Toda la tarde de ayer me la pasé pensando en esa extraña reunión que tuve con el decano y mi némesis. No podía sacar de mi cabeza esos ojos, esa electricidad que recorrió todo mi cuerpo. Tanto así que apenas me quede dormida tuve un sueño demasiado extraño e incluso se podría decir hasta erótico – al sonar mi despertador salte de mi cama asustada, mirando a todos lados para ver donde me encontraba.
– ¡que me pasa! No puedo, ni debo pensar de esa manera, va a ser mi jefe y así fuera el último hombre del planeta jamás me fijaría en él, además que me lleva 10 años o eso creo – dije en voz alta, para ver si así mi cerebro podía procesarlo y dejar clara las cosas.
Me preparé y Sali a correr como siempre, con música a todo volumen, para poder acallar mis pensamientos, que volvían en todo momento a ese sueño que tuve y que casi me hace tener un orgasmo sin necesidad de ayuda extra.
Corrí sin darme cuenta de adonde me dirigía, y con toda la velocidad que dejaba mi cuerpo, no pare hasta que sentí que mis piernas se iban a desarmar de tanto ardor por el ejercicio. Descansé un poco en un asiento del parque Kennedy, pero al ver la hora, empecé a caminar hacia el Starbucks para comprar mi desayuno.
– Hola Sergio, porfa lo mismo de siempre – dije tomando un jugo de naranja mientras ordenaba, pago y me siento en uno de los sillones, miro por la ventana de forma distraída mientras preparan lo que pedí.
No me di cuenta, que todo el tiempo que estuve distraída, una mirada muy seria, estuvo encima de mi todo el tiempo, no me percate de ella hasta que recogí todo y seguí hasta la salida, al voltearme a despedir a Sergio, me di cuenta de su presencia, y me quede quieta por un minuto o eso creo.
Justo cuando él se proponía a levantarse de su sitio, reacciono y salgo rápido, sin mirar atrás y gritando mi despedida a Sergio (me acabo de comportar como una demente, Dios que va a pensar ahora de mí).
Llego a mi departamento, y decido meterme a la ducha con agua fría, a ver si así me despejo, ya que ni por correr tanto tiempo logre hacerlo, y mas cuando cruce mirada con mi némesis, sentí nuevamente mi cuerpo vibrar como nunca lo ha hecho antes.
Me visto con un vestido semi formal, ya que por la tarde tendría que ir a la constructora. Y me dirijo con mi portafolio a mi auto.
Llego a la universidad y encuentro en la puerta a mis dos amigos, los cuales tenían cara de preocupación.
– Nos puedes decir donde estuviste toda la tarde de ayer, te mande mil mensajes y te llame 100 veces, y tu nada…simplemente no estabas – me dijo exasperado Alberto.
Al ver su actitud, mi genio apareció ya que odio que me traten de controlar, y mucho más me griten como si de mi hermano o padre se tratase. Creo que ni ellos lo han intentado alguna vez.
– en primer lugar, no me alces la voz, en segundo lugar, no tendría por qué decirte donde estuve, ya que no es problema de nadie. Pero para tu tranquilidad, estuve en casa, concentrada en avanzar mi tesis y dejé mi cel en el auto, me dio flojera ir por él nuevamente – ok, creo que me volví profesional mintiendo, porque la verdad es que mi cel estuvo todo el tiempo conmigo, solo que estaba tan ida en mis pensamientos, que ni siquiera lo mire hasta ahora.
– Ok, disculpa no quise que te molestaras, es que en verdad me preocupe, porque es la primera vez que haces algo parecido – me mira con cara de cachorro, solamente moví mi cabeza y mire a Cristian que todo el tiempo estuvo callado.
El me mira y se ríe de forma discreta, moviendo su cabeza como diciéndome que esta loco y que no le haga caso.
En el camino al salón, les cuento sobre mi entrevista con el Decano y la propuesta para hacer mis prácticas. Los dos casi se vuelven como dos chiquillas en su fiesta quince años, y empiezan a saltar de alegría, era tal escandalo que me dio vergüenza
– pueden parar por favor, todos los están mirando, hasta van a pensar que se pasaron al otro bando, jajajajaja – dije riendo a más no poder.
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La mañana se pasó volando, cuando menos me di cuenta ya eran casi las 2 pm, decidí ir avanzando para poder buscar donde estacionar y llegar a tiempo a mi cita.
El edificio de la constructora D’Angelo constructores, se encuentra en el centro empresarial de San Isidro, el tráfico por esa zona es una pesadilla y en verdad menos mal que decidí salir antes, ya que llevo casi una hora tratando de encontrar estacionamiento, tuve que dejarlo bien lejos de la zona, solo espero que me den un espacio en el mismo edificio.
Por los nervios no comí nada, solo tenía en el estómago mi desayuno, así que mientras me dirigía al edificio me fije si había algún restaurante cerca, así podría comer, apenas saliera de ahí, vi un restaurante muy bonito a unas cuadras, así que ahí volveré cuando termine.
Llego a la recepción del edificio, me recibe una chica despampanante de cabello Rojizo, ojos celestes y un cuerpo de envidia – me saluda – Bienvenida al edificio Pacific, ¿en qué le puedo ayudar?
Saco mi identificación, se la entrego, diciéndole:
– Buenas tardes, mi nombre es Alexia Rinaldi, tengo una cita con recursos humanos – Me queda mirando y sin necesidad de revisar su pantalla.
– claro, la están esperando, tiene que subir al piso 12, ahí la secretaria le dará las indicaciones – me entrega mi pase de visitante, y me señala el ascensor que debo tomar.
Mientras espero, miro la arquitectura del edificio, es uno de los más modernos que hay por esta zona, y la verdad me quede impresionada por todo, desde su estructura, que constaba más que todo de vidrios y columnas super anchas para poder soportar todo el peso del edificio, hasta el sistema de control de seguridad, todo moderno, una experiencia única, estoy tan distraída con todo, que no me doy cuenta de que el ascensor ya estaba esperando y que había 3 personas mirándome a la espera que me mueva.
Me puse como un tomate, y pidiendo disculpa, me metí en él, esperando que en el camino alguno se baje y pase desapercibida.
El ascensor inteligente menciona el piso número 12, donde bajamos los 4. Uno de ellos, un chico bien simpático, me queda mirando y me sonríe de forma coqueta. Por lo que le devuelvo la sonrisa y me dirijo a la recepción de ese piso.
Ni siquiera logro decir algo, puesto que la secretaria inmediatamente me ve y se levanta para recibirme y me acompaña a una oficina.
– Srta. Rinaldi buenas tardes, por aquí por favor, ya la está esperando -
Pasamos por un grupo de oficinas, donde varias personas estaban en sus computadoras sin alzar la mirada, se sentía una música de fondo, que la verdad me gustó mucho y se sentía un ambiente profesional.
Llegamos a una puerta doble de vidrio pavonado, la secretaria abrió la puerta y me hizo ingresar sin mayores palabras, dejándome sola o eso creía.
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Updated 38 Episodes
Comments
Elena Balleza Vega
mmm c
2024-12-22
1
Lisbeth Valbuena
/Facepalm//Facepalm//Facepalm/se identifica calmar van a pensar que se cambiaron para el otro bando /Facepalm//Facepalm//Facepalm/ que.cosas Alexia pobre de tus amigos
2024-10-12
1
GiovannaXchelMayaCejudo
este arroz se está cocinando a fuego lento...
2024-08-31
1