LA PRINCESA DEL TRONO
“Princesa Anastacia Develdor III hija favorita del Rey Leo Develdor y descendiente de una humilde sirvienta que conquistó el corazón de su majestad y se convirtió en su segunda esposa y dueña verdadera de su alma.
Anastacia Develdor una princesa con destreza, inteligencia y carácter como su padre, llena de carisma y belleza como su madre, a la edad de 20 años encontró el amor en un fuerte guerra dedicándose a la vida como doncella espero en su palacio pacientemente por su esposo durante una expiación a otros territorios quedando tristemente viuda en el proceso.
Su dolor no acabó allí, dado que cuando finalmente estaba superando la muerte de su difunto marido el alma fue arrancada de su cuerpo una vez más, a la edad de 27 años mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas sin cesar Anastacia se encontraba enviando a su amada madre a una oscura y fría tumba.
Pero Anastacia seguía con vida, aunque el sol ya no brillará y la noche fuera más oscura, aunque los paisajes hermosos que una vez contempló ya no tenían colores, aunque el simple hecho de respirar el dulce aire de primavera le quemará los pulmones, Anastacia seguía viva.
Viva por el poder, viva para derribar a aquellos que mataron a su madre, viva por venganza, pero viva.”
Apenas tres días después del entierro de su madre, Anastacia regreso al palacio principal, quería acompañar a su padre en la dolorosa partida y empezar su venganza.
–Su alteza, la princesa —Un cordial saludo de parte de los guardias al verla bajar de su carruaje y recibirla a la entrada la hicieron sentir en casa.
–lleven todo a los aposentos de mi madre, por favor. —responde con una sonrisa educada a los humildes caballeros.
–Como ordene su Alteza.
Anastacia se adentró en el palacio, dirigiéndose a los aposentos de su padre mientras caminaba por los pasillos y pudo visualizar todos los recuerdos que compartían aquellas paredes.
–Princesa... —Dijo uno de los guardias del Rey que guardaban en las puertas.
–Quiero ver a mi padre. —Aclaro.
–Su majestad y los príncipes se encuentran en una reunión con el Consejo en la segunda capital, su alteza.
–Bien… —Anastacia sabía que los deberes del reino no podían esperar, pero el saberlo no hacía que fuera menos doloroso ver cómo su padre ponía el estado por encima de su madre, aún así lo comprendía— Y mi abuela ¿se encuentra en el Palacio?
–La Reina madre está visitando el palacio de la señora Delsa hoy alteza.
Anastacia asintió levemente retirándose esta vez en dirección a sus propios aposentos cuando por el camino pudo notar los rizos rojizos de una de sus sirvientas de confianza y más atrás a la segunda sirvienta de cabellos castaños.
–Princesa Anastacia —la sirvienta se acercó con una gran sonrisa en su rostro, expresando su alegría por ver a la señorita— Me alegra que esté de regreso.
–Aiden, Milú ¿cómo está todo por aquí?
Aiden la sirvienta de cabellos castaños compartió una mirada con la de cabellos rojizos y casi con indignado dejo salir:
–Debería verlo usted misma.
Anastacia estaba un poco confundida por las malas caras de sus sirvientas, pero todo se aclaró cuando se acercaba al salón principal, escuchó risas y música, vio mujeres bailando, pequeñas mesas de aperitivos y personas bebiendo en celebración.
junto a las palmas de su mano posándose delante de su vestido, su rostro se oscureció esperando ser notada, los músicos detuvieron la música al instante de sentir su presencia.
Los presentes hicieron una reverencia al verla, sus rostros se tornaron pálidos, nadie esperaba encontrarla en el palacio en esos momentos.
–¿Qué es todo esto? ¿Qué están celebrando? —Su voz fue suave, como un dulce susurró, pero su tono se sentía como una serpiente envolviéndolo a su presa antes de atacarla, el silencio hacía eco entre las paredes del gran salón, nadie se atrevió a pronunciar una palabra, tenían miedo hasta de respirar y que Anastacia los note— ¿No les da vergüenza? ¿¡Quién organizo todo esto!?
–Yo lo hice. —Una extravagante mujer de cabellos rubios y ojos negros con una suave, pero molesta salió de entre los demás, mirando a Anastacia condescendiente.
La Señorita Cecil Tuberman primera esposa del Rey, madre de dos príncipes, una mujer arrogante y ambiciosa, la mujer que más odió a su madre y la principal sospechosa de su muerte.
