Capítulo 5

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Escucho el taconeo de alguien intentando acercase a mí mientras que yo seguía andando rápido.

-¡ALICE DETENTE PORFAVOR! - escucho un pequeño grito, me doy la vuelta viendo a Alaska peleándose con sus propios tacones.

-¡Alaska! - me llevo mi mano a mi frente viéndola echa un desastre con su vestido medio puesto dejando en claro que había salido super rápido para pillarme.

Me quedo quieta esperando a que se acercara cuando escucho unos nuevos taconeos apareciendo las otras dos.

Caminan hasta llegar a mí mirándome como si tuviera doble cabeza.

Lucía extiende su brazo con mis cosas, la sonrió a pesar de que tengo un cabreo de mil demonios.

-Gracias Lucia – agradezco que se haya acordado de mis cosas.

-¿Qué te paso con Jackson? - pregunta Alaska.

-Me voy a casa – las doy la espalda caminando de nuevo.

-¡Vamos Alice! Cuéntanos que paso somos tus mejores amigas – es que no era por eso.

-¡Es que no quiero hablar de ese gilipollas! - suelto casi en un grito.

-¡YO SOY ESE GILIPOLLAS CHICAS! - como si me apoderara una gran fuerza me doy la vuelta encarándolo cuando escucho su voz viéndole a lo lejos.

Mis amigas me observan para luego obsérvale a él y así de nuevo.

-¡Deja de meterte donde no te llaman! - le digo cabreada al ver que viene a nuestra dirección.

-Creo que es mejor que os dejemos a solas para que arreglen lo sucedido – habla Valeria.

La miro amenazante haciéndola un gesto, pero ella rápido niega con su cabeza.

-Como me dejéis sola con este idiota os juro que os dejo de hablar – ellas me observan por unos segundos.

-Tiene razón no deberíamos dejarle a solas con él ya sabemos que el otro es como un león que tantea a sus presas antes de cazarlas – alzo mi ceja cuando escucho a Lucia.

-No me voy a comer a vuestra amiga – habla de nuevo Jackson metiéndose en medio de la conversión. - Es apetecible pero su mal humor deja mucho que desear – le miro con odio.

-Estás empeorando las cosas – habla de nuevo Valeria mirándole igual de mal que yo.

-Pero si no ha dicho nada – abro mis ojos de sobre manera cuando escucho a Alaska.

Rápido me pongo mi vestido poniéndome los tacones de malas maneras.

-Pues que lo disfrutes – la contesto a Alaska saliéndome de la acera cruzando la calle.

-¡PERO ALICE NO TE ENFADES CONMIGO! - grita Alaska.

Cruzo la otra calle mientras sigo el camino de vuelta a casa escuchando unos pasos detrás de mi sabiendo de quien se trataba.

-¿Ahora serás mi acosador? - le pregunto sin darme la vuelta.

-Es una buena propuesta ser tu acosador, pero najj esas cosas no me van – escucho su voz ronca a tres pasos detrás de mí.

-No es ninguna propuesta – le contesto tajante.

Mi paciencia se estaba agotando y no creo que me dieran tiempo a llegar a casa sin soltarle otro gran guantazo porque se la estaba ganando a pulso.

-¿No tienes miedo de volver a casa solita por las noches? Aunque bueno una chica ruda como tú que da guantazos a casi desconocidos no creo que le de miedo - parecía que le encantaba ponerme de mal humor.

-Piérdete Jack – escucho el sonido de un mechero y luego una bocanada grande de su parte.

-Jack, hacía mucho que nadie me llamaba así suena bien – ruedo los ojos girando a otra calle estando cada vez más cerca de mi casa.

-Si estas esperando a que te pida un perdón por él guantazo puedes irte porque no lo hare te lo búscate tu solito – escucho otra risa ronca de su parte.

-No espero un perdón – me doy media vuelta mirándole.

-Entonces déjame en paz – fuma soltando después el humo mirándome.

-Cuando llegues a tu casa – entonces me detengo rápido.

Dándome cuenta que él me estaba siguiendo tal vez solo por saber dónde vivía.

-Eso es lo que quieres saber dónde vivo – camino rápido hacía él señalándole con mi dedo acusatorio viendo como da dos pasos hacia atrás.

-¿Tan importante te crees? - vuelve a mirarme divertido.

-El que se cree importante aquí eres tú que bien llevas persiguiéndome por minutos como si me estuvieras lamiendo el puto culo – vuelve a reírse.

-Me encanta cada palabra vulgar que sale de tu boca – levanta su mano tocando mis labios.

Rápido aparto su mano de un manotazo mirándole con odio y sin pensarlo dos veces le doy un rodillazo en sus huevos.

Escucho su gruñido de dolor disfrutando de ese placentero sonido viendo como cae al suelo retorciéndose.

