Capítulo 9

Mientras Cesil intenta hace su mayor esfuerzo en coquetear para ser nota por  el Rey este parecía indiferente, nada de lo que Cesil intenta tiene resultado, pasa los dedos por su pelo, se acerca a él de manera provocativa, incluso acaricia el rostro del Rey y nada da resultado pero es muy pronto para que Cesil se dé por vencida.

Cesil: Mi rey quiero confesarle algo.

Rey: Habla.

Cesil: Lo extraño tanto mi señor, tantas noches sin usted a mi lado —se acerca a su rostro— se han sentido eternas. 

El Rey se quedó callado mirándola, Cesil se acerca a él un poco más pone sus labios sobre los de el Rey pero este no corresponde a su beso, la mira con indiferencia esperando a que Cesil termine.

Rey: Deberías ir a dormir se hace tarde —suspira y se levanta dándole la espalda.

Cesil: —Lo abraza por detrás— por favor mi señor... no lo haga, no me rechace de esta manera me está matando lentamente por favor se lo suplico.

Rey: —se despega los brazos de Cesil— Basta —con un tono de voz dulce.— duerme Cesil.

Cesil se quedó sorprendida por la indiferencia del Rey hacia ella, sin decir una palabra más, se da la vuelta  y se recuesta en la cama de este "¿Como puede hacerme esto? a mi, a la madre de sus herederos vas a pagar caro está humillación leo ¡te lo juro!" Piensa Cesil mientras cierra los ojos.

El Rey sigue trabajando aún de noche, no le puso un dedo a Cesil, ni siquiera durmió en la misma cama. El Rey se quedó horas despierto en la terraza, al día siguiente cuando Cesil se despertó el Rey Leo ya se había ido y esto la molesto bastante. 

Cesil sale de los aposentos del Rey fingiendo que la ha pasado de maravilla para que todos creyeran que había vuelto a estar con el.

Sirvienta: Se ve feliz mi señora

Cesil: ¿porque no lo estaría? —sonriendo— vamos a ver a mis hijos.

Sirvienta: como usted ordene mi señora.

Cesil se dirige a los aposentos del príncipe Ander, Ander es en quien Cesil más confía pues es el más fácil de manipular para ella usa más la fuerza bruta que el cerebro, eso le hace fácil controlarlo a su antojo, no importa que Ander siempre le da la razón a Cesil  por eso desea que sea Ander quien ocupe el lugar del Rey en el trono real.

Cesil: —Entra a los aposentos de Ander—   Querido hijo —extiende los brazos.

Ander: ¡Madre! ¿porque no has tocado?... ¿que te trae por aquí? —corresponde el abrazo.

Cesil: Salgan todas —las sirvientas salen de los aposentos dejándolos a solas.

Ander: ¿Qué pasa? —se preocupa al ver a su madre desanimada.

Cesil: —se sienta en la cama y suspira—  Tu padre me ha recibido en sus aposentos.

Ander: Eso es bueno madre —se sienta a su lado con emocion.

Cesil: Nisiquiera me a mirado, Ander... ¿como se supone que sea algo bueno? Ya no me queda nadie, sólo tu puedes hacerme feliz cuando subas al trono.

Ander: Tranquila, cuando sea rey te haré la mujer más feliz de todas —Sonrie.

A diferencia de Ander, Cesil no puede hacer lo mismo con Eliot. Él tiene claro muchas cosas sobre su madre y no le gusta su manera de hacerlas, así que Cesil era más estricta con él y aún así no puede controlarlo ni manejarlo a su antojo como ella quiere.

Mientras Cesil conversa tranquilamente con Ander, el Rey escribe una carta para la princesa Anastacia con órdenes de regresar al palacio, tienen asuntos del estado que deben resolver y también quería verla para estar más tranquilo.

Cesil: —llega a el salón principal— 

Reina madre: Cesil, querida acércate —Cesil se acerca con el rostro decaído. 

Cesil: ¿Si madre? 

Reina madre: ¿Que pasa? Pensé que estarías feliz, acaso mi hijo no te recibió anoche. 

Cesil: Si lo hizo madre. 

Reina madre: ¿Entonces? ¿porque estas tan triste? 

Cesil: —Se sienta a su Lado— No me toco madre, fue como si estuviera en mis aposentos sola como siempre… apenas y me dirigió la palabra. 

Reina madre: —suspira— Debes ser paciente, estas cosas no pasan de la noche a la mañana. Mi hijo es terco y toma tiempo pero eres la madre de sus príncipes no lo olvides.

Cesil: —Sonríe con desánimo— 

Reina madre: Tranquila, confió en mí. 

Para la suerte de Cesil la Reina madre está de su lado y la seguirá  enviando con el Rey hasta que este empiece a llamarla por sí mismo. Cesil sólo necesita un poco de paciencia y es de lo que más carece.

Las sirvientas murmuran alrededor de todo el palacio, algunas piensan que la princesa murió y estan ocultando su cuerpo, otras se enfocan en el como Cesil fue llamada a los aposentos del Rey, otras fantasean con los príncipes y muchas cosas suceden en los pasillos, nadie sabe que el rey ordenó a Anastacia volver y las cosas empezaran a cambiar con su regresó.

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