–Señorita Cecil ¿Que es todo esto? ¿debo recordarle que el imperio está de luto? ¿acaso sabe su majestad de su osadía? —Sin mirar el rostro arrogante de Cecil y con un tono de voz frío Anastacia arremetió en su contra.
–Relajate querida, en medio de la oscuridad debe haber una luz... tu madre así lo hubiese querido. —Contraataco Cecil sin vergüenza alguna.
–Salgan todos, la fiesta termino. —Aun después de la falta de respeto Anastacia trataba de mantener la compostura.
–¡No lo hagan! —Era claro lo que Cecil estaba intentando hacer, demostrar que ella es más poderosa y respetada que la propia hija del Rey.
Pero ahí era donde estaba equivocada, para el Rey no había nada ni nadie más importante que su descendencia.
–Guardias. —Mantuvo la mirada firme en Cecil mientras los guardias se acercaban echando a todos del palacio y dejando el salón vacío.
Entonces cuando quedaron solas Anastacia se acercó a Cecil disgustada por su insolencia.
–Señorita Cecil, no sobrepase los límites, conozca su lugar.
–Soy la primera esposa del Rey, madre de dos Príncipes herederos del trono, creo saber muy bien cuál es mi lugar.
–Si así fuera, sabría muy bien que mientras su majestad viva oponerse a mi palabra es un acto de traición que es pagado con la muerte. Elija bien las batallas que puede pelear.
–¿Que está pasando? —la Reina madre Ana, entró al salón principal con su imponente presencia, mirando a las dos mujeres con ese desprecio en sus ojos.
La abuela de Anastacia y Reina madre Ana descendiente del imperio de nacimiento, Es devota de Cecil y la defiende a pesar de sus errores por qué está si dió a luz a hijos varones para el Rey.
–La señorita Cecil pensó que era buena idea organizar una fiesta mientras el reino está de luto y sin el obvio permiso de su majestad. —expreso Anastacia después de hacer una corta reverencia.
–Yo lo permití, el Palacio se sentía sólo y en angustia, no se puede estar triste para siempre.
Anastacia quedó en blanco, parpadeo varias veces suprimiendo su irá, quien estaba frente a ella era la reina madre, no podía hacer un escándalo, pero la sonrisa traviesa que escapaba de los labios de Cecil no ayudaron a la situación, al menos no se quedaría callada.
–¿Cómo puede decir algo así madre? La favorita de su hijo y madre de su primera nieta acaba de morir ¿cómo puede ser tan cruel en regocijarse en el dolor de su hijo de esta manera?
Ana se ofendió, en pocas palabras Anastacia le estaba diciendo que era una mala madre y no lo permitiría.
–Cuida tus palabras niña, solo quise alegrar un poco este lugar y traer algo de color, no pretendía que se hiciera toda una fiesta —De pronto Cecil se vio acorralada, dado que el enojo de la Reina madre se desvió hacia ella— ¿Como te atreves a hacer esta clase de eventos sin pensar en el dolor de tu gobernador? Debería darte vergüenza.
–L...Lo siento mucho madre. —Cecil inclinó la cabeza nerviosa por lo que sucedía, para Ana era más fácil arrojar la negligencia a otra persona que aceptar su equivocación.
Ahora quien reía y miraba por encima del hombro era Anastasia.
Cesil llegó a sus aposentos, empezó a tirar todo y a gritar con rabia.
–Mi señora cálmese —Una de sus sirvientas trato de apaciguar, pero de poco le sirvió cuando las uñas de Cecil se clavaron en su brazo, apretando con fuerza.
–¡Calla! ¡No eres nadie para decirme que hacer! —la empujo hacia la puerta— ¡Largo! ¡LARGO TODAS!
Cecil debía pensar en cómo deshacerse de Anastacia, tanto la madre como la hija eran un fastidio.
Anastacia sabía que su presencia en el palacio no era felizmente recibida y esperaba que siguiera de esa manera, porque así no tendría pena ni piedad cuando descubriera la verdad.
Después de todo la princesa Anastacia Develdor III estaba viva para contar su historia.
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Comments
Cotty Parada Cárdenas
está bueno el primer Capítulo gracias
2024-08-18
0
Pabla Rodriguez
me encanta novelas de épocas sé ve buena
2024-07-04
4
Francisca Alcantara
Esta historia me parece interesante
2024-04-24
2