

Comienzo a desvestirme para después ponerme el bikini saliendo de nuevo del baño mirándome en el espejo de cuerpo entero que tenía.

-Te queda genial Alice resaltan tus curvas sin duda es perfecto para ti – me dice Alaska observándome de arriba abajo detrás de mí.

-Vale... pues solo queda elegir el vestido – me gustaba también a mí me quedaba mejor de lo que pensaba.

Para elegir el vestido tardamos mucho más tiempo hasta que damos con él indicado, más tarde nos ponemos a hacer la tarea en el salón juntas hasta que llega la hora en la que llega mi padre de trabajar.

-¡Alice ya estoy en casa! - grita mi padre dejando las llaves en él mueble que había en la entrada.

-¡Estoy aquí papa! - alzo mi voz lo suficiente para que supiera que estaba en el salón.

Alaska tenía su boca abierta por completo y él lápiz que tenía en la mano se la cae al suelo, la miro extrañada mirando en su dirección quedándome igual que Alaska cuando veo que mi padre no venía esta vez solo...

Una mujer rubia con cuerpo de modelo y unos tacones altísimos estaba al lado de mi padre con una gran sonrisa.

Me fijo en el brazo de mi padre que rodea su cintura, subo mi mirada hasta mi padre.

-¿De qué me perdí?

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Alice (Subiré fotos de las amigas más adelante)

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