-Eso para que a la próxima te lo pienses dos veces tocarme – le advierto dándole la espalda comenzando a caminar de nuevo.

Sigo avanzando sin sentir sus pasos detrás de mí.

Sera gilipollas, ¿Quién se creía para tocarme? Era un completo imbécil, no iba a conseguir nada conmigo si esa era sus intenciones.

Al cabo de unos minutos más termino llegando a casa, saco las llaves abriendo la puerta con cuidado no queriendo despertar a mi padre.

Pensaba que iba a ser una noche diferente, pero por culpa del estúpido de Jackson todo se arruino.

Me quito los tacones de nuevo para no hacer ruido, lo menos que quería era despertar a mi padre molestando después de haber estropeado su sueño profundo.

Subo con cuidado las escaleras apunto de tropezarme ya que no se veía nada estaba todo oscuro me guiaba con mis manos tocando.

Consigo llegar a mi cuarto dejando los tacones a un lado quitándome el vestido dejándolo encima de la silla.

Estaba mojado porque tenía el bikini todavía puesto, no podía meterme en la cama hasta que no me duchara quitándome el cloro de la piscina.

Abro la ducha quitándome el bikini dejándolo en el cesto de la ropa sucia que tenía en mi baño.

Mi móvil comienza a vibrar avisándome que alguien me estaba llamando, seguro que era Alaska ya que ella cuando la cagaba sin querer rápido llamaba para pedir perdón.

Ya dejaba en claro que le atraía Jackson, pero tampoco era para defenderlo sin sentido de esa manera y delante de mi cara encima, nuestra amistad era de mucho más tiempo y un calentón como viene también se va.

Cuando termino salgo de la ducha secándome para luego echarme la crema por el cuerpo sintiéndome más relajada.

Salgo del baño con una toalla revisando las tres llamadas perdidas de... Alaska.

Y como unos seis mensajes de ella.

Suelto un grito cuando levanto mi mirada viendo algo detrás de mis cortinas mi móvil se cae al suelo al igual que mi toalla cuando me tapo la boca con ambas manos.

Rápido palpo con mis manos la pared dando la luz encontrándome con que no había nada.

Vale... Alice respira profundamente... relájate son cosas de tu cabeza tuviste un mal día por eso vete a acostar y mañana tu día será mejor.

Cojo la toalla poniéndomela de nuevo caminando a mi armario cogiendo un pijama corto.

Esperaba no haber despertado a mi pobre padre con mi grito estúpido.

Quito las sábanas metiéndome dentro de la cama desbloqueando mi móvil para mandar un mensaje a Alaska.

Mensaje para Alaska:

Esta todo bien no te rayes hablamos mejor mañana seguir con la fiesta lo menos que quiero es joderos a vosotras vuestra diversión nos vemos mañana y hablamos de lo sucedido tranquilamente

Le doy a enviar llegándola el mensaje bien, no pasa ni dos minutos cuando ella lo lee mandándome un emoticono de una carita llorando y un corazón rojo.

Diciéndome sin palabras que estaba arrepentida.

Pero era mejor mañana hablarlo, porque por supuesto le diré que me pareció mal porque siempre soy sincera.

Lo era con todas.

Intento dormirme, pero no podía y más con los truenos que empiezan a escucharse avisando que él cambio de tiempo había cambiado de repente y no tardaría nada en llover fuerte.

Pasan unos cuantos minutos cuando empieza a llover fuerte volviéndome a asustar cuando mi ventana se abre de golpe agitando mis cortinas por la gran fuerza del aire.

Si... la fiesta también terminó para todos más para los que estaban metidos en la piscina.

Me levanto abriendo las cortinas intentando cerrar la ventana, pero él aire era tan fuerte que parecía que estaba luchando conmigo para que no pudiera cerrarla.

¡Maldita sea!

Otro trueno cae cerca de la casa provocando que de nuevo pegara otro bote asustándome alumbrando toda la calle viendo una silueta afuera.

Abro los ojos de sobremanera sorprendida cuando me doy cuenta que se trataba de Jackson...

Estaba parado afuera mirando hacia arriba ósea hacía mi ventana, nuestras miradas se encuentran y juraría que desde donde estaba podía ver la sonrisa traviesa que se asomaba por sus labios.

¡ME HABÍA PERSEGUIDO!

No había valido de nada pegarle una patada en sus partes que él muy cabezón tuvo que perseguirme como buen acosador hasta mi casa sin que yo me diera cuenta.

Abro más las ventanas sacando un poco la cabeza.

-¿ACASO ESTAS LOCO? TE VAS A PONER MALO – le grito para que me escuchara por encima del viento.

-¿CHICA RUDA SIGUES FURIOSA CONMIGO?

Para el siguiente capítulo tenemos que llegar a 820👍

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Alice

Jackson

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