Ellos no se amaban

La inspiración de un escritor se va y fluye cuando emocionalmente es afectado, Gracias a todos aquellos que han formado parte de mi vida que aunque no tuve el placer de conocer en vivo, me hicieron sonreír y soñar, que me escucharon cantar y llorar, para todos aquellos personajes de mi vida les dedico mi corazón, hoy me rompí en mil pedazos de nuevo, dicen que no es bueno regalar palabras lindas a cualquiera por qué no todos saben apreciar lo que tienen frente a ellos.

Espero sigan disfrutando de mi historia, sonrían siempre por qué aunque la vida sea cruel, estamos en este mundo para disfrutar y ser auténticos.

Jido regreso a su casa después de una larga jornada, se dio cuenta que la ropa de su esposa y su hijo ya no estaba, se tiró en la cama de su hijo, sintió que su alma se consumía de dolor, las lágrimas salían de su rostro, no podía creer que la mujer que amaba se había marchado.

Paso horas tirado, golpeaba el suelo con su puños, se sentía miserable, sabía que había perdido todo que ya nada le quedaba, que sin ella ya nada importaba, bajo las escaleras, miró las botellas del bar y comenzó a beber quería consumir este dolor que le consumía el cuerpo, sentía su corazón destrozado, sentí que moría lentamente que le faltaba el aire, se terminó la primera botella en media hora tomo la otra y miró su rostro en el espejo.

Se sentía basura, sabía que todo se vendría abajo sin ella.

Termino con otra segunda botella y entonces se derrumbó en el suelo, ahí se quedó inmóvil , pensó que era su final el estaba muriendo, cerro los ojos y así dio fin a ese dolor.

- ¡Más vale que sigas vivo!, gritó la abuela.

- Dios como la amo, decía susurrando.

- pues entonces recupera tu familia y deja de perderte en el alcohol.

- Estoy en el infierno, decía Jido con los ojos cerrados.

- ¡Si no abres los ojos y te levantas ahora lo estarás!, en el gritó su abuela.

Jido abrió los ojos y observo a su abuela.

- sigo vivo.

- si tonto y más vale que te levantes, te des una ducha y te largues a trabajar que las cosas no se pagan solas.

- ¡Ella me dejó!, gritaba Jido.

- solo deja que se de cuenta que su padre la está manipulando, ella va regresar Jido.

- ¡Estás segura!

- muy segura cariño, vamos es hora de ir a trabajar.

Jido entro al baño y miro su rostro en el espejo se miraba fatal pero por dentro se sentía peor.

Salió cansado de su casa rumbo al trabajo , no tenía apetito, solo recordaba las últimas palabras de ella y pensaba en su hijo.

Al llegar a la oficina miró a su suegro esperando en recepción.

- buen día dijo Jido molesto.

- Solo quiero que sepas que mi hija quiere el divorcio y espero se lo des pronto por qué solo le hiciste daño.

- ¿divorcio?, ¡ella lo quiere que venga y me lo pida!, gritó Jido entrando a su oficina destrozado.

Durante el día Jido se encerró en su oficina con la botella en la mano. Se sentía devastado su familia quería estar lejos de el en qué momento todo cambio se preguntaba uno y otra vez.

La abuela de Jido llegó en la oscuridad, golpeó la puerta, Jido se encontraba tirado en el suelo, perdido en alcohol.

Al día siguiente Jido despertó en el hospital, su abuela había encontrado unos frascos de pastillas vacíos en el suelo, sabía que Jido había intentado quitarse la vida.

Lynec entro cuando su abuela se retiraba, ella lo miro y las lágrimas comenzaron a caer, Jido le pedía perdón por todo le pedía que regresara a su lado pero fue inútil, ella ya había tomado una decisión no quería estar con el.

Jido le dijo que le daría el divorcio, que lo único que pedía era ver a su hijo.

Lynec había aceptado después de todo el era su padre.

Esa noche Jido supo que tenía que demostrarle a su esposa que no era una basura como su padre de ella le decía, que recuperaría su amor y su familia, que no se daría por vencido.

Los siguientes días el no salía de su oficina trabajaba noche y día, comenzó a viajar en busca de nuevos clientes, el divorcio seguía en pie, Lynec fue clara no deseaba regresar a su casa.

Pero Jido no se daría por vencido, mandaba flores a su casa de Lynec, cuando ella le entregaba a su hijo el le decía que la amaba.

El sabía que ella seguía sintiendo cosas por el que en estos años no todo fue horrible.

Pero fue inútil, el padre de Lynec no conforme llevaba constantemente hombres ricos a su casa para que conocieran a Lynec su hija que pronto estaría divorciada.

Todos estos chismes llegaron al oído de Jido, no podía creer que ella volviera a casarse, esa noche se quedó a lo lejos observando la casa de Lynec, toda la casa estaba iluminada y los hombres y mujeres salían de la mansión.

Jido estaba destrozado era posible que todo se fuera a la basura, regreso a casa y miro el lado de la cama de Lynec.

Todo su maleta y se marchó, había pospuesto un viaje con las esperanza de recuperar a su esposa pero ya no había más en una semana ella sería libre.

No podía creer pensé que se amaban de verdad, cómo es que Lie le da ese final a la pareja no debe de regresar a Lynec, pensaba.

así que le escribí temprano.

- buen día BB oye dime qué ellos van a estar juntos se lo merecen.

- buen día señorita no siempre todo termina con finales felices.n

- pero se aman.

- eso parecía, pero no fue así.

- lo dices por qué yo no te digo que te amo.

- lo digo por qué así es la historia

- pero ellos merecen ser felices.

- Jido tu sabes que el amor es cruel, tengo que escribir lo que es.