Mis mejores amigas

Llegamos al rancho de Kitty era enorme y con muchos guardias, era casi una fortaleza, difícilmente entrarían a la mansión, mi hermosa Lynec ya estaba más tranquila podía mirar su rostro cansado, creo que ella sufrió mucho durante estos días, el carruaje se detuvo, la ayude a bajar, se quedó mirando mis ojos y sonrió.

- Te amo Jido, ¡besame ahora!, me ordenó.

La bese con pasión, la deseo, la quiero en mi vida y se que ella me desea en la manera que me mira y sus aroma me pide que la haga mia, escuchamos a mi abuela gritando, ¡ya abra tiempo niños!, nos soltamos y reíamos.

Ella se quedó en una habitación con mi abuela y sus amigas, uno de los sirvientes me guío a otra habitación ahí estaba mi traje de boda colgado, me duche rápido y me puse mi ropa, el no saber nada de mi novia me ponía más nervioso y saber que su familia llegaría a quitármela me ponía más ansioso.

No quería hacer esto de esta manera pero Ly y mi abuela tomaron la decisión que era lo mejor.

Se que esto es solo el comienzo de todos los problemas que surgirán por mi union con Lynec pero estaba dispuesto a correr el riesgo, yo la amo y para mí ella es única, no es como las demas.

Mi amada es independiente, una mujer luchadora que toma sus propias decisiones, que hasta para pedirme un beso lo hace de manera ruda y no dulce, me encanta.

Mi abuela tocó la puerta de la habitación.

- Hijo todo está listo.

Abrir la puerta mi abuela se miraba hermosa con su vestido de gaza color melón.

- ¿Ella está bien?

- Ella se ve hermosa.

Bajamos juntos, llegué al enorme jardín del rancho, todo se miraba hermoso habían algunos amigos de la abuela y sus amigas, no sé cómo la abuela había planeado todo pero se miraba todo perfecto, los invitados me felicitaban, no conocía a la mayoría pero no me importo, lo único importante era ser el esposo de mi hermosa Lynec.

La música comenzó a sonar para dar la bienvenida a la hermosa novia.

Lynec se miraba tan bella como un ángel, su vestido tenía toques hermosos y su velo brillaba con los rayos del sol, ella se acercó a mi y nos tomamos de la mano, el sacerdote decía palabras que me llegaban al corazón, sobre el verdadero amor y el sacrificio.

Apreté la mano de Lynec, sabía el sacrificio que ella hizo por estar aquí en este lugar conmigo y era algo que siempre llevaría en mi mente, mi corazón, que no podría olvidar aunque muriera y volviera a renacer.

- Puede besar a la novia, decía el sacerdote, todos gritaron atrás de nosotros.

Levanté el velo de mi esposa, descubrí su rostro ella me sonreía.

- Besame amor.

La tomé entre mis manos y unimos nuestros labios, fue el beso más largo, solo escuchaba los aplausos de los invitados y de pronto solo éramos ella y yo.

Caminamos tomados de la mano y saludando a los invitados, nos tomaron una foto frente al lago del rancho, la música era agradable y la comida estaba deliciosa, la mesa de regalos estaba llena, creo que mi abuela y sus amigas se habían encargado de llenarla con obsequios.

- ¿Bailamos?, le dije a mi hermosa esposa.

Nos paramos en el centro de la pequeña pista de baile, la tomé de la cintura y la pegue a mi cuerpo, ella rodeo mi cuello con sus manos, nos movíamos lento y no dejaba de mirar sus hermoso ojos.

- Seremos felices por la eternidad Jido, tu eres mi destino y yo el tuyo, lo puedes sentir.

- si, dije besando sus labios.

Esto no es solo un deseo, cuando estoy cerca de ella o leía sus cartas sentía una conección, esa chispa que te hace vibrar y soñar, sentía que ella era la única que podría lograr está hermosa sensación de sentirme en el cielo mientras permanezco en la tierra.

La fiesta termino, su familia jamás apareció, uno de los empleados de la mansión de mi abuela nos comunico que su madre solo había dejado un sobre y una maleta de ropa de Lynec.

El sobre tenía una carta donde su padre le decía que se olvidara de su familia, que jamás la perdonaría por lo que hizo y que para ellos ella ya estaba muerta, cuando termino de leerla ella se derrumbó.

Me quedé en suelo abrazando a mi esposa, ella lloraba tanto que mi alma se doblaba de dolor, yo quería mirarla siempre sonriendo y feliz.

- Tú padre se va arrepentir y te buscará amor.

Ella me miró y me acaricio la mejilla

- Tienes razón, espero no sea demasiado tarde.

Las amigas de mí abuela trataron de animarla, no se que habían preparado estas señoras pero nos empujaron hasta la salida para subirnos al carruaje, nuestras maletas ya estaban arriba, Kitty nos había mandado a una de sus casas que está cerca de la playa.

Lynec se despedía de ellas agitando la mano.

Nos sentamos y ella me abrazo.

- Recuerdo cuando te vi por primera vez bailando con Kitty, me causo mucha risa como te bailaba y tú te ponías nervioso, cuando tuve la oportunidad de conocerlas junto con tu abuela supe que serían mis mejores amigas, sin ellas ahora sería una esposa infeliz, durmiendo con el hombre que no amo, todas ellas me contaron su vida, todas ellas fueron casadas por acuerdos, ninguna amo a su esposo, su vida fue infeliz por tantos años hasta que vieron la luz cuando se quedaron solas, ellas me decían lucha por el, se que tome la mejor decisión, te amo y quiero ser una esposa feliz.

- Lynec yo ...

- Ya se que sientes que merezco más, pero yo te amo Jido.

- Y yo Lynec

Nos besamos en todo el camino, la temperatura de nuestros cuerpos aumentaba, tenerla tan cerca con su boca en la mía me hacía desearla.

- Se que me deseas, como yo deseo ser tuya, decía Ly en mi odio.

- Jamás me cansaré de escuchar tu voz tan cerca de mi, le dije besándola de nuevo.

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