Impulsos sin control – detente!!!

Contado por Alejandro D’Angelo

Cuando recibí la llamada de Mario a las 5 pm, me pareció super extraño, ya que el jamás llama.

- Hola Mario, ¿que milagro me llamas, paso algo en la oficina? – pregunte.

- Hola, en realidad te llamaba por un permiso que solicito Alexia, como se que tengo que informarte todo sobre su trayectoria, pero como esto es para el día lunes, preferí llamarte – apenas escuche su nombre tome la atención debida.

- y dime para que necesita un permiso la Srta. Alexia, ¿no se le dio hace poco un cambio de horario? – dije de forma casual, sin levantar sospecha.

- Este fin de semana tuvo un accidente, y tuvo que programar su cita al medico para un chequeo de descarte y será en horario laboral, es por eso que pidió que le cambie el día lunes por el martes, asi no deja de faltar – dice y yo entro en estado de pánico de pensar que algo le ha pasado algo grave.

- Ok dale el permiso, hablamos luego – cuelgo y de inmediato llamo a su celular, pero este esta apagado.

Intento 3 veces más, con el mismo resultado. Luego intento con su numero personal, pero normalmente nunca me responde en ese número, creo que hasta me tiene bloqueado.

¡¡¡¡Que hago!!!! Me estoy empezando a angustiar.

- Necesito verla – digo, marcando el número de Clara. Ella me contesta de forma casi inmediata.

- Clarita disculpa la hora, se que es tarde, pero hay alguna posibilidad que me puedas conseguir la dirección de Alexia Rinaldi, tengo que preguntarle sobre los planos que me dejo, y según Marco ella es la única que tiene la información en su disco duro- le digo esa gran mentira para que no se diera cuenta, pero creo que falle en el intento, porque escucho que se ríe antes de darme la información.

- Gracias Clarita, buenas noches, ¡nos vemos mañana! – le digo tratando de ser amable antes de colgar.

Me cambio en dos minutos de ropa, ya que ni modo que aparezca en ropa interior en su casa, agarro las llaves de mi auto y salgo para allá.

Al llegar a su edificio, que resulta esta a solo 10 cuadras de mi casa, creo que por eso me encuentro con ella en el Starbucks que tenemos en medio.

Al acercarme a la recepción el joven que esta de guardia, me mira con desconfianza, le pregunto si la Srta. Rinaldi se encuentra en departamento. Me pregunta quien soy para anunciarme.

Le ofrezco una propina que no se puede rechazar, para que me deje darle la sorpresa. El joven me indica que no le vaya a decir nada a la señorita, por que no solo lo despiden, que ella era capaz de despellejarlo…me rio, porque creo que tiene razón.

Subo por el ascensor, al llegar a su puerta me toco de nervios, y empiezo a retroceder, porque la verdad no creo que me reciba con los brazos abiertos. Sin querer con mis acciones la aleje más.

Tomo un respiro profundo, me agarro de valor y toco el timbre. Escucho en el fondo que lanza una maldición al aire…. oh oh creo que esta del mal humor…y en efecto, apenas abre la puerta.

- ¿Qué carajos haces aca? -  me dice casi gritando. Y trata de cerrarme la puerta en cara, pero soy más rápido y pongo mi pie.

- puedes dejarme entrar, por favor solo quiero ver que estas entera y bien – le digo con el corazón en la boca.

Se toma unos minutos, antes de abrir la puerta y dejarme pasar. Luego otros minutos para voltear y verme, mientras tanto, veo que tiene La luz apagada, y que tenía una película puesta, y de terror… ¿es que esta chica no le tema a nada?

Miro todo cuanto me permite la luz de la pantalla, y me encanta su decoración.

- Me gusta tu departamento ¿tu misma lo decoraste? – le pregunto, como para cambiar un poco el ambiente, pero creo que falle.

- ¿En serio me vas a hablar de decoración en estos momentos? – me responde molesta.

Veo que esta chica le gusta las cosas de forma directa, y sin rodeos. Asi que agarro fuerza y me lanzo con todo.

Le digo sobre la llamada de Marco y de mi preocupación, veo que cierra los ojos, y se pone a pensar y mucho a tal punto que aprieta los ojos.

Al ver que no dice nada, me acerco poco a poco, y al llegar a su lado su aroma único, hace que la atraiga a mis brazos y la abrace. En ese momento sentí que dejo de respirar al igual que yo.

- Por favor ya no te alejes de mí, ya no puedo seguir teniéndote lejos - le digo super suave, para que vea que es enserio.

Se queda callada y no hace ningún movimiento, por lo que me atrevo a decirle todo, desde que inicio nuestro primer encuentro.

Después de decir hasta lo último, me quede callado, esperando algun tipo de respuesta. A los pocos minutos, se separa de mí y pensé que me echaría de su casa. Pero me miro a los ojos y en ellos supongo que vio que todo lo que decía era verdad.

Me empujo al sillón, se sentó a horcajadas sobre mí y me besó.

----/----

Esta chica me dejo sin palabras, sin acciones, sin latidos.

Me beso de una manera tan pasional, que me olvide hasta de mis modales, y también me olvide que estaba lesionada.

La besé como si se me fuera la vida en ellos, abrí sus labios para encontrar su lengua y jugué con ella un buen rato, hasta que se me salió un gemido de placer.

Sin dejarme de besar, ella se sacó el collarín, para cuando lo hizo me quede quieto, y reaccione, como no lo hice antes.

- No podemos estas lesionada, no quiero que te pase nada – digo con el mayor esfuerzo que puedo.

- No necesito el collarín, y mañana es mi cita para que descarten lo que ya se, y es que no tengo nada, no es la primera vez que me accidento ¿sabes? – me dice de lo más normal.

Yo sin embargo, la beso nuevamente pero despacio - coloco mi frente contra la suya para poder respirar poco a poco y calmar las ganas de hacerla mía.

- Quiero que estés bien, para poder disfrutar los dos de la misma manera, te quiero y no me voy a alejar de ti – le digo con el corazón en la mano.

Me da un beso y se baja de mis piernas, con resignación me levanto y le digo que ya me voy, que mañana yo la recojo para llevarla a su cita.

Me mira con cara de asombro y me dice – no es necesario, Alberto vendrá a llevarme al médico – y me traerá de vuelva a mi departamento.

La miro molesto, genial otra vez ese tal Alberto – puedes llamarlo y decirle que no necesitas que venga - le digo con ganas de que me haga caso.

Pero como ya me conto su padre, ella jamás acepta que se metan en su vida, en sus decisiones y en su forma de actuar.

- No lo voy a hacer, y es mejor que te rindas con tu fase de macho alfa, porque eso no va conmigo – me dice desafiante.

Como no quiero ocasionar una pelea en nuestro primer día de algo más – ok, entonces ¿por favor me puedes llamar apenas salgas del médico? – digo sin ánimos.

Rueda los ojos, suspira fuerte, y literalmente me bota de su departamento - sabes, largo, hablamos mañana, eres demasiada tentación para una persona discapacitada – me saca la lengua con una niña pequeña, pero con fuerza de hombre me empuja hacia la salida.

Antes que me bote por completo, la agarro de la cintura, y le planto un beso profundo para que me recuerde hasta mañana.

Te quiero, bye - le digo.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***