Escribiendo amor...

Cuando salía del trabajo mi ex novio me estaba esperando en el auto.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿te gustaron las flores?

- ¡deja de mandar flores!.

- Jido te quiero en mi vida, dijo tomando mi mano, sentí que mi corazón latía rápido.

- Dame una oportunidad.

- Ya te la di muchas veces.

- Te juro que está vez será diferente.

- ¡Diferente!, me hiciste mucho daño, ya se te olvidó, por qué a mi no.

Me subí a mi auto y el dolor de cabeza de nueva me surgió, al llegar a casa me recosté y me pase mucho tiempo durmiendo.

Al despertar mire muchos mensajes, eran de Lie.

- Te extraño bella, hoy no me dejaste mensajes.

- Hola Lie, lo siento es que me dolía la cabeza.

- ¿qué pasa nena?

- Nada es que es difícil regresar a la vida de antes.

- Si me imagino.

- Y a ti que tal te fue en el trabajo.

- Bien, ya compraron los boletos de avión.

- Ya lo pensé y me gustaría conocerte Lie.

- A mí también me encantaría conocerte Jido

- Entonces lo planeamos.

- Me encantaría

Esa tarde pasamos horas platicando sobre nuestro encuentro, la cita sería en una cafetería en la calle principal del centro de la ciudad, estaba muy emocionada aunque una parte de mi nerviosa y si no le gustaba, un sin número de preguntas y toda la inseguridad del mundo me invadía.

Al día siguiente llegué al trabajo imaginando mi cita con Lie, me sentía muy contenta por fin iba conocer a esa persona que me lee todos los días y sin conocerme físicamente se ha enamorado de mi esencia de lo que soy.

- Te traje el desayuno, decía mi ex.

- Por favor Alberto ya te dije que me dejes en paz.

- tienes novio y es la razón de tu rechazo.

- no pero déjame en paz.

Alberto se arrodilló y me suplicaba perdón

- Basta seamos amigos, solo eso.

- Amigos dijo el mientras se levantaba.

- Te invito a comer mañana

- No puedo tengo cosas que hacer.

- ¿Que harás princesa?, que no quieres salir con tu amigo.

- Basta Alberto

- Entonces no te importa que mañana llegue a tu casa y te invite a comer

- Ya te dije que no.

- Ok amiga te veo a la hora de la salida.

¿Que estás haciendo? Jido, pensaba una y otra vez. Las horas pasaron rápido y cuando llegaba a mi auto ahí está Roberto.

- Hola se me olvidó darte esto, me entrego una pequeña caja.

- Gracias pero no necesito que me des todas estas cosas ya te dije que podemos ser amigos.

El se acercó a mi y me abrazo.

- Tengo muchas ganas de estar contigo Jido.

- Por favor déjame en paz.

Me subí a mi auto enojada, con dolor de cabeza, trate de arrancar mi auto pero perdí el conocimiento lo único que pude mirar era todo negro.

Desperté en un cama del hospital con un monitor a mi lado.

- ¡ya despertó!, gritaba Erika

- amiga dicen los médicos que probablemente sufriste un infarto y que eso provocó que estuvieras en coma dos días.

- ¿Cómo que en coma y dos días?.

- ¿Qué paso para que te diera un infarto?

- Alberto está acosando.

- Hijo de no se da cuenta que solo te hace daño, no entiendo por qué dejas que te afecte.

- Es que mi cuerpo responde a el.

- ¡esas son idioteces Jido!.

- ¿Qué paso con Lie?.

- No Lie debe estar enojado conmigo, teníamos una cita el sábado y yo simplemente desaparezco.

- préstame tu celular.

- le mandé un mensaje por la cuenta de Erika

Lie soy Jido lamento mucho no llegar a nuestra cita pero estoy en el hospital, estuve en coma, espero podamos hablar, lo siento.

Espere atenta a qué Lie contestara, volví a dejarle más mensajes pero no había rastro de Lie, quería llamarlo pero por una extraña razón no le había pedido su número, creo que una parte de mi no quería ilusionarme y ahora por estar insegura había perdido a mi mejor amigo, mi novio cibernético.

Regrese a trabajar, mis padres pusieron una demanda contra mi ex para que no se acercara a mi, el doctor me había informado que necesitaba reposo pero yo no deseaba descansar quería hacer mi vida normal y estar en casa, me hacía extrañar mucho a Lie.

Le mandé otros mensajes pero simplemente el había desaparecido.

Hoy tuve otro sueño, con la mujer que me miraba con dulzura y me decía que me amaba.

Estaba en un hermoso jardín, ella llegó y se subió encima de mi, me besó y susurro en mi odio.

- Jido no pierdas el tiempo búscame, te extraño.

- ¿Pero donde estás?

- Escribiendo amor, escribiendo nuestra historia.

Desperté y no podía creer por fin había escuchado la voz de la mujer que me gustaba en mis sueños.

No entendía nada pero una parte de mi pensaba en Lie, necesitaba mirarlo, necesitaba conocerlo.

Recordé que menciono la ciudad y que trabajaba en un estudio de grabación, busque la dirección de todos los lugares de esa ciudad, después buscaba vuelos, eran caros pero no me importo tenía ahorros, tenía que ir a conocerlo y darle una explicación de frente.

Pero no quería ir sola aún tenía miedo de que algo pudiera pasarme, así que compre otro boleto para Erika, la salida era para mañana en la noche, llame a Erika y le conté de la aventura que quería hacer ella gritaba emocionada, aunque después me dijo que lo divertido era que viviríamos una aventura que siempre planeamos hacer una locura de viajar y jamás logramos salir de la ciudad.

Mire los boletos y sonreía, le tome una foto y se los mande con la esperanza que los mirara y me contestara aquí te espero.

Pero por alguna extraña razón el no recibía mis mensajes.